Pues con el 1 de septiembre se acabaron las fiestas y ferias de Alcalá de Henares de este año. Y como cada año lo señalo, porque normalmente a muchos alcalaínos tal suceso nos suele dejar un regusto a final del verano y a comienzo de un "nuevo año" a su manera, el del periodo 2013-2014. En realidad, oficialmente acabaron ayer, aunque hoy aún tenían permiso para estar abiertos los puestos recreativos del recinto ferial y las caseta de bares de la feria de día, pero no hay ni actos festivos ni permiso para que abran las sedes de las peñas festivas. Como desde hace tres años no han habido los más que tradicionales (y arraigados en la cultura mediterránea española) fuegos artificiales de fin de fiesta bajo excusa de que el ayuntamiento no los ha considerado tan tradicionales, a pesar de que sí consideró tales los encierros taurinos, que llevaban diecisiete años sin celebrarse (y soy consciente de que el origen de las fiestas en la ciudad se remonta al siglo XII en unas fiestas ganaderas). Todo tiene truco, ya que la primera vez que se eliminaron en el programa de las fiestas de 2010 con la misma excusa del ahorro en tiempos de crisis, cuatro meses después el ayuntamiento (también entonces en manos del conservador Partido Popular) los lanzaba en las fiestas de Navidad, que es un momento festivo donde jamás se habían lanzado en Alcalá, claro que el año que comenazaba, 2011, en marzo, había elecciones municipales y autonómicas. El estilo personalista y populista de nuestro alcalde de entonces, Bartolomé González, del que en parte es heredero el actual Javier Bello, hacía correr siempre muchos rumores y conversaciones acerca de modos un tanto caciquiles a la vieja usanza. En fin, no entremos en eso ahora, la hemeroteca está para algo, e incluso esta bitácora, en la que todos los años he tenido esta fecha de las fiestas como uno de los puntos de referencia temporal dentro de los años en curso.
Las fiestas este año han contado con una feria de día que en resumen eran los puestos de bares que siempre ponen en el centro de la ciudad bajo la excusa de fiestas y festejos de diferentes nombres, pero que en realidad siempre es lo mismo. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Da igual que lo llamen Mercado de Cervantes, o Feria de las Tapas o Feria de los Santos Niños, o Fiestas de San Bartolomé. Es el mismo tinglado de bares que, como decían algunos dueños de bares que conozco, no se enteraron en el momento de solicitarlos más que los dueños de bares que siempre los ponen, por lo que parecen un terreno vetado para dueños foráneos de lo que empieza a parecer un club selecto de hosteleros a ojos del partido gobernante. Aquello de amortiguar los ruidos se quedó en nada en cuanto a que estos hosteleros han usado su espacio durante diez días para mostrar, como gallos en pelea en un corral, quien pone la música más y más y más alta. Muy desagradable. El crear por otro lado una feria de día en el centro de la ciudad, y el recinto ferial normal en su ubicación al otro lado del río, ha provocado que el recinto ferial no tuviera la afluencia de gente que normalmente tiene, y sin ganancias algún feriante se replanteará volver si las cosas se vuelven a organizar así. De hecho desde las Casas Regionales ya ha habido unas quejas informales al perder a una gran cantidad de clientela, que es la que ha recogido la Feria de Día. No sé yo si al Partido Popular le conviene enemistarse con las Casas Regionales, donde, en general, mucha de su gente son simpatizantes y votantes de ellos. Pero es que el caso es mucho más grave, porque la Feria de Día al plantearse como un tinglado de bares no tienen nada cultural que ofrecer aunque haya espectáculos, por ejemplo de baile. Lo que ofertan es montar la feria y la fiesta como un negocio donde se ofrecen comidas y bebidas, y si acaso, para llamar la atención, meros espectáculos a los que los establecimientos no les prestan más atención que el de asegurarse que haya alguien que dé el espectáculo con el fin de que venga gente que al quedarse consuma y consuma y consuma en su barra de bar, por ellos como si tras ir pagando pegan voces que interrumpan esos espectáculos o como si todos se vuelven de espaldas y se tiran un pedo.
No olvidemos tampoco que mientras las Casas Regionales tienen un componente cultural de identificación de los orígenes poblacionales de la ciudad actual, las casetas de comida de la Feria de Día no tienen más componente cultural que el de la cultura de comer cuando se bebe, generalizada por gran parte de España, y eso es algo que ya cumplían las Casas Regionales junto a sus rasgos culturales asemejados en Alcalá de Henares.
No olvidemos tampoco que mientras las Casas Regionales tienen un componente cultural de identificación de los orígenes poblacionales de la ciudad actual, las casetas de comida de la Feria de Día no tienen más componente cultural que el de la cultura de comer cuando se bebe, generalizada por gran parte de España, y eso es algo que ya cumplían las Casas Regionales junto a sus rasgos culturales asemejados en Alcalá de Henares.
