"(...) Como quiera que se han restablecido las relaciones diplomáticas entre Polonia y la URSS, encuéntrase también un embajador polaco en la improvisada capital, al pie de cuyos muros fluyen las aguas del Volga en dirección sur, hacia Stalingrado. El conde Romer, que llega de Tokio, ha sustituido en este puesto a Stanislaus Kot, quien entre otros asuntos lega a su sucesor el espinoso de la búsqueda de los prisioneros polacos.
'Lo que llega a la opinión pública en el año 1941, por medio de un artículo del obispo castrense polaco Gawlina, artículo aparecido en The Weekly Review, de 2 de marzo, hace mucho tiempo que lo saben las autoridades polacas. Es el capítulo triste, desconsolador de las deportaciones en masa de polacos al interior de Rusia. No empezaron en toda su plenitud en cuanto las tropas rusas penetraron, el 17 de septiembre de 1939, en la región oriental de Polonia. Los primeros pasos fueron interpretados más bien como una 'depuración' provisional. Llegaron algunos comisarios políticos con unas listas en las que aparecían consignados los nombres de los jefes del partido socialista polaco y de la Alianza Judía, organizaciones adheridas a la II Internacional. Estos jefes fueron inmediatamente detenidos en unión de todos los de los demás partidos políticos, con excepción del comunista. Aunque no se les sometió a procedimiento judicial, fueron condenados a penas que oscilaban entre los cinco y los veinte años de trabajos forzados, que debían cumplir en campos de concentración. Al mismo tiempo que ellos desaparecieron de doce mil a quince mil oficiales (...) y un número considerable de hombres, reclutados para realizar trabajos en las minas y las fábricas. En febrero de 1940 se sacaron y deportaron hacia el Este ruso unos setenta mil hombres, en su mayoría campesinos, obreros forestales, funcionarios administrativos y ferroviarios. Algunas aldeas quedaron totalmente despobladas. (...) Muchos murieron por no poder resistir las duras condiciones climatológicas. (...) De Lemberg fueron sacados por la violencia 30.000 hombres; de Drobobyez, 5.000; 2.000 de Moryslaw; y de Stanislaw, 4.000. Al cabo de otros dos meses se volvió a hacer una tercera leva, que según los ferroviarios de Lemberg que intervinieron en los traslados, afectó aproximadamente a unas 40.000 personas. Se trataba, en su mayoría, de fugitivos procedentes de la Polonia occidental, ocupada por los alemanes, que habían solicitado permiso para reintegrarse a su patria por preferir vivir bajo el régimen alemán que bajo el ruso, y algunos pequeños comerciantes acusados de especuladores. También figuraban algunos técnicos bajo la acusación de 'contrarrevolusionarios'. En el otoño tuvo lugar otra deportación en masa. (...) Fueron deportados de la Polonia oriental según cálculos módicos, millón y medio de personas, (...) lo que significa del 10 al 11 por 100 de la población total de la región ocupada por el Ejército Rojo.
'El conde Romer (...) tropezaba con terribles relatos. (...) Durante el invierno de 1940-1941 murieron en los campos de concentración del norte de Rusia la cuarta parte, como mínimo, de los internados. (...) Pero el embajador polaco cree poder dar pronto por terminado este asunto, ya que, según el acuerdo suscrito con Stalin, los internados recobrarán inmediatamente la libertad. Además, se han constituído Comités Polacos de Ayuda para auxiliar a estos desgraciados, que de verdad necesitan urgente socorro. (...) Pero, ¿dónde están los oficiales, tan necesarios para el nuevo ejército que se quiere formar? (...) No es posible -piensa [Romer]- que puedan desaparecer más de diez mil oficiales sin dejar rastro. (...) En julio de 1942 son detenidos los miembros de las organizaciones polacas de ayuda; en enero de 1943 son estas disueltas y clausuradas, pues las autoridades soviéticas declaran que ya no existen en la URSS más ciudadanos polacos. Puesto que los territorios de la Polonia oriental son parte ahora del territorio soviético (...).
