Vaya, vaya, la compañía de refrescos de cola Pepsi ya no sólo es desafortunada con su bebida estrella comercialmente en España frente a Coca-Cola (Coke), sino también a la hora de hacer campañas publicitarias comprometidas con la inteligencia. En una de sus más recientes campañas españolas han decidido presentar al personal bibliotecario poco menos que como gente fea y desfasada en imagen, amargada y poco menos que agentes de la Stasi o la Gestapo, dedicada a vigilar y castigar a los usuarios lectores, casualmente todos jóvenes y estereotipadamente de los considerados en el mundo de la alta moda como guapos. Cosa que sus colegas (y padres) de Pepsi-Estados Unidos de América, no han hecho, sino que todo lo contrario han presentado el mundo de las bibliotecas como un mundo que te puede abrir la mente a nuevos mundos. Todo esto se recoge hoy en un interesante artículo que podéis leer en Biblogtecarios. Y el desafortunado anuncio español lo podéis ver por aquí (es interactivo).
Como quiera que bilbiotecas y archivos vienen del mismo gremio, creo conveniente reproducir por aquí los puntos que Biblogtecarios han puesto en la entrada que os enlacé:
La nueva ley publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha colocado varias cosas en su sitio, aunque intuyo que necesitará en breve de reformas nuevas, ya que se ha hecho para el instante cultural de la existencia de Internet y de una crisis económica nacida en 2007/2008 que supera a la crisis de 1929, sin pensar en el paso de los años, como sí se hizo en 1901, que pudo resistir más o menos bien todo un siglo. Abre eso sí, un panorama ideal e idealizado, donde se regula bien cuestiones que antes estaban en el aire, por razones obvias de las diferencias culturales, sociales, tecnológicas y políticas entre 1901 y 2011. Sin embargo, todo lo que dice es muy esperanzador pero es papel mojado porque:
"Disposición adicional novena. Cláusula de no incremento del gasto público.
La aplicación de este Real Decreto se hará sin aumento del coste de funcionamiento de los respectivos órganos directivos y no supondrá aumento del gasto público."
En otras palabras ni se invertirá en medios ni en contratar más archiveros. Es puro papel mojado y lo sabemos todos los que trabajamos en archivos que conocemos su estado y lo precario del volumen del trabajo en relación a los pocos trabajadores y los medios malos que tenemos. Por ejemplo: la sala de restauración del Archivo General de la Administración (AGA) cuenta con las máquinas más modernas de restauración de documentos, pero lleva años sin restauradores que trabajen, no los contratan ni los ofertan en oposición. Entre otros ejemplos que se pueden poner en este y en otros archivos públicos, en diferentes departamentos, así como en archivos y fundaciones privadas. Por no hablar de la gran necesidad de archiveros por el gran volumen de documentos almacenados pero no archivados, y que no se contratan nunca. Es un sector que pudiera generar grandes volúmenes de trabajo y que no lo genera porque el Estado juega con la demagogia de recortar presupuestos del Ministerio de Cultura, del que se depende, alegando que no procede gastar ahora allí, sin explicarle estas y otras cuestiones a los ciudadanos. Eso por no hablar de cuando contratan empresas externas que degradan los sueldos y vidas de los que pertenecemos al sector y con nuestras licenciaturas hechas... cobrando a menudo por debajo de los 800 euros con estas subcontratas, que suelen ser además empresas de trabajo temporal especializadas en archivos, que tampoco se frenan a menudo en contratar gente con formación profesional y cursillos, pero no carrera universitaria (Documentación, Humanidades, Historia, Biblioteconomía).
Por si quedó poco claro que la nueva ley esperada es papel mojado, justo en el final del BOE se vuelve a repetir la misma idea:
"Disposición final cuarta. Habilitación para el desarrollo reglamentario.
Se autoriza a los titulares de los departamentos ministeriales, en el ámbito de sus competencias, para que adopten las medidas necesarias para el desarrollo y ejecución de lo establecido en este real decreto, siempre que no supongan incremento global del gasto público ni de las estructuras orgánicas de los departamentos ministeriales."
En otras palabras, es una bonita ley hecha para que quede todo muy ideal, pero en absoluto práctico, porque todo lo que se propone supone un volumen de trabajo, de abundante trabajo, que no se va a crear porque se supone que no se puede contratar archiveros, o en otras palabras: generar mayor gasto público. Los archivos (como los ciudadanos reclamen hacer uso de este BOE tal cual les otorga derechos) se saturarían en muy breve tiempo. Porque me temo que por falta de medios, este BOE es poco menos que algo que difícilmente ningún director de archivo podrá llevar a cabo más que en unas mínimas partes, las que no requieran trabajo. Una lástima. Se necesitará reformarlo, con seguridad. Sólo es un compendio de buenas intenciones, pero ningún medio para llevarlas a la realidad.
