sábado, agosto 18, 2012

NOTICIA 1121ª DESDE EL BAR: SALAMANCA, MÍRATE ALCALÁ


Estos días atrás estuve andando por Salamanca. Bueno, y por Ciudad Rodrigo. En Salamana hay muchas cosas que ver, la Casa de las Conchas, la Universidad, la catedral, un Cristo románico, un órgano del siglo XVI, la tumba del obispo Bobadilla, la Casa Lis hecha por discípulos de Gaudí (como el Palacio de Laredo de Alcalá de Henares), la cual contiene un museo de Art Noveau y Arte Modernista, la Diputación, las murallas, el Archivo de la Memoria Histórica y su exposición sobre la masonería, el jardín de Calixto y Melibea, incluso los restos de la capilla donde se hacían misas negras en el siglo XIV, se rumorea que presididas por el Diablo, se rumorea también que aquí perdió su sombra un importante heredero medieval por pactar y engañar con y al Maligno, y en fin una gran cantidad de lugares. Pero en este viaje iba también a visitar a una amiga en Ciudad Rodrigo, y alguien de Salamanca que me sirvió un desayuno me dijo: "¿Y para qué vas a Ciudad Rodrigo si ahí no hay nada?". Ciudad Rodrigo: ¿nada? Sólo un castillo del siglo XIV que combatió por Juana la Beltraneja frente a los Reyes Católicos, y en 1810 y en 1812 en la Guerra de Independencia (fueron asediados en 1810 por los franceses y en 1812 asediados y liberados por los ingleses, están de bicentenario este año), murallas reformadas en el siglo XVIII con triple foso en algunos sitios, una catedral, un ayuntamiento cuya forma copiaron diversas casas de gobierno en la América española en el siglo XVI, casas palacio de muy diversas familias nobiliares militares, entre ellas las de la oficina de Correos, un horizonte que deja ver las tierras de Portugal a 29 kilómetros, un cielo estrellado precioso, un puente de origen romano reformado en el siglo XVIII también, el río Águeda, un centro de interpretación desde sus orígenes vetones a la actualidad, un busto dedicado al escritor Fernando Arrabal, que es de allí, una iglesia románica con influencia francesa porque la zona fue repoblada por los cristianos de la Edad Media por franceses, y un día de fiesta, el Martes Mayor que es un día al año donde se puede comerciar libremente por la ciudad sin permisos ni tasas, consecuente con su insigne museo único en España, el Museo del Orinal, ya que en los últimos años ha degenerado en el más puro alcoholismo descontrolado por el exceso de venta de alcohol, yo llegué de casualidad en la tarde de esta festividad este año. A fin de cuentas Ciudad Rodrigo ha sido comandancia militar y obispado en Salamanca. Pero vamos, sí, en Salamanca capital es cierto que tienen otra vida, propia de una ciudad moderna de mediano tamaño tirando a grande, que tiene una tradición universitaria y cultural desde 1218 y que se está preparando para celebrar el aniversario 1218-2018, con una oficina creada en la Universidad para ello. Siempre hubo, imagino, un cierto roce entre Ciudad Rodrigo y Salamanca, como en Madrid lo hay entre Madrid y Alcalá de Henares, pero sin que llegue la sangre al río, nunca llega. 

Salamanca es en sí misma algo más que esa rana sobre la calavera en la fachada del rectorado de la Universidad salmantina, la cual representa la vida entregada a las pasiones y los vicios del placer, o más que el astronauta de la catedral que puso el arquitecto que la reformó en 1969 como señal de identidad de su contribución a este edificio que aúna una catedral vieja gótica con otra nueva de la Edad Moderna. Cierto es que en mi viaje, el cual dediqué también a otras cuestiones como tapear en Casa Paca, ir al Nuevo Café Moderno, o recrearme en otros lugares y pintadas de la ciudad (está llena de referencias a un necesario cambio social, político y económico), eché en falta poder visitar la Casa Museo de Miguel de Unamuno, la cual, en una ceguera grave, había cerrado la Universidad por vacaciones de agosto. Como sea, recomiendo al que suba al tejado de la Catedral que se fije en los grabados y pintadas de nombres que hay, aunque no sea algo que se indique en los folletos, pues si se sabe algo de paleografía encontraréis pequeñas joyas hoy día de gente que dejó su nombre grabado en otros siglos.