'En abril [de 1943] se descubren las trágicas fosas de Katyn, y con ello queda de manifiesto dónde quedan los oficiales del ejército polaco. El 25 de abril se entrega al embajador polaco la nota en la que la Unión Soviética declara romper sus relaciones con el gobierno exiliado en Londres. Al día siguiente el conde Romer abandona el país. La situación militar ha variado para la Unión Soviética. Stalin no neceseita ya la ayuda polaca. (...)"
H.C. Crown, "¡Traición!", Probablemente escrito a finales de 1944, y completado con una esquela del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt posterior a abril de 1945.
Este texto escrito en los tiempos finales de la II Guerra Mundial, aunque aún quedaban largos meses de 1945, pertenece a un pequeño librito de 111 páginas, probablemente publicado en la Francia liberada. H.C. Crown puede ser un autor inglés, o bien un pseudónimo de un español. Lo compré barato en una feria del libro antiguo de Alcalá de Henares de 2005, y hube de restaurarle sus cubiertas, aunque no elegí bien el engrudo. Tal como lo leí, sospecho que el autor (ya sea autor real o traductor al castellano) debió ser un español exiliado probablemente del Partido Obrero de Unifación Marxista (POUM, eran trotskistas y había simpatía con el anarcosindicalismo), o bien algún anarcosindicalista. Y la verdad es que lo vi apropiado para transcribir un fragmento hoy, ya que ayer, dentro de las murallas medievales del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares se produjo la representación de varias batallas de la Segunda Guerra Mundial, en aniversario de la invasión de Polonia por parte de la Alemania NAZI, lo que dio lugar al estallido bélico en 1939. Llegué tarde, pero ya otros llegaron antes que yo y tomaron videos y fotos. Así que la fotografía más respetable que yo hice fue la que os muestro, ampliable, como siempre, si pulsais en ella.
No soy muy partidario de ver este tipo de representaciones, están más destinadas a los forofos de la épica bélica que a los amantes de la Historia. Bien es cierto que una asociación polaca alcalaína les avalaba. No es raro, Alcalá de Henares es la ciudad con más polacos viviendo fuera de Polonia, igual que rumanos. Pues bien, el texto nos recuerda que en 1939 Polonia no sólo fue invadida y masacrada en campos de concentración y frentes bélicos por los alemanes, sino que también la URSS les invadió por su zona oriental. Era fruto de un Pacto de No Agresión entre alemanes NAZIS y rusos soviéticos en aquel 1939 y que desde después de la batalla del Ebro en 1938, durante la guerra civil española, ya nos había afectado a los propios españoles. Un pacto donde, por cierto, alemanes y rusos se llamaban camaradas, aunque es obvio que era pura diplomacia ya que barruntaban un enfrentamiento futuro real.
La Polonia de 1939 era fruto de la Polonia posterior a la I Guerra Mundial. Sus fronteras habían variado a lo largo de los siglos, sólo hay que mirar un mapa del siglo XVI y otro del XX, es muy evidente. Pero esa Polonia posterior a 1918 se había construído en castigo a Alemania, el territorio de Danzig, en manos polacas entonces, partía en dos Alemania, separándola de Prusia, el Estado aleman donde se fraguó la unidad alemana. Pero además existía el racismo germano contra los eslavos, a los que les consideraban seres inferiores, y la existencia de numerosa población católica y judía polaca, lo que también iba contra las ideas NAZIS alemanas. Eso por el lado occidental. Por el lado oriental Rusia consideraba Polonia como parte de su territorio, ya que su retirada de la I Guerra Mundial en 1917 había provocado ciertas cesiones que no reconocían, pero además los rusos siempre se habían (aún hoy) considerado padres de todos los pueblos eslavos, a los que consideran inferiores al eslavismo ruso. No es tampoco de olvidar que Polonia, aunque tenía una República, estaba gobernada por una dictadura militar conservadora que ya previamente había firmado un Pacto de No Agresión con la Alemania de Hitler en 1934, y que en 1938 había invadido territorios de Estados vecinos alegando que vivían polacos allí, del mismo que los alemanes estaban haciendo en Sarre, Checoslovaquia y otros lugares. Esto fue denunciado por la URSS en la Sociedad de Naciones, que al final optó por el pacto con Alemania y el acuerdo de invadir Polonia sin atacar a los alemanes, si uno de los dos, en este caso Alemania, decidía invadir Polonia.
Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre, en dirección a Prusia, y en realidad anexionándose occidente. La URSS reaccionó del mismo modo en oriente. Ambos cometieron deportaciones y ejecuciones de polacos. Unos por unos motivos y otros por otros, pero ambos tomando posiciones estratégicas, ya no sólo territoriales sino también humanas, de ahí las ejecuciones tan terribles de oficiales polacos y las deportaciones a Siberia. Los polacos se vieron pues como víctimas del inicio de una guerra por partida doble... y su dictadura militar les colocaba frente a los ojos de los rusos como potenciales enemigos, parte de las autoridades polacas habían ofrecido una alianza a Hitler para frenar su ataque e invadir Rusia juntos, aparte de la entrega de ciudadanos judíos polacos que acabaron en guetos y en campos de exterminio. Pero los rusos no fueron mucho mejores. También hubo polacos que se posicionaron del lado soviético, sobre todo en 1941, cuando Alemania invadió la URSS y estos reaccionaron liberando a los polacos e integrándolos en unidades militares para la liberación de Polonia... que, como dice el texto, luego fueron reconocidas como soviéticas, y no como polacas. El alzamiento de Varsovia de 1944 era toda una declaración de intenciones polaca de querer ayudar a los soviéticos en su avance. No obstante, tras la guerra, los polacos votaron por un gobierno comunista prosoviético y por el Pacto de Varsovia, aunque muy pronto se arrepintieron... De hecho el problema estaba ya planteado dentro de la II Guerra Mundial, como se lee en este texto. Polonia tenía una sociedad muy dividida entre la extrema derecha y la extrema izquierda, y ambos bandos por un mero hecho de supervivencia.
Sea como sea, y sin adentrarnos en un análisis más profundo y mejor, me es llamativo que se haya producido en Alcalá de Henares, y dentro de terrenos del episcopado, una interpretación así, sin precedentes en toda la Comunidad de Madrid. Hubiera sido más lógico recuperar la memoria de la Guerra Civil Española, aunque no venga mal repasar los hitos de la guerra mundial, pero imagino que la sociedad española, salvo en algunos sitios, quizá hay que decir la alcalaína, aún debe aprender a ver la Historia como Historia, y a los crímenes contra la Humanidad como crímenes contra la Humanidad y no como hechos de defensa de las ideas propias. Porque esta serie de actos, por otra parte, siempre me hacen pensar que a veces olvidan lo pedagógico en favor del espectáculo bélico. No me basta a mí ver a gente disfrazada de polacos, alemanes, franceses, ingleses, americanos o irlandeses pegándose tiros montados en sidecar, no me basta si no hay una intención pedagógica más allá que la exhibición de que se tienen trajes y casos para representarlo, por muy loable que sea para alguien un primer acercamiento recreativo.
Un saludo y que la cerveza os acompañe.
