domingo, marzo 10, 2013

NOTICIA 1192ª DESDE EL BAR: LA UNIVERSIDAD EN LA CALLE (1 de 2: clase magistral de Emilio Sola, Universidad de Alcalá de Henares)

Ayer sábado la Universidad salió a la calle reivindicando una Universidad pública asequible a todos los ciudadanos y al servicio de toda la sociedad. Las Universidades de la Comunidad Autónoma de Madrid han protestado todas juntas a la vez ayer, día 9 de marzo, saliendo de sus edificios para compartir su experiencia intelectual. Montones de catedráticos han hecho del sentido universal de la universidad algo propiamente dicho al acercar sus conocimientos a todo tipo de ciudadano en las calles y plazas de diversas poblaciones, entre ellas Alcalá de Henares. Lo han recogido muy bien en video los periodistas de TM-EX, mostrándonos la Plaza Mayor de Madrid, la Calle Mayor alcalaína, y otros emblemáticos lugares donde múltiples oradores gozaban de un amplio y variado público escuchándoles. Este tipo de iniciativas ya tuvieron cabida prácticamente como iniciativa tomada simultáneamente en Madrid y en Alcalá de Henares desde el año pasado 2012. Así por ejemplo, coincidiendo el año pasado con el primer aniversario del Movimiendo 15 de Mayo de 2011, en Alcalá de Henares había dado por entonces una clase de Filosofía el profesor Germán Cano a los pies de la estatua de Miguel e Cervantes, en la plaza que lleva el nombre de este escritor. También en este tipo de movimientos reivindicadores parece ser que es pionera la ciudad complutense. 

Algo está cambiando en la sociedad, y sinceramente, por muy malas situaciones que se nos presenten, cada vez estoy más convencido de que triunfará la sociedad trabajadora y los planteamientos que damos, es algo que parece muy evidente. Como era evidente los cambios de actitud sociales en la década de 1960 o, en España, los de 1970, y su triunfo posterior forjado a lo largo de varios años; estamos ante un momento igual, y ni todos los políticos, banqueros, empresarios y policías confabulados en su tejido legal pueden parar algo que ya es evidente que es no sólo imparable, sino el ganador que reirá el último por mucho que tarde en hacerlo. Sólo hay que reflexionar cómo se comportaba la sociedad en 2008 y cómo lo hace en 2013. 

La cuestión es que ayer las Universidades madrileñas unieron totalmente las protestas de los estudiantes con las de los profesores, catedráticos, decanos, rectores y funcionarios varios de los estudios superiores. Las subidas de las tasas universitarias parecen pensadas para garantizar ir eliminando la igualdad de oportunidades sociales, base y pilar de la transición política de 1978, y parece ser que por esa vía sólo se podrán plantear acceder a trabajos profesionales de carrera las personas no con más méritos necesariamente, sino las que más dinero tengan sus padres. La entrada de empresas y bancos en las financiaciones de las universidades está forzando, por otra parte, que se crean dueños de los alumnos y de las instituciones, esto se refuerza además con la retirada de dinero público en las inversiones del gobierno en la Universidad pública. Se transforma así los estudios superiores en un centro de mercadeo y búsqueda de beneficios económicos inmediatos, abandonando los preceptos de beneficios sociales mediante el conocimiento o beneficios científicos mediante la investigación, aspectos ambos que hacen de una sociedad democrática precisamente que lo siga siendo, y además que lo siga siendo de una manera saludable. Estas y otras razones son explicadas por la propia Universidad en páginas como ¡La UAH en la calle!; efectivamente, la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) también publicó el manifiesto acordado por toda la comunidad universitaria madrileña. En esa misma página se puede consultar el muy completo horario de clases que ocupó todo el sábado. Así, los ciudadanos pudieron escuchar la filosofía de Hegel en torno al problema de la libertad política, sobre el sexismo en el lenguaje, sobre los rayos cósmicos, la ecomitología, sobre las cartas de los presos políticos de la guerra, sobre la verdad y la libertad en la obra del escritor Bertolt Brecht, los conflictos estéticos entre Cervantes y Lope de Vega, sobre botánica, sobre la utopía o sobre el pasado en relación al futuro. Y será en esa misma página donde se irán comunicando futuros actos y desde donde se puede establecer un contacto, si se está interesado. 

Yo acudí a estas clases en sus turnos de mañana, de hecho se me puede ver claramente en el video de noticias de TM-EX, e incluso repartí horarios entre las personas que pasaban por la calle, como favor a uno de los organizadores, al que conozco por medio de la organización de otras reivindicaciones paralelas. Y es que la Universidad de Alcalá se solidarizó con, por ejemplo, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que ese mismo día convocaron una manifestación desde la estación de tren a la Plaza de Cervantes, y en esa solidaridad ellos anularon las clases de la mañana en la Plaza de Cervantes, impartiendo sólo las programadas en la Plaza de los Santos Niños, la Calle Mayor y la Plaza de San Diego, para que esa manifestación se pudiera desarrollar sin restarle ningún posible apoyo de cualquier otro ciudadano que fuera por alli. Por la tarde yo estuve celebrando el decimosexto aniversario de un bar que da a la ciudad una amplia vida cultural, estaba llamado a hacer allí un recital de poesía mío, y esa fue la razón por la cual sólo pude asistir a dos de las clases anunciadas, las de la mañana en la Calle Mayor. A continuación os escribo lo que se dijo en aquellas clases, hoy en la primera, que se celebró con frío y amenaza de lluvia entre la Casa de Cervantes y el Hospital de Antezana en la Calle Mayor a las 11:00 h., y en la próxima Noticia de este blog, mañana o pasado mañana, la segunda, en el mismo lugar a las 12:30 h. Saludos, y disfrutadlo.


CERVANTES Y EL MEDITERRÁNEO, por el catedrático Emilio Sola.

Emilio Sola fue profesor mío. Me impartió asignaturas relacionadas con la España y el mundo del siglo XVI. Ya hablé con mucho gusto de él en esta bitácora, en la Noticia 372ª. En su juventud tuvo un bar donde se movía un gran número de artistas de todas las modalidades. El bar se llamaba La Vakería, en la calle Libertad de Madrid, y fue reventado con una bomba por la extrema derecha de Los Gerrilleros de Cristo Rey, en los primeros años de la Transición política, tras la muerte de Franco. También participó de la editorial La Banda de Moebius. Es poeta, ganador de premios literarios y fotografiado por el prestigioso García-Alix, el fotógrafo de La Movida Contracultural de los primeros años 1980 madrileños. Ha vivido como catedrático en Orán, y es catedrático de Alcalá de Henares desde hace muchos años. Él ha investigado numerosos temas del siglo XVI innovando en las vías de investigación inexploradas hasta que llegó él, hablamos del espionaje español en el Imperio Turco, las relaciones diplomáticas entre Japon y España precisamente entre los siglos XVI y XVII, o las vidas y trayectorias de los muladíes o renegados (cristianos españoles del siglo XVI convertidos al Islam y pasados del servicio al Imperio Español al servicio al Imperio Turco, o al Estado corso de Argel). También es creador de Archivo de la Frontera, primera página web que fue reconocida por la UNESCO como página que trabaja con documentos originales de Historia en una labor científica del conocimiento, por cierto que allí hay uno de mis trabajos publicado. Pero Emilio Sola ha trabajado y se ha dedicado sobre todo al escritor complutense Miguel de Cervantes y su época. Es por ello que dedicó su clase magistral en la calle a Cervantes y el Mediterráneo.

Emilo Sola comenzó su clase hablando de la juventud de Miguel de Cervantes, después de hacer las referencias del porqué estábamos allí escuchándole. Con 22 años de edad Miguel de Cervantes, natural de Alcalá de Henares y mudado a otros lugares de España, partió hacia Italia para iniciar una vida militar de la que esperaba también instruirse y conocer el mundo y las diferentes visiones que de él tenían otras culturas. Era 1568 y España vivía con cierto aires sobresaltados por la amenaza de corsarios argelinos en el Mediterráneo, una rebelión musulmana en Las Alpujarras, y el eterno Imperio Turco como rival político, militar y económico. En los dos años siguientes, desde Italia y otros lugares que visitó en su vida de marino del ejército, entró en batalla en Lepanto en octubre de 1571. Durante la batalla su barco abordó otro enemigo. Cervantes fue herido en la mano derecha con un disparo de arcabuz en un combate cuerpo a cuerpo en la cubierta. La victoria española en la batalla permitió que se le diera permiso a su barco para que regresara a España. Fue en la travesía que emprendieron hacia Malta, como isla de escala, que fueron asaltados por un barco corsario argelino. Miguel de Cervantes fue hecho preso, cautivo, y así pasó los cinco años siguientes. De este modo estuvo en total siete años fuera de España, los de su juventud. 

Los prisioneros de los corsarios argelinos, los cautivos, eran transformados en mano de obra barata, sólo costaban su mantenimiento, o lo que es lo mismo: en esclavos. Muchos eran utilizados como remeros de las pesadas galeras de guerra que cruzaban el Mediterráneo. Otros de los cautivos eran llevados a Argel donde se les podía vender en los mercados para diversos oficios, o bien donde eran simplemente cautivados si los corsarios consideraban que podía ser una persona por la cual cobrar un gran precio por su rescate. Era una economía paralela en el Mediterráneo y prácticamente la llevaban a cabo en las tierras de Argelia o Berbería. Allí había todo tipo de personas y de mezclas culturales. Algunos de los cautivos terminaban renegando de su fe religiosa cristiana para transformarse en musulmanes, los llamados muladíes, buscando con ello su libertad, o bien porque realmente se habían convertido, como Alí Bajá, a quien Emilio Sola acaba de biografiar recientemente en un  libro. Algunos de estos llegaron a ejercer de espías al servicio de España, y en ocasiones hasta de agentes dobles. 

En el caso de Miguel de Cervantes se optó por pedir un rescate por su persona, debida a su invalidez física. Por él se llegó a pedir 1.000 dinares, aunque sus captores se conformaron con cobrar sólo 500, tras un cierto regateo. Los pagó la Orden religiosa de los Trinitarios de Alcalá de Henares, dedicada al rescate de cautivos en tierras musulmanas. Para hacernos una idea de la cuantia del rescate, Emilio Sola nos lo ilustró explicando que el sueldo de un soldado raso era de un ducado al mes, el de un obrero oficial entre dos y tres ducados mensuales, un oficial del ejército cobraría unos 300 ducados al mes, y un noble dedicado al ejército cobraría unos 10.000 ducados anuales. A veces el Rey concedía mercedes económicas para pagar estos rescates, pero cuando esto no ocurría los familiares del cautivo eran capaces de hipotecarse y endeudarse de por vida. Siempre existía la opción de una ayuda de parte de la Iglesia, mediante los trinitarios, pero era común que el rescate del ser querido, ya por amor familiar o por honor y sentido del deber, supusiera el endeudamiento familiar severo. 

Cervantes regresó a España en 1576 y durante toda su vida se sintió orgulloso de haber estado en Lepanto, era un hecho del que solía hablar a menudo. Durante su cautiverio escribió varias obras, entre ellas una novela pastoril que fue lo primero que publicó. Pero lo primero que escribió una vez libre fue El trato de Argel, una especie de reportaje acerca de lo que vio y vivio en Argelia. Es lo que Emilio Sola ha llamado Literatura de Avisos, pues para él se podría considerar la existencia de este género en el siglo XVI, donde los autores tratan de avisar a los lectores de cómo es el otro mundo con el que conviven y que existe fuera de las fronteras españolas. Cervantes quiere avisar, pero a la vez quiere guardar memoria escrita de su experiencia. El escrtio fue publicado en su época. En ese texto existe un pasaje que conocemos como "Discurso de la Edad de Oro", en boca del cautivo Aurelio, que es un personaje del que habla Cervantes, y que corrió la suerte de ser cautivo en Argel junto a su novia. Emilio Sola repartió este fragmento entre los asistentes, recogido y registrado en Archivo de la Frontera bajo licencia Creative Commons. Éramos una treintena fija, más ciudadanos pasajeros que se quedaban a ratos a escuchar. 

Cervantes habla a través de Aurelio de una Edad de Oro donde existió una sociedad ideal, más igualitaria y libre de coarciones políticas, religiosas o económicas. Critica la guerra, la avaricia, el dinero, y habla en definitiva de vivir sin acosos, de poder vivir sin acosos coarcitivos para la libertad y felicidad de las personas. Describe en ese pasaje los horrores de la guerra provocada por las ambiciones materiales de todo tipo, y critica las injusticias de la guerra y la codicia, que terminan dando a las personas todo tipo de padecimientos. Critica también la corrupción desmesurada que lleva a esa codicia que termina violentando y acosando a la vida y libertad de la mayoría de la gente, siendo unos pocos los que promueven esto y los que meten en una espiral a la mayoría por medio de la guerra y la violencia. Habla del comercio que se habla del ser humano, y de la pérdida de la vida en años de cautiverios. Siendo siempre el pobre el que padece lo peor de todos estos males, no habiendo así un gran sentimiento de justicia.

Miguel de Cervantes es el más internacional de los escritores de los siglos XVI y XVII español, en el sentido de que fue de los pocos escritores de entonces que se preocuparon por conocer el mundo y sus diversas culturas, así como de adquirir una visión abierta del mundo y de las posibilidades de sus relaciones sociales. Por ello a lo largo de todas sus obras siempre existre la constante de los matrimonios y las relaciones sexuales mixtas entre cristianos y musulmanas, o entre musulmanes y cristianas. Prácticamente esto no se da en la mayoría de los otros autores autóctonos. Emilio Sola, en broma, analiza esto con la frase: "Parece que Cervantes nos estuviera diciendo [sobre su época] que el problema del Mediterráneo se arreglaba en la cama". Menos acosos por violencia o codicia, y más vivir conociéndonos y con sexo, o lo que sería igual: respetando y aceptando las diferencias del otro, y no intentando someter al otro o acabar con ese otro. 

Pero quizá la clave de todo el discurso es lo que el propio catedrático Emilio Sola dijo: Cervantes habla de alcanzar como ideal de sociedad una sociedad donde se pueda vivir sin acosos. Y eso es algo que se necesita ahora mismo, añado yo, en una sociedad que con la excusa de la crisis económica, la codicia de unos pocos nos ha llevado a una situación de acoso y ruina a la mayoría.

Saludos y que la cerveza os acompañe. La próxima entrega: la clase magistral de Lauro Olmo.


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