lunes, noviembre 21, 2011

NOTICIA 1019ª DESDE EL BAR: 41º ALCINE

Los sonidos metálicos de los trombones y las tubas suenan por encima de la orquesta sinfónica y se transporta en vuelo sobre las cabezas de los espectadores que en la penumbra del teatro del siglo XIX permanecemos embelesados. Nos transportan a un viaje al desierto donde de repente una serpiente de cascabel que suena a flauta nos salta al camino de nuestro caballo. De repente los violines, violas y violonchelos suenan a medio tiempo recordándonos que eso es el camino hacia el Oeste norteamericano de aquella sociedad de frontera del siglo XIX. Tierras duras de vaqueros, pistoleros e indios, con veteranos de la recién acabada guerra de Secesión. Unas percusiones siguen nuestro trote hacia algún pueblo sin ley escrita. Las trompas preceden a una trompeta solitaria que nos hace saber que estamos en el camino hacia México, una frontera de fronteras.

La Orquesta Sinfónica Ciudad de Alcalá sigue siendo una apuesta segura en el festival de cine de Alcalá de Henares (Alcine). Su director, el internacional Vicente Ariño es su mejor valedor gracias a su apertura de mente musical y sus intereses pedagógicos. Cerraron una vez más por decimosegundo año consecugtivo Alcine, fue ayer, en un domingo de lluvia y elecciones generales, en el decimonónico escenario del Teatro Salón Cervantes. Aunque esta vez no tocó la sección infantil de la orquesta, ni hubo una explicación pedagógica de cómo se compone una banda sonora de película, volvieron a repetir una colaboración con un grupo de rock local, los Autostop. La intervención de este grupo pareciera no haber entendido el concierto de clausura. En el primer tema que tocaron, "Routa 66", por Bobby Troup (era parte de la banda sonora de la película Cars, 2006, John Lasseter y Joe Ranft) el sonido de sus instrumentos de grupo de rock (guitarras eléctricas, bajo y batería) estaban en exceso altos, sonando de modo que tapaban casi a todos los instrumentos de la orquesta sinfónica. Los alardes rockeros rebeldes del cantante, sumado a poses y actitudes sobreactuadas desentonaban con el ambiente pero eran comprensibles dentro de un grupo rock que quizá se creía protagonista y no invitado. Pero sonó bien. Sin embargo, en su segundo tema, "Knockin' on Heaven's Door", por Bob Dylan, (1973, tema para la banda sonora de la película del Oeste Pat Garrett y Billy the Kid, de Sam Peckinpah), pese a que gustó al público en general, se notaba el desarreglo estrepitoso, para los más cercanos a la música de Dylan y a la vez amantes del género del Oeste en el cine, de un grupo de rock tocando el "Knockin' on Heaven's Door" versión de hard rock que hizo el grupo de heavy metal Guns 'n' Roses, de tonos vitalistas y combativos, mientras la Orquesta Sinfónica Ciudad de Alcalá estaba tocando con ellos el mismo tema pero desde el original de Bob Dylan, intimista y cercano a ese existencialismo épico del pistolero que está en trance de morir por una herida mortal y repasa su vida mentalmente en sus últimos minutos. En fin, que no se entendieron, a mi juicio, pese a que el público general lo aceptara.

El resto del concierto (en realidad todo en general, pese a lo escrito) fue impecable, para mi gusto el mejor que ha ofrecido en las clausuras de Alcine la Orquesta Sinfónica Ciudad de Alcalá con Ariño. La "Suite Go West", de Ennio Morricone y Elmer Bernstein con arreglos de Ralf Ford (1965, La Muerte Tenía un Precio, de Sergio Leone) tuvo una interpretación llena de fuerza que nos transportó al mundo de los pistoleros y el Oeste, mientras la persona que estaba sentada a mi lado comentaba que tenía los pelos como escarpias durante el largo aplauso que se llevaron, que acabó en un lamentable espectador que, en el silencio del cambio de tema hizo sonar su teléfonco móvil, cosa que hizo parar a Ariño hasta que el espectador salió a hablar por teléfono fuera del salón del teatro. ¿Cómo se puede ir a un concierto sinfónico y esperar que el resto del público deseamos escuchar la música de politono industrial de tu teléfono móvil? Hay que tener un respeto. El siguiente tema seguía ahondando en el género del Oeste, en este caso con un poco de trampa, era de una película sobre las películas del Oeste que se rodaron en España en los 1960'-1970': 800 Balas (2002, Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría). Se interpretó su suite 800 Balas, de Roque Baños, que tiene numerosas reminiscencias de las composiciones de sinfonías del Oeste creadas por Morricone.