'Lo que llega a la opinión pública en el año 1941, por medio de un artículo del obispo castrense polaco Gawlina, artículo aparecido en The Weekly Review, de 2 de marzo, hace mucho tiempo que lo saben las autoridades polacas. Es el capítulo triste, desconsolador de las deportaciones en masa de polacos al interior de Rusia. No empezaron en toda su plenitud en cuanto las tropas rusas penetraron, el 17 de septiembre de 1939, en la región oriental de Polonia. Los primeros pasos fueron interpretados más bien como una 'depuración' provisional. Llegaron algunos comisarios políticos con unas listas en las que aparecían consignados los nombres de los jefes del partido socialista polaco y de la Alianza Judía, organizaciones adheridas a la II Internacional. Estos jefes fueron inmediatamente detenidos en unión de todos los de los demás partidos políticos, con excepción del comunista. Aunque no se les sometió a procedimiento judicial, fueron condenados a penas que oscilaban entre los cinco y los veinte años de trabajos forzados, que debían cumplir en campos de concentración. Al mismo tiempo que ellos desaparecieron de doce mil a quince mil oficiales (...) y un número considerable de hombres, reclutados para realizar trabajos en las minas y las fábricas. En febrero de 1940 se sacaron y deportaron hacia el Este ruso unos setenta mil hombres, en su mayoría campesinos, obreros forestales, funcionarios administrativos y ferroviarios. Algunas aldeas quedaron totalmente despobladas. (...) Muchos murieron por no poder resistir las duras condiciones climatológicas. (...) De Lemberg fueron sacados por la violencia 30.000 hombres; de Drobobyez, 5.000; 2.000 de Moryslaw; y de Stanislaw, 4.000. Al cabo de otros dos meses se volvió a hacer una tercera leva, que según los ferroviarios de Lemberg que intervinieron en los traslados, afectó aproximadamente a unas 40.000 personas. Se trataba, en su mayoría, de fugitivos procedentes de la Polonia occidental, ocupada por los alemanes, que habían solicitado permiso para reintegrarse a su patria por preferir vivir bajo el régimen alemán que bajo el ruso, y algunos pequeños comerciantes acusados de especuladores. También figuraban algunos técnicos bajo la acusación de 'contrarrevolusionarios'. En el otoño tuvo lugar otra deportación en masa. (...) Fueron deportados de la Polonia oriental según cálculos módicos, millón y medio de personas, (...) lo que significa del 10 al 11 por 100 de la población total de la región ocupada por el Ejército Rojo.
'El conde Romer (...) tropezaba con terribles relatos. (...) Durante el invierno de 1940-1941 murieron en los campos de concentración del norte de Rusia la cuarta parte, como mínimo, de los internados. (...) Pero el embajador polaco cree poder dar pronto por terminado este asunto, ya que, según el acuerdo suscrito con Stalin, los internados recobrarán inmediatamente la libertad. Además, se han constituído Comités Polacos de Ayuda para auxiliar a estos desgraciados, que de verdad necesitan urgente socorro. (...) Pero, ¿dónde están los oficiales, tan necesarios para el nuevo ejército que se quiere formar? (...) No es posible -piensa [Romer]- que puedan desaparecer más de diez mil oficiales sin dejar rastro. (...) En julio de 1942 son detenidos los miembros de las organizaciones polacas de ayuda; en enero de 1943 son estas disueltas y clausuradas, pues las autoridades soviéticas declaran que ya no existen en la URSS más ciudadanos polacos. Puesto que los territorios de la Polonia oriental son parte ahora del territorio soviético (...).
'En abril [de 1943] se descubren las trágicas fosas de Katyn, y con ello queda de manifiesto dónde quedan los oficiales del ejército polaco. El 25 de abril se entrega al embajador polaco la nota en la que la Unión Soviética declara romper sus relaciones con el gobierno exiliado en Londres. Al día siguiente el conde Romer abandona el país. La situación militar ha variado para la Unión Soviética. Stalin no neceseita ya la ayuda polaca. (...)"
H.C. Crown, "¡Traición!", Probablemente escrito a finales de 1944, y completado con una esquela del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt posterior a abril de 1945.