Que una de cal y otra de arena en los Archivos, que estamos de enhorabuena por la tan esperada ley, aunque es más ideal que práctica. Los documentos no se digitalizan sólos, no se clasifican solos, no se archivan solos, no se describen solos, no se ponen a disposición ciudadana solos, no se crean exposiciones sin gente que las dé forma y las cree solos, no se colocan solos en edificios y depósitos inexistentes (como el aprobado y aún sólo existente en el papel Archivo de Autores que se ubicaría en Alcalá de Henares), no se restauran solos, no se conservan solos, no se fotocopian solos, no se expurgan solos, no se cotejan solos, no se trasladan solos, no se evalúan solos, no se mantienen las páginas electrónicas y los servicios por Internet solos, y en fin todas aquellas funciones que os podéis imaginar no se hacen por sí solas, sin gente, sin máquinas, sin edificios, sin inversión. Y todo eso además no sería solamente más trabajo nuevo, sino también mejoras en el servicio público del Estado al ciudadano y en la democracia y democratización informativa de la sociedad. En fin, que cal y arena. Luces y sombras. Alegrías y penas. Hay que mejorar. Hay que autocriticarse para la mejora. Y como sociedad aún tenemos mucho que autocriticarnos por no reclamar por estas cosas que, por otra parte, no se nos suelen informar en sus realidades más míseras
Que la cerveza os acompañe.
Como quiera que bilbiotecas y archivos vienen del mismo gremio, creo conveniente reproducir por aquí los puntos que Biblogtecarios han puesto en la entrada que os enlacé:
- Las bibliotecas NO se componen exclusivamente de salas de estudio.
- Estudiar en una biblioteca NO significa estar sólo, dormido y aburrido.
- La edad de los usuarios de biblioteca NO se limita al rango de 15 a 25 años.
- Las bibliotecarias y los bibliotecarios NO nos dedicamos a vigilar a los usuarios.
- El aspecto de los profesionales que trabajan en la biblioteca NO está reñido con el color ni con el estilismo de la moda contemporánea.
- La actitud habitual de los bibliotecarios y bibliotecarias NO es el mal humor.
- El incumplimiento de las normas de uso de la biblioteca NO se sanciona con ningún tipo de humillación pública. Y mucho menos con penas de confinamiento, como parece sugerir la última imagen del vídeo interactivo...
Obviamente el mundo de los bibliotecarios por Internet se ha encendido con esto. Yo me enteré de la noticia a través de una de las miembros de la biblioteca popular de la Acampada Sol del Movimiento 15 de Mayo de Madrid. Podéis participar de ella y seguir sus iniciativas de lectura y expansión gratuita de la cultura en Sin Bibliotecas no hay Paraíso. Por cierto, están promocionando sus libros y lectura.
La nueva ley publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha colocado varias cosas en su sitio, aunque intuyo que necesitará en breve de reformas nuevas, ya que se ha hecho para el instante cultural de la existencia de Internet y de una crisis económica nacida en 2007/2008 que supera a la crisis de 1929, sin pensar en el paso de los años, como sí se hizo en 1901, que pudo resistir más o menos bien todo un siglo. Abre eso sí, un panorama ideal e idealizado, donde se regula bien cuestiones que antes estaban en el aire, por razones obvias de las diferencias culturales, sociales, tecnológicas y políticas entre 1901 y 2011. Sin embargo, todo lo que dice es muy esperanzador pero es papel mojado porque:
"Disposición adicional novena. Cláusula de no incremento del gasto público.
La aplicación de este Real Decreto se hará sin aumento del coste de funcionamiento de los respectivos órganos directivos y no supondrá aumento del gasto público."
En otras palabras ni se invertirá en medios ni en contratar más archiveros. Es puro papel mojado y lo sabemos todos los que trabajamos en archivos que conocemos su estado y lo precario del volumen del trabajo en relación a los pocos trabajadores y los medios malos que tenemos. Por ejemplo: la sala de restauración del Archivo General de la Administración (AGA) cuenta con las máquinas más modernas de restauración de documentos, pero lleva años sin restauradores que trabajen, no los contratan ni los ofertan en oposición. Entre otros ejemplos que se pueden poner en este y en otros archivos públicos, en diferentes departamentos, así como en archivos y fundaciones privadas. Por no hablar de la gran necesidad de archiveros por el gran volumen de documentos almacenados pero no archivados, y que no se contratan nunca. Es un sector que pudiera generar grandes volúmenes de trabajo y que no lo genera porque el Estado juega con la demagogia de recortar presupuestos del Ministerio de Cultura, del que se depende, alegando que no procede gastar ahora allí, sin explicarle estas y otras cuestiones a los ciudadanos. Eso por no hablar de cuando contratan empresas externas que degradan los sueldos y vidas de los que pertenecemos al sector y con nuestras licenciaturas hechas... cobrando a menudo por debajo de los 800 euros con estas subcontratas, que suelen ser además empresas de trabajo temporal especializadas en archivos, que tampoco se frenan a menudo en contratar gente con formación profesional y cursillos, pero no carrera universitaria (Documentación, Humanidades, Historia, Biblioteconomía).
