Sergey Ponomarev, "Church hp slide", The New York Times; Filipinas tras el huracán de noviembre de 2013
Esta es la fotografía que destaco de este año 2013. Unos niños refugiados al amparo de una vidriera religiosa ante una catástrofe que les sobrevino sin haber tenido ellos nada que ver para que les ocurriera. Aunque la frase puede ser tomada también con sentido metafórico, lo cierto es que la grandeza de la Naturaleza es impredecible y nos recuerda que sólo somos mortales.
Feliz año 2014 a todo el mundo.
Muchas felicidades para ti, Dani. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Liliana. Feliz año Nuevo. Un abrazo y un besazo.
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