Este texto escrito en los tiempos finales de la II Guerra Mundial, aunque aún quedaban largos meses de 1945, pertenece a un pequeño librito de 111 páginas, probablemente publicado en la Francia liberada. H.C. Crown puede ser un autor inglés, o bien un pseudónimo de un español. Lo compré barato en una feria del libro antiguo de Alcalá de Henares de 2005, y hube de restaurarle sus cubiertas, aunque no elegí bien el engrudo. Tal como lo leí, sospecho que el autor (ya sea autor real o traductor al castellano) debió ser un español exiliado probablemente del Partido Obrero de Unifación Marxista (POUM, eran trotskistas y había simpatía con el anarcosindicalismo), o bien algún anarcosindicalista. Y la verdad es que lo vi apropiado para transcribir un fragmento hoy, ya que ayer, dentro de las murallas medievales del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares se produjo la representación de varias batallas de la Segunda Guerra Mundial, en aniversario de la invasión de Polonia por parte de la Alemania NAZI, lo que dio lugar al estallido bélico en 1939. Llegué tarde, pero ya otros llegaron antes que yo y tomaron videos y fotos. Así que la fotografía más respetable que yo hice fue la que os muestro, ampliable, como siempre, si pulsais en ella.
No soy muy partidario de ver este tipo de representaciones, están más destinadas a los forofos de la épica bélica que a los amantes de la Historia. Bien es cierto que una asociación polaca alcalaína les avalaba. No es raro, Alcalá de Henares es la ciudad con más polacos viviendo fuera de Polonia, igual que rumanos. Pues bien, el texto nos recuerda que en 1939 Polonia no sólo fue invadida y masacrada en campos de concentración y frentes bélicos por los alemanes, sino que también la URSS les invadió por su zona oriental. Era fruto de un Pacto de No Agresión entre alemanes NAZIS y rusos soviéticos en aquel 1939 y que desde después de la batalla del Ebro en 1938, durante la guerra civil española, ya nos había afectado a los propios españoles. Un pacto donde, por cierto, alemanes y rusos se llamaban camaradas, aunque es obvio que era pura diplomacia ya que barruntaban un enfrentamiento futuro real.
La Polonia de 1939 era fruto de la Polonia posterior a la I Guerra Mundial. Sus fronteras habían variado a lo largo de los siglos, sólo hay que mirar un mapa del siglo XVI y otro del XX, es muy evidente. Pero esa Polonia posterior a 1918 se había construído en castigo a Alemania, el territorio de Danzig, en manos polacas entonces, partía en dos Alemania, separándola de Prusia, el Estado aleman donde se fraguó la unidad alemana. Pero además existía el racismo germano contra los eslavos, a los que les consideraban seres inferiores, y la existencia de numerosa población católica y judía polaca, lo que también iba contra las ideas NAZIS alemanas. Eso por el lado occidental. Por el lado oriental Rusia consideraba Polonia como parte de su territorio, ya que su retirada de la I Guerra Mundial en 1917 había provocado ciertas cesiones que no reconocían, pero además los rusos siempre se habían (aún hoy) considerado padres de todos los pueblos eslavos, a los que consideran inferiores al eslavismo ruso. No es tampoco de olvidar que Polonia, aunque tenía una República, estaba gobernada por una dictadura militar conservadora que ya previamente había firmado un Pacto de No Agresión con la Alemania de Hitler en 1934, y que en 1938 había invadido territorios de Estados vecinos alegando que vivían polacos allí, del mismo que los alemanes estaban haciendo en Sarre, Checoslovaquia y otros lugares. Esto fue denunciado por la URSS en la Sociedad de Naciones, que al final optó por el pacto con Alemania y el acuerdo de invadir Polonia sin atacar a los alemanes, si uno de los dos, en este caso Alemania, decidía invadir Polonia.
Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre, en dirección a Prusia, y en realidad anexionándose occidente. La URSS reaccionó del mismo modo en oriente. Ambos cometieron deportaciones y ejecuciones de polacos. Unos por unos motivos y otros por otros, pero ambos tomando posiciones estratégicas, ya no sólo territoriales sino también humanas, de ahí las ejecuciones tan terribles de oficiales polacos y las deportaciones a Siberia. Los polacos se vieron pues como víctimas del inicio de una guerra por partida doble... y su dictadura militar les colocaba frente a los ojos de los rusos como potenciales enemigos, parte de las autoridades polacas habían ofrecido una alianza a Hitler para frenar su ataque e invadir Rusia juntos, aparte de la entrega de ciudadanos judíos polacos que acabaron en guetos y en campos de exterminio. Pero los rusos no fueron mucho mejores. También hubo polacos que se posicionaron del lado soviético, sobre todo en 1941, cuando Alemania invadió la URSS y estos reaccionaron liberando a los polacos e integrándolos en unidades militares para la liberación de Polonia... que, como dice el texto, luego fueron reconocidas como soviéticas, y no como polacas. El alzamiento de Varsovia de 1944 era toda una declaración de intenciones polaca de querer ayudar a los soviéticos en su avance. No obstante, tras la guerra, los polacos votaron por un gobierno comunista prosoviético y por el Pacto de Varsovia, aunque muy pronto se arrepintieron... De hecho el problema estaba ya planteado dentro de la II Guerra Mundial, como se lee en este texto. Polonia tenía una sociedad muy dividida entre la extrema derecha y la extrema izquierda, y ambos bandos por un mero hecho de supervivencia.
Sea como sea, y sin adentrarnos en un análisis más profundo y mejor, me es llamativo que se haya producido en Alcalá de Henares, y dentro de terrenos del episcopado, una interpretación así, sin precedentes en toda la Comunidad de Madrid. Hubiera sido más lógico recuperar la memoria de la Guerra Civil Española, aunque no venga mal repasar los hitos de la guerra mundial, pero imagino que la sociedad española, salvo en algunos sitios, quizá hay que decir la alcalaína, aún debe aprender a ver la Historia como Historia, y a los crímenes contra la Humanidad como crímenes contra la Humanidad y no como hechos de defensa de las ideas propias. Porque esta serie de actos, por otra parte, siempre me hacen pensar que a veces olvidan lo pedagógico en favor del espectáculo bélico. No me basta a mí ver a gente disfrazada de polacos, alemanes, franceses, ingleses, americanos o irlandeses pegándose tiros montados en sidecar, no me basta si no hay una intención pedagógica más allá que la exhibición de que se tienen trajes y casos para representarlo, por muy loable que sea para alguien un primer acercamiento recreativo.
Un saludo y que la cerveza os acompañe.
No estoy de acuerdo con que la Polonia posterior a la Primera Guerra Mundial se constituyó para castigar a Alemania. En Versalles se delimitaron solo las fronteras occidentales polacas, además pendientes de la celebración de plebiscitos en las regiones con población mixta, como la Alta Silesia. Danzig no fue entregada a Polonia, era una "ciudad libre" bajo administración de la Sociedad de Naciones. Es cierto que a Polonia se le garantizaba acceso libre al puerto, y en algunos aspectos (política exterior, que recuerde) Danzig no tenía autonomía y dependía de Polonia, pero tenía su propio gobierno y su propio parlamento soberano. También es cierto que a diferencia de otros territorios el Tratado de Versalles prohibía expresamente que Danzig fuese devuelta a Alemania. Pero el objetivo de todo esto no era castigar a Alemania, sino garantizar la viabilidad de una Polonia independiente. Los polacos necesitaban una salida al mar, si no su destino habría sido convertirse en un protectorado alemán, si se les obligaba a que sus comunicaciones con el resto del mundo a través de Alemania (o de la URSS, lo que les gustaba aún menos). Una Polonia con salida al Báltico y una Prusia partida en dos ya habían existido en los soglos XVII y XVIII, no eran un invento completamente nuevo.