Por si quedó poco claro que la nueva ley esperada es papel mojado, justo en el final del BOE se vuelve a repetir la misma idea:
"Disposición final cuarta. Habilitación para el desarrollo reglamentario.
Se autoriza a los titulares de los departamentos ministeriales, en el ámbito de sus competencias, para que adopten las medidas necesarias para el desarrollo y ejecución de lo establecido en este real decreto, siempre que no supongan incremento global del gasto público ni de las estructuras orgánicas de los departamentos ministeriales."
En otras palabras, es una bonita ley hecha para que quede todo muy ideal, pero en absoluto práctico, porque todo lo que se propone supone un volumen de trabajo, de abundante trabajo, que no se va a crear porque se supone que no se puede contratar archiveros, o en otras palabras: generar mayor gasto público. Los archivos (como los ciudadanos reclamen hacer uso de este BOE tal cual les otorga derechos) se saturarían en muy breve tiempo. Porque me temo que por falta de medios, este BOE es poco menos que algo que difícilmente ningún director de archivo podrá llevar a cabo más que en unas mínimas partes, las que no requieran trabajo. Una lástima. Se necesitará reformarlo, con seguridad. Sólo es un compendio de buenas intenciones, pero ningún medio para llevarlas a la realidad.
Que una de cal y otra de arena en los Archivos, que estamos de enhorabuena por la tan esperada ley, aunque es más ideal que práctica. Los documentos no se digitalizan sólos, no se clasifican solos, no se archivan solos, no se describen solos, no se ponen a disposición ciudadana solos, no se crean exposiciones sin gente que las dé forma y las cree solos, no se colocan solos en edificios y depósitos inexistentes (como el aprobado y aún sólo existente en el papel Archivo de Autores que se ubicaría en Alcalá de Henares), no se restauran solos, no se conservan solos, no se fotocopian solos, no se expurgan solos, no se cotejan solos, no se trasladan solos, no se evalúan solos, no se mantienen las páginas electrónicas y los servicios por Internet solos, y en fin todas aquellas funciones que os podéis imaginar no se hacen por sí solas, sin gente, sin máquinas, sin edificios, sin inversión. Y todo eso además no sería solamente más trabajo nuevo, sino también mejoras en el servicio público del Estado al ciudadano y en la democracia y democratización informativa de la sociedad. En fin, que cal y arena. Luces y sombras. Alegrías y penas. Hay que mejorar. Hay que autocriticarse para la mejora. Y como sociedad aún tenemos mucho que autocriticarnos por no reclamar por estas cosas que, por otra parte, no se nos suelen informar en sus realidades más míseras
Que la cerveza os acompañe.
Grandísimo el artículo en contenido, forma y emoción. Tengo pendiente la lectura del BOE, ¿algo nuevo sobre los secretos de Estado? También estábamos en modo preconstitucional respecto a eso.
ResponderEliminarIrene.
Eso de los secretos de Estado es falso. Todo ciudadano ha tenido derecho a acceder a su documentación gracias a leyes anexas que han ido surgiendo desde los 1980'. Los secretos de Estado que no se dan son los de seguridad del mismo: planos de centrales nucleares, ubicación de misiles, planos de los depósitos del banco de españa y en fin, lo que es obvio, del mismo modo que tampoco se despacha los documentos de personas protegidas por el Estado por peligrar su vida si se sabe dónde están, por ejemplo, o no se dan los datos de los archivos de hospitales de cualquier ciudadano enfermo a cualquier ciudadano que quiera verlo, como no se dan tus datos bancarios al primero que pregnte por ellos... en ese sentido los de las conspiranoias y similares han hecho mucho mal informativo sobre qué es y cómo funciona un archivo. Saludos.
ResponderEliminarKate Beckinsale es muy guapa.
ResponderEliminarConocí a una bibliotecaria que era muy apasionada de su trabajo.Siempre sonreía y dispuesta a conversar y asesorar en la biblioteca.Si se le hacía una donación,los libros inmediatamente estaban expuestos y circulando.Pero era la excepción, normalmente los bibliotecarios parecen amargados y dan muy mala onda.Conviene alejarse de ellos si puedes.Con esto del coronavirus fueron,como buenos funcionarios,los primeros en irse y los últimos en volver.Imagino que cobrando,claro.Andrea MAZZANTINI.
ResponderEliminar