Regresando a Alcalá de Henares me encontré una ciudad como siempre mejorable en aspectos culturales, más cuando un día paseando estuve repasando mentalmente los muchos lugares de España que conozco. Pero desde luego también mejorable desde el punto de vista del turismo gastronómico, que últimamente anda mal. No sólo por la sobresaturación de unos mismos empresarios y un modo de llevar sus bares en el centro de la ciudad que encima ha arrastrado a otro bar barato a disparar sus precios de forma exagerada y ofertar el mismo tipo de comida de esos otros bares, estropeando más la variedad, ni tampoco sólo por lo que supondrá la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido que ya comenté en la Notica 1107ª,  ni siquiera por el suceso más recientemente equivocado, en parte (no totalmente) subsanado de cerrar algunas terrazas con motivación no muy clara, comentado en la Noticia 1111ª. El ayuntamiento sigue queriendo sacar dinero a toda costa, y se ven escenas esta semana como la de determinado bar de la Calle Cervantes que después de siete años funcionando con sus surtidores de cerveza especiales, ahora la policía, mandada por el ayuntamiento, le reclama una licencia especial bajo excusa de proteger el Patrimonio de la Humanidad... O sea que si en siete años no ha dañado nada, ahora se inventan esto y sí daña mientras no tenga una licencia... la cual en cuanto se le pague dinero al ayuntamiento vuelve a no pasar nada... Pues sinceramente, eso no suena a protección del patrimonio, si no a recaudación a costa de razones con falta de justificación realmente válida.

Por otro lado en Alcalá de Henares los promotores turísticos municipales, y con ellos muchos historiadores locales, parecen haber olvidado la existencia de los siglos V al XI, XIII al XV, y XVII al XXI. Sin embargo somos de los pocos lugares que están poblados desde la Prehistoria hasta la actualidad sin interrupción. Lo relativo a la Universidad y la Sociedad de Condueños en el siglo XIX sí se dice, sobre todo en la visita de pago que oferta la Universidad en los fines de semana. Lo que ocurre es que el gobierno municipal, tantos años en manos en este caso del Partido Popular, le dejó desde hace muchos años la parte de turismo a una empresa privada de promoción y llegó a la conclusión de que debían eliminar todos los caminos que ya se habían iniciado anteriormente para fomentar Alcalá desde una cultura desde luego muy diferente a lo que ahora ofertamos, para centrarse sólo en la figura del escritor Cervantes, Cervantes, Cervantes... hasta hartarnos a los propios alcalaínos. Máxime cuando aquí tenemos además otros escritores como el Arcipreste de Hita, el médico y poeta Juan de Vergara, el propio Manuel Azaña como ensayista, o gente que estuvo viviendo por aquí unas temporadas como Unamuno, Santa Teresa de Jesús, Isidra de Guzman, San Ignacio de Loyola, Francisco de Quevedo, Zorrilla, Nebrija, Juan de Valdés, etcétera, o que tenemos los premios de Literatura más importantes de la lengua española. Es interesantísima la propuesta de Salamanca que tiene monumentos, calles, plazas, parques, jardines, dedicados a sus innumerables literatos.