Precisamente tanto Morricone como Roque Baños eran los protagonsitas del concierto, Ariño ha debido querer contrastarlos. En el segundo bloque tocaron del primer compositor; Morricone, la "Introducción / el Oboe de Gabriel" de la película La Misión (1986, Roland Joffé), con una interpretación cuyo oboe nos llevaba realmente a imaginarnos en ese paraíso amazónico de indios aún no contaminados de la violencia más brutal de Occidente, y del segundo, Baños, la Suite de la película española "Las Trece Rosas" (2007, Emilio Martínez-Lázaro), la cual me sigue resultando en exceso alegre para tratar un tema tan dramático como fue la represión franquista contra los perdedores de la guerra civil, aunque la interpretación fue impecable.

El concierto, el mejor de los que han dado dentro de Alcine, repito, se cerró con el tema principal de E.T. (1982, Steven Spielberg), de John Williams. Los tonos siempre esperanzadores y felices de Williams movieron a sentimiento a numerosas personas haciendo que hubiera aplausos de cierre por cerca de más de cinco minutos, y un bis que fue precisamente este tema.

Sin duda este concierto fue lo mejor de la 41ª edición de Alcine. Este año el festival, que había contado con el mayor número de películas dispuestas a participar de él, hubo de apoyarse en hasta cuatro eventos festivos paralelos organizados por el prolífico Pedro Toro, ya que por cuestiones de presupuesto se tuvo que reducir en dos días y hubo de eliminar secciones y la fiesta de inauguración. Además, la transformación de los Cines Cisneros en una sala de fiestas llamada El Sueño de Lola, hizo que sólo se contara con dos pantallas de proyección (la del Teatro Salón Cervantes y la única disponible de la sala citada), en lugar de las cuatro de años anteriores. Ni siquiera alquilaron una pantalla extra a colocar en la Universidad, por ejemplo, como hace años se hacía con las Muestras de Cine y Música o las Muestras de Cine Fantástico y de Terror. Peor aún, tras once años ejerciendo de jurado del público pude ver como este año la falta de espacios y tiempos provocaron que los dos últimos bloques de cortometrajes europeos coincidieran con los dos primeros largometrajes de la sección Pantalla Abierta a los Nuevos Realizadores. Opté por ver los cuatro primeros bloques de cortometrajes europeos (no pudiendo acudir a los nacionales) y todos los largometrajes, ya qeu fue con ellos con los que empecé de jurado en 2000.

Alcine ha venido siendo este año lo que se diría una edición de transición. Es una transición que no sabemos a donde irá. Básicamente:

1- Por un drástico recorte económico y de lugares de proyección es transición en su duración como festival y planteamiento.
2- Por la misma razón anterior se ha notado también unas necesidades narrativas que se adapten en los films a bajos presupuestos en sus argumentos y formas de presentarlos.
3- Como ha augurado Antonio Banderas, tras las elecciones de ayer puede que se acaben las ayudas al cine español y eso hace que este año eso sea decisivo para que la gente del mundo del cine, incluidos organizadores de Alcine, se planteen que el modelo de festival quizá necesita una transición a algo que logre su supervivencia.

Sea como sea, y ante un panorama este año en exceso de metrajes metafóricos, a veces complejos de entender, y llenos de melancolía y culto por la estética que han provocado que las salas en principio llenas se vaciasen de espectadores (incluso siendo las entradas gratuitas o de tres euros), podéis consultar los ganadores por esta puerta violeta en su propia web.