El plantear la fiesta como un negocio imita aquella empresa que se montó el Partido Popular para gestionar la cultura y el turismo de la ciudad. Sólo entienden la ciudad en términos de dinero, y no de ciudadanía. Las fiestas de Alcalá de Henares son tradicionalmente largas por su tradición histórica, cosa que normalmente defiendo que siga así, y tienen un espíritu que es el que atrae a mucha gente tanto de la propia ciudad como de fuera de ella. Mucha gente las critica porque cree que las fiestas son sus espectáculos, y no se dan cuenta de que las fiestas son su sociedad y su espíritu. El mero hecho de que en fiestas nos reunamos amigos y familiares es algo que debiera ser más valorado. Me es llamativo como este año unos amigos que siempre critican las fiestas todos los años este año demostraron no haberlas vivido nunca al no saber, por ejemplo, que se celebra una cabalgata de carrozas todos los años al final, o que las peñas celebran individualmente conciertos en sus sedes. No se puede decir que no te gusta algo si nunca has probado conocer cómo es ese algo. De acuerdo que mucha gente hable de modernizar las fiestas. Yo mismo lo he dicho, pero desde el punto de vista de que esa modernización debe conservar y ser compatible con lo que culturalmente, históricamente y tradicionalmente significan para Alcalá de Henares. Y eso se debe extender a las conciencias de los alcalaínos. Si muchos ciudadanos nuevos han llegado a la ciudad en los últimos quince años como ciudad dormitorio y reclaman de la ciudad que se comporte como tal, esto es: recortando sus días de fiesta, por ejemplo, eliminando determinados elementos tradicionales, o eliminando determinados eventos sociales de las mismas, al final lograrán hacer de la ciudad un auténtico dormitorio. No obstante, ya han logrado eliminar los conciertos y espectáculos de las plazas céntricas en los periodos entre fiestas. Pero en el fondo mucha gente peca de desconocimiento de donde vive, y no desean hacer vida en Alcalá, cuando muchos lo que desean es divertirse en Madrid. Hay que lograr implicar a estas personas en la vida complutense haciendo comprender la importancia de su vida social. Si tratamos las ferias de Alcalá como un mercado de la bebida y de la tapa perderemos nuestras esencias culturales, y cuando eso ocurra sólo seremos un parque temático ficticio del que los alcalaínos huirán cada vez que haya fiestas a mayor gloria de unos hipotéticos clientes, que serán los turistas y domingueros. Si esa gente viene a Alcalá es por esencia, debe venir por el ambiente, y el ambiente lo hace la manera de ser de los ciudadanos, pero si hacemos de los ciudadanos, del ambiente, meros camareros... nuestras fiestas, entonces, sólo podrán ofrecer el bocadillo de chorizo más barato que el de Torrejón de Ardoz, por ejemplo, y ya no habrá realmente Alcalá de Henares Ciudad Patrimonio de la Humanidad, habrá Alcalá de Henares Bar. Y su cultura será el de la competitividad hostelera, pero no el de la Cultura. Y eso, puede peligrar. Este año, en Primavera, se ha celebrado en el barrio de Lavapiés de Madrid una semana donde los bares ofrecieron tapas de comida gratis con la bebida. La misma oferta que Alcalá de Henares. Yo, que trabajaba allí, en la Filmoteca Española, vi y viví el ambiente. Hablaba con gente de allí, y me reconocían que les gustaba Alcalá por la ciudad, pero esa semana, teniendo tapas en Lavapiés no se iban a trasladar a Alcalá de Henares. Y eso es así. Igual que las casetas regionales han visto menguada su clientela estas ferias porque su oferta de comida y tapa está igualada en el centro de la ciudad, y mejorada en cuanto a que la gente no se tiene que trasladar, es el mismo caso que le puede pasar un día a Alcalá si en lugar de apostar por nuestra esencia y nuestras formas de ser, por los ciudadanos, sigue apostando por tratar a la ciudad como un negocio. Si Lavapiés en unos años consolida esa semana de tapas y las va generalizando, y ya algún bar comenzaba a hacerlo cuando yo terminé mi contrato en junio, y además pudiera ocurrir si Madrid gana las Olimpiadas de 2020, olvidense de que los madrileños vengan a Alcalá de Henares si Alcalá sólo ofrece chorizos fritos (o cualquier otra tapa). La esencia de la ciudad son sus ciudadanos, los hábitos de estos, sus gustos, sus costumbres (actuales o pasadas), etcétera. Si perdemos nuestra cultura por instalar un bar...
Nos jugamos algo más que un modelo de ferias y fiestas en estos momentos, así lo veo yo. Los ciudadanos debemos reaccionar, pero también deberían tener visión de ciudad nuestros políticos, no de negocio.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
Muy acertado el análisis en casi todos sus puntos... La Feria de Día puede ser una alternativa al recinto ferial para otros públicos, aunque para ello necesita cambios a los dos lados del río. Este año se ha concebido como un mercadillo de cañas y tapas para los hosteleros amigos del alcalde y una manera de recaudar tasas y cánones a los negocios que ponían puestos. Lo de los conciertos en la plaza de toros mata el ambiente de la tarde-noche y la noche por el centro.
ResponderEliminaryo también estoy muy de acuerdo con casi todolo que comentas. es una pena que esta ciudad con todo lo que tiene esté convirtiendo su propuesta de ocio única y exclusivamente en ser la zona de tapeo de los madrileños, dejando de lado todas las opciones culturales que podrían desplegase. En esta cidudad además del tópico de las tres C´s (colegios, cuarteles y conventos) hay mucha gente con grandes ideas y alternativas a las que se le ponen grandes travas por no ceñirse al plan preestablecido por el ayuntamiento de servir cañas y "choricillos" como muy bien apuntas.
ResponderEliminarde acuerdo contigo,solo con un matiz,yo respecto a las peñas y sus actividades,pero lo de conciertos en sus sedes me parece mal!vamos que yo por desgracia no tuve vacanciones en agosto y tuve que aguantar a la peña ,,los jardineros,,con sus conciertos toda una semana!lo logico seria que las peñas hagan sus conciertos en las carpas del recinto ferial!hasta con doble ventana cerrada la musica era insoportable!
ResponderEliminarMuchas gracias por las opiniones a todos.
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