Aún quedaba tiempo hasta que empezara la manifestación convocada a las 18:30 h. en la Plaza de Neptuno. El compañero había hecho unos sandwiches y decidimos comerlos, pero necesitábamos agua. Buscamos una máquina expendedora de algún bar cerrado, para no contribuir como clientela a la hostelería que no hizo huelga. Sin embargo el centro de Madrid no tenía ni una de estas, en otras ciudades sí hay. Tampoco encontré un servicio público para orinar, así que me aguanté (al final del día estaba a punto de reventar, lo confieso). Decidimos que podríamos comprar a un establecimiento de comidas chino, porque no son españoles, porque sus condiciones para tener negocios en España es diferente a la de los españoles, y sobre todo por la sed, seamos sinceros. A nuestra sorpresa, y confirmado hoy por la prensa de todas las tendencias, los comercios orientales SÍ hicieron huelga. Estaban todos cerrados. Creo que sólo este hecho debería hacer pensar muchas cosas a muchos comerciantes españoles. Los pequeños empresarios para mí, y para mucha gente, incluído el anarquista Proudhon, es equiparable a un trabajador, por lo que comprendo sus problemas y no problemas de espada de Damocles para ir o no ir a la huelga, pero los medianos y grandes empresarios, o a mejor decir sus empleados, deberían tomar nota de esta lección que les han dado los orientales con establecimientos comerciales en España. Conseguimos agua al final, de una frutería regentada por un hombre de aspecto y habla que me hace pensar que era islámista y no español. Tras esto nos cruzamos con varios ciclistas haciendo su reivindicación de ese modo.
Llegamos a la Plaza de Neptuno a las 18:00 h. Había ya gran número de gente de CCOO, de UGT, del PCE, Izquierda Socialista y republicanos. Abundaba la gente con insignias de CCOO, aunque las farolas de la ciudad tenían decoraciones de UGT. Buscamos algún grupo donde pudiéramos tener una cabida coherente antes de aventurarnos a ir a nuestro aire. No encontramos nada. Para mi gusto fue detestable los vendedores ambulantes que se tomaron aquello como una feria donde vender cerveza, patatas fritas y banderas, y también los que lo compraron en plan romería. Pero cada uno tiene sus propios principios. La Plaza de Neptuno estaba repleta de gente cuando algunos grupos comenzaron a abanzar hacia la Plaza de Cibeles. Nos movimos haciendo paradas. Nos extrañaba que la marcha hubiera comenzado a las 18:10 h. Para las 18:30 h. estábamos literalmente atascados, tras 20 minutos de marcha con paradas, a medio camino entre Neptuno y Cibeles, a pesar de que a esa hora debía comenzar en Neptuno. Nos metimos en la cabecera de Izquierda Anticapitalista. Parecía un grupo animado y variado de gente de varias tendencias. En realidad es un grupo comunista trotskista, según me dijo más tarde el compañero que se separó de nosotros, que trata de crear una coalición de izquierdas alternativa a Izquierda Unida. Tenían un animado sentido reivindicativo con canciones que realmente eran protestas, y no tanto festivas. Sin embargo no creo que nuestras insignias sindicales les agradaran, de entre todos los panfletos que repartieron no nos ofrecieron ni uno, cosa rara en una manifestación. Pero nos toleraban allí, lo que no es poco. Sin embargo era gente que ni avanzaba ni retrocedía, no se movía, tampoco tenían opción de hacerlo Tras bastante rato estancados, decidimos avanzar por el lateral derecho de la avenida, a través del césped como miles de personas en ese momento, hasta alcanzar el asfalto del otro lado.
Ahora nos encontrábamos con grupos aislados de gente con emblemas de CNT, a otros grupos aislados de CGT, a un amigo de mi compañero de manifestación... ¡entre tantos miles de personas!, a gente de Izquierda Unida, abundantes de UGT y a algunos periodistas televisivos y de prensa escrita. Gente de todas las generaciones, asociaciones de todo tipo, y grupos de música de percusión que lo único que hacían era exhibir que sabían tocar música percusiva y atascaban la entrada a la Plaza de Cibeles porque creaban enormes grupos de gente que se paraban a escucharles, mirarles y a hacerles fotos, como los periodistas que se subierona plataformas instaladas a drede. Al fin la Plaza de Cibeles tenía ese mismo aspecto pero daba la oportunidad de poder avanzar mejor, pero también muy lentamente.