Aunque estoy en desacuerdo totalmente con muchos de los metrajes ganadores, sí destacaré de ellos el cortometraje ganador "Desanimado", de Emilio Martí, premio de público, y recomiendo reirse ampliamente con un revalorizado humor negro de mano de "The External World", de D. O'Reilly, mención especial del jurado, que si pulsáis sobre él podréis ver entero. Y recomendaría un cortometraje sin premio, "See Me", de C. Shepherd, un cortometraje de sentimientos humanos impecable.

Sobre los largometrajes de este año seré muy breve:

El Mal Ajeno (2010, Óskar Santos): Una película de thriller que apuesta por el nombre de sus actores, Eduardo Noriega y Belén Rueda, entre otros. Es una historia que yo interpreto de superhéroe a la española: mesiánico, casi como un JesuCristo en el siglo XXI, con Virgen María incluida. Un hombre trata de matar a su amante y luego quiere salvarla la vida amenazando a su doctor, un descreido que sufrirá un balazo de este homicida... sin embargo no muere, sino que sana él de una herida mortal y sanan todos los que toca. ¿La clave? La clave está en la amante de ese hombre, que se suicidó, y que había sido capaz de dejar estéril en su treintena de años a la esposa del hombre que era su amante. Parece enrevesado pero no lo es. Y es que el don de curar tiene sus contrapartidas. Entretenida para una tarde de domingo en casa, pero en absoluto me resultó una película excepcional o mínimamente interesante de verdad. En FilmAffinity.

Las Olas (2011, Alberto Morais): Una película de planos fijos, metáfora en las continuas secuencias de carreteras, y silencios. Un anciano vive la muerte de su esposa y decide emprender un viaje a Argéles-sur-Mere, en el sur de Francia, donde hubo un campo de refugiados (en realidad de concentración, para españoles en 1939-1941 que fue fatídico para miles de vidas españolas, ya hablé de ello). Allí se reunió con una joven que conoció durante la guerra civil de la que se enamoró antes de casarse con su esposa. Una película melancólica en demasía que no me convenció en absoluto ni como historia de amor, ni como historia que se ve necesitada de recurrir a un recuerdo de exilio que no se explica y que queda de más, hubiera dado igual que su amor se hubiera dado en unas vacaciones en Gandía, por lo que era innecesario recordar de nuevo la guerra civil, no era vital en la trama. Es una película sobre el invierno en la vida humana, sobre lo no vivido. Sobre la oportunidad de amor que no se pudo aprovechar y marca toda una vida de tristeza. En FilmAffinity.

Bon Appétit (2010, David Pinillos Rodríguez): Fue la ganadora este año, se veía venir... después de tantos cortometrajes en sábado y domingo, y el lunes los que fueron a ellos, como para deprimirte más de lo que esta crisis económica te deja deprimido, y después de dos largometrajes que suscitaron opiniones muy variables a la salida de la sala, esta historia romántica y amable, con música alegre y alguna sonrisa, es lo que la gente necesitaba para sentirse bien, simplemente para pasar un rato agradable, que no es poco en estos tiempo y en lo que iba de festival el día de su proyección. Un joven español se traslada a Suiza para crecer profesionalmente como cocinero de alta cocina, mientras rompe con su vida en España. Allí se enamora de la chica que lleva los vinos en el restaurante donde trabaja, la cual está enamorada y embarazada del jefe de ambos. Asíque es una historia de amistad y desamor. Algo muy cercano a mis experiencias, sin embargo ninguno de los personajes me hizo sentirme empático, no me reconocí en ninguno. Aún más, particularmente los actores me dieron la impresión de estar interpretando una historia de amor entre calamares. No me disgustó, pero tampoco me gustó. Me dejó indiferente, otra película para pasar una tarde de domingo en casa. Pero es cierto que a mucha gente le gustó. En FilmAffinity.

Blog (2010, Elena Trappé): Rodada a ritmo de falso documental. El mejor de sus aciertos es la interpretación de sus actrices adolescentes. Son totalmente creíbles. Un grupo de amigas de instituto decide por Internet, y en secreto (aunque no en el mundo de los blogs, sino en el de las redes sociales, por lo que el título de la película está mal elegido), mantener su primera relación sexual a la vez. Hasta ahí cuento para no estropearla. El problema: la trama es una presentación del asunto a tratar hasta sus últimos diez minutos de metraje, que ocurre el nudo y desenlace. Es pedirle noventa minutos de paciencia al espectador sin que en esos minutos haya al menos sucesos que nos mantengan interesados en lo que se cuenta. En FilmAffinity.

Planes Para Mañana (2010, Juana Macías): Esta película le pareció aburrida a mucha gente, sin embargo a mí me pareció la más creíble. Tampoco es que yo la salvara más allá de verla sentado en casa y no en la sala de cine, ya digo que este año el festival me ha parecido de transición. Son varias historias cruzadas donde se nos muestra la insatisfacción en las relaciones sentimentales y de sus propias vidas de varias mujeres maduras. Todo ello para confluir en el comienzo de una vida y una relación sentimental en una pareja joven que va a iniciar su camino cuando las otras historias van cerrando los suyos. Es una película de hastíos. En FilmAffinity.

Todas las Canciones Hablan de Mí (2010, Jonás Trueba): El pequeño de la familia Trueba se mete a producir y dirigir cine como el resto de la familia, probablemente arropado por ella, pues algunas músicas e imágenes me recordaban al cine de su padre Fernando Trueba. Es la historia de un chico que quiere olvidar a su novia, aunque la sigue amando, y a la vez mantener una amistad con ella, pues eso es lo único que desea ella tener con él. Ahí se produce otra amable historia de amor que hubiera podido tener el mismo galardón que Bon Appétit en esta edición de Alcine, sólo que Bon Appétit se le adelantó. Para mí són los personajes secundarios y sus historias contadas a medias, dejadas a la intuición del espectador, los más atractivos de esta historia de amor-desamor. En FilmAffinity.

Retornos (2010, Luis Avilés): Otro thriller en el festival. Esta vez no tan ambicioso como El Mal Ajeno. Un hombre que se enamoró de la esposa de su hermano (o su pareja al menos) trató de abandonar a su propia familia (mujer e hija) para irse con esta a vivir a Suiza. Sin embargo, un accidente de tráfico hizo que sólo se fuera él, pues ella murió causando un trauma familiar irreparable y un trauma en el pequeño pueblo gallego de donde son que marca la vida de sus gentes. La muerte del padre años más tarde hace que regrese al pueblo, donde no sólo tendrá que hacer frente a esta situación sino también a que su exesposa es la pareja del dueño del lupanar del lugar, y la muerte de una de las prostitutas, presuntamente atropellada por él por accidente, pero que, como él sospecha, no es así. A mí me resultó interesante, creo que es un thriller bien tratado, lo que no es moneda normal en el cine español, aunque tampoco era la gran película. En FilmAffinity.

Todos Vós Sodes Capitáns (2010, Óliver Laxe): Otro falso documental, pero este tenía más aspecto de documental que Blog. En este caso el propio productor dijo que el ritmo de la película lo marcaron en la vida real los niños marroquíes que participaron. Todo nació como se ve en la película como un taller educativo donde se trataba de crear una película con niños conflictivos marroquíes, implicándoles. Tiene dos partes con ritmos muy marcados y distintos. Uno primero con una visión de Marruecos del director español, una mitad donde los niños y responsables de su centro educativo se revuelven contra esa dirección, y una segunda parte donde son los niños marroquies los que deciden qué se rueda a modo de película, optando por lo bucólico, por lo campestre, y no por otra cosa. La fotografía en blanco y negro es muy bella, pero la película en general es muy lenta y anodina en algunas partes. Rompió con la dinámica de los últimos años donde los documentales (reales o falsos) solían ganar en Alcine.

Finalizo remarcando y destacando la labor de los bailarines de la gala de entrega de premios y clausura. Fue una gala extraña, para sorpresa de los galardonados y del público, pero al menos entretenida. Pues esto es todo. Que la cerveza os acompañe.

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