Lo que falta es la promoción y reorientación de lugares como el Palacio de Laredo, que podría albergar un museo modernista como la Casa Lis de Salamanca, en Complutum no hay gran cosa relevante pero el pasado romano complutense está dando muchas sorpresas en arqueología y en estudios en los últimos años, se podría montar perfectamente un centro arqueológico y de interpretación de este pasado como hace Mérida con algunas casas romanas similares que tienen, se debiera promocionar más las salas de exposiciones de Santa María la Rica, la de la Casa de la Entrevista, las exposiciones de la Universidad, reorientar la fracasada sala de exposición de la Capilla del Oidor, promocionar el Museo Catedralicio, reorganizar en lo posible o fomentar las exposiciones de algunos conventos y del Palacio de Laredo, incluso fomentar el arte que hay en el cementerio viejo, las obras teatrales de los cuatro teatros que tenemos merecen mejora, sobre todo el Teatro Salón Cervantes debería arriesgar más, se tienen que recuperar edificios antiguos no para que sean concejalias sino lugares con algo interesante y pedagogico de la cultura, se debería abrir edificios, ya sean religiosos o no, mediante acuerdos si es posible, pues no es de cajón que esté todo innaccesible, se debe recuperar todos los periodos históricos alcalaínos, incluido la guerra civil, a los musulmanes se les debiera honrar, pues Alcalá tuvo su mayor parte del tiempo medieval en el Islam, se debiera acondicionar y abrir la sinagoga, se debiera hacer de una vez el museo de los Madrazo y el de la moto, se debiera acordar y llevar a cabo otro de Azaña, fomentar exposiciones y conferencias que vayan más allá de lo arquitectónico, fomentar la labor expositiva de la Mutual Complutense, dar a conocer que la vara de gobierno de Boabdil está en la ciudad, hacer de la sala de exposiones de la Casa de la Entrevista algo realmente integrado en el arte moderno, hacer de la Capilla del Oidor algo menos de andar por casa, insisto en ello, abrir el Palacio Arzobispal, dar más vida al Parque O'Donell, que es centenario, y dentro de la modestia alcalaína transformarlo en un espacio verde lúdico como el Retiro de Madrid o el parque Güell de Barcelona, o quizá, más similar, el Parque de María Luisa en Sevilla, fomentar más la importancia e Historia visitable del Hospital de Antezana, fomentar más las interesantes actividades del Museo Arqueológico Regional, etcétera. Hay montones de cosas por hacer, pero eso no se logra porque hay peleas entre el ayuntamiento y la Universidad de Alcalá de Henares por cosas políticas desde hace años, y encima el obispado también pone pegas a colaborar con lo que le toca, incluso con su museo diocesano, y tampoco se fomenta un ecologismo que también tiene mucho que dar en Alcalá, incluido en ello la recuperación y excavación definitiva de los restos del castillo musulmán que le da nombre a la ciudad. Pero es que además el catolicismo conservador de algunos de nuestros concejales, en mi opinión, impiden que se ahonde en el pasado reciente de la ciudad de los últimos 200 años, especialmente de 1931 en adelante, o de esa Edad Media musulmana citada... Sólo hay que pasarse por la biblioteca y leer las publicaciones mayoritarias del Foro del Henares, que es privado, y leer sus actas y ponencias... Todo es arquitectura y religión...

Es muy triste por cuestiones ideológicas de los principales actores de todo esto, no por falta de dinero e ideas.

Las ruinas de la cárcel de mujeres ya están acordadas desde el gobierno central, aunque no hay dinero para realizar lo que el Congreso acordó a finales del año pasado, para que sean el archivo de autores españoles. Lo que será muy interesante dentro de unos años cuando lo lleven a cabo. El arte del siglo XX en Alcalá sólo se potenciaría si se copiara la idea de Bilbao y su Museo de Bellas Artes, que recoge el arte provincial contemporáneo, lo que implica comprar obras a artistas locales tanto pictográficos, como plásticos, como fotográficos, así como otros artistas madrileños de los últimos 200 años. El Museo Arzobispal podría enfocarse tanto en la Historia religiosa y del papel de este en la ciudad y en la Historia de España, como en una orientación medieval europeísta y archivística. Desde el punto de vista de una Alcalá que se reconquistó por Cruzada predicada por el Papa en el siglo XII, y en la que intervinieron tropas francesas e inglesas, aparte de las españolas, pero resulta que el propio palacio contiene parte de la Historia de la España imperial y actual, al haber sido archivo, lugar de entrevista con Colón, lugar de hechos importantes de herederos varios españoles, etcétera, y del incendio de 1939, se le podría enfocar mucho más allá, con sus señales masonas y su colección de Arte religioso que contiene. Pero el problema es que el obispo lo impide todo. Pero bien llevado se le podría orientar como lo que la gente de Toledo o Salamanca tiene, donde los obispos no son tan conflictivos en este sentido. Las fiestas especiales debieran aprender del festival de los abrazos de Santiago de Compostela, el tapeo alcalaíno es malo comparado con otros lugares donde lo que impera es la variedad, quizá debiera aprender del de Cádiz, por ejemplo, o el de Granada. Y, por favor, no dejar desaparecer lugares emblemáticos, como la pastelería Salinas, sólo hay que ver como Madrid capital protege el tipo de negocios centenarios de su barrio centro... Y peatonalización... como en Ávila, como en Lisboa, como Sevilla, como en Granada, como en Madrid, como en determinados lugares de Barcelona, como en Segovia, como en Toledo, como en muchos sitios... En definitiva, lo que necesita la ciudad en este campo es gente viajada, gente que sepa de Arte y de Historia, y gente dispuesta a una reforma total y profunda de todo lo que se hace por acá y actuar con menos dogmatismos políticos y, o, religiosos que impedimenten todo esto.  

Saludos. Que la cerveza os acompañe. 

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