ResponderEliminarSus fronteras orientales fueron delimitadas a tiros en los años 20. Las consiguieron por medio de guerras con sus vecinos (primero con Checoslovaquia y Lituania, y sobre todo en la guerra polaco-soviética). La URSS aspiraba a recuperar los territorios que habían pertenecido al Imperio Ruso hasta la 1ª Guerra Mundial y que habían perdido en el tratado de Brest-Litovsk, pero lo único que consiguieron fue perder aún más territorios. Los polacos trataban de acercarse a las fonteras que había tenido la unión polaco-lituana allá por el siglo XVII. En realidad ambos bandos tenían ganas de expandirse, pero no fue una guerra de conquista de ninguno de los dos. Las fronteras no estaban bien definidas, los estados que habían salido de la Primera Guerra Mundial eran todavía débiles, y los choques fronterizos eran inevitables. Pero las fronteras orientales polacas surgidas de su guerra contra la URSS por lo que sé no estaban reconocidas internacionalmente.
Perdón por el rollo.
Sabía que esta entrada te tentaría... jejeje... Bueno, yo sí creo que la Polonia posterior a 1918 fuese en parte un castigo a Alemania. A pesar de que ya había una Prusia partida en e siglo XVIII y que ante el avance de Napoleón un conocido ilustrado francés les recomendó fomentar su nacionalismo, su pertenencia cultural germana, para tener un ejército que le hiciera frente, lo cierto es que a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX Prusia ha logrado unificar todos los estados germanos y formar Alemania, porque que la propia Prusia estuviera partida no quería decir que el territorio intermedio fuera polaco, que no lo era, era germano. La unidad alemana en buena medida, aparte de guerras, fue lograda precisamente por un proceso similar (que no igual) al de la Unión Europea, esto es con la unidad en eliminar aranceles entre ellos, la libre circulación de germanos entre Estados, y la creación de un proyecto común llamado ferrocarril, que reactivó mucho su industria, por cierto. Partirla en 1918 era ignorar todo un sentimiento germano en las zonas. Claro que Bakunin, en "Estatismo y Anarquía" ya advirtió del peligro de esa unidad alemana... pero también de que los rusos se erigieran protectores de los eslavos. Es un tema interesante y complejo, siempre abierto a debate, pero en general, aunque entiendo lo que dices, yo sí creo que esa partición de Alemania a una forma que tuvo en el siglo XVIII era ya anacrónica y superada... y doliente para una nación que se había construído con epicentro en Prusia, aunque la capital fuera Berlín. Esto no es justificar la invasión de Polonia, nada más lejos de mi intención y mucho menos de mis ideas y creencias, es un punto de vista de debate entre historiadores para la comprensión y análisis de quienes nos lean. Siempre es sano. Un saludo, buen hombre.
ResponderEliminarBueno, en esas regiones había sentimiento germano, pero también sentimiento polaco. La Polonia del periodo de entreguerras era una enorme llanura, sin fronteras naturales, que incluía territorios habitados por polacos, alemanes, lituanos, checos, bielorrusos, ucranianos... La población estaba en muchas ocasiones mezclada. Aún lo está. Tuve un amigo lituano que me contaba que dentro de Lituania hay pueblos polacos, habitados por gentes de nacionalidad lituana pero de cultura polaca, y rodeados de otros pueblos habitados por lituanos-lituanos. Hubo partes en Prusia en las que se celebraron plebiscitos y la mayoría de la población decidió seguir unida a Alemania, mientras que hubo otras regiones (en Prusia no, pero sí en Silesia) en donde la mayoría prefirió unirse a la nueva república polaca. Es cierto que en las regiones que garantizaban la salida al mar de Polonia a sus habitantes no se les dio la opción de elegir, pero lo que quise decir es que el objetivo de eso no fue castigar a Alemania. A mí me parece (y es una opinión que sé que es minoritaria) que se exagera mucho en la dureza del Tratado de Versalles con Alemania, al menos en lo que respecta a las fronteras. Lo cierto es que a los aliados occidentales no les interesaba demasiado el problema de las fronteras de los estados del este de Europa, por eso hubo todos los conflictos que hubo entre ellos en los años posteriores. Estaba todo por decidir. Polonia necesitaba una salida al mar, y se la dieron y se la garantizaron. No creo que pensasen demasiado en humillar a Prusia ni a Alemania.
ResponderEliminarUn saludo.