El tramo de la Calle de Alcalá hacia la Plaza del Sol estaba sobresaturado de personas y el sol bajo atacaba a los ojos. Creo que en algún momento debimos pasar por delante de la cabecera de UGT y de CCOO, pero era imposible distinguirla, había mucha gente distribuida por toda la avenida por igual. Encontramos por delante nuestra una cabecera de feministas veteranas con su propia consigna. Estuvimos andando a la par un rato, no fue una elección, aunque no hubiera importado que lo fuera, era una necesidad para poder avanzar. Al fin atardecía del todo y el cielo de azul oscuro comenzaba a oscurecer, el sol ya no molestaba a la visión. Llegamos a la Plaza del Sol alrededor de las 19:40 h. ó las 20:00 h. Las cabeceras estaban por detrás nuestra y aún tardarían un tiempo en llegar. La deficitaria megafonía, pese a que podrían haber contratado una mejor con sus presupuestos, emitía mensajes mientras llegaban los líderes sindicales de UGT y CCOO. En estos momentos se produjo un hecho que inmortalizó el Chico Gris, se puede ver en esta foto que le he cogido de su blog con permiso, de su entrada "29-S":
4.- EL CONFLICTO DE LA PANCARTA: Para los que no conozcan Madrid capital, han de saber que este edificio se encuentra justo enfrente de la tribuna que se coloca para los actos de las manifestaciones, por lo que es la fachada que pueden ver aquellas personas que hablan, en este caso serían los líderes de CCOO y UGT, Toxo y Cándido Méndez, que aún no habían llegado. Sin que nadie se diera cuenta dos anarquistas de Acción Directa, que no anarcosindicalistas de CNT o de CGT o de otro sindicato anarcosindicalista, ascendieron por los andamios de este enorme edificio y desplegaron esta pancarta gigante donde se lee: "Sindicatos traidores, la huelga es de los trabajadores (...) Acción Directa. Autocratización". Era una pancarta claramente dirigida contra UGT y CCOO por su muy criticable actuación desde el comienzo de la crisis en 2008, y en concreto ante la reforma laboral y esta huelga que viene con varios meses de retraso respecto a la misma, varios años respecto a la crisis, y después de que se aprobara la reforma. La crítica es razonable, incluso compartida por los propios miembros de UGT y CCOO como se dio cuenta en esta bitácora en el encuentro que tuvieron en Alcalá de Henares hace una semana. Sin embargo, dejando claro que los sindicatos anarquistas habían acordado que este día debía ser de unidad y no debían ocurrir cosas así, y que así se obró desde los sindicatos, pues ya habría tiempo para la crítica, que incluso se pactó otras rutas para evitar cosas así (mirad la cabecera de CNT y veréis que la crítica a los mayoritarios también existía pese a la unidad en el 29-S), no me pareció bien que se desplegara tal pancarta. No era el día ni el momento, aunque el mensaje de protesta fuera legítimo. Así se lo dije a mi compañero de manifestación. A los pocos minutos le diría otra cosa que puede parecer contraria, pero que no lo es, si no que es coherente con mis valores. Pasó por delante de la pancarta un miembro de Comisiones Obreras que decidió subir los andamios para descolgar y tirar la pancarta. Ahora le dije a mi compañero de manifestación, pues lo veíamos a una altura paralela a la estatua de Carlos III, un sarcástico: "y a esto es a lo que llaman libertad de expresión". Al rato añadí con más sarcasmo: "¿nos vamos ya o nos quedamos a escuchar el discurso único de CCOO y UGT?" Un grupo de gente de CGT, y creo que se les unieron gente de UGT y de la propia CCOO, reclamaron que volvieran a poner la pancarta, por la libertad de expresión, gustase o no su idonéidad y mensaje. Así se hizo, aunque desde una altura más baja, fácil de quitar desde el suelo de varios tirones. Lo aplaudí junto a un montón de gente más, por la libertad de expresión, no por la pancarta, que me pareció un error que la colocaran los primeros que lo hicieron. En esos momentos subían a la tribuna, al fin, los líderes de UGT y CCOO. Mientras a un extremo de la plaza la gente coreaba y aplaudía a aquellos líderes, al otro extremo, el de la pancarta, sufría una serie de abucheos y de gritos a coro de "¡fascistas, libertad de expresión!". La policía había arrancado la pancarta, de nuevo, y ahora, un grupo de cinco de ellos, la custodiaban con los brazos cruzados. Nos acercamos allí para verlo con nuestros propios ojos en primera fila. El coro lo protagonizaba gente de la CGT, pero también gente de UGT y CCOO. Los periodistas gráficos llegaron a montones. No sé si la policía la quitó por quitarla o por zanjar discusiones. Pero ni me gustó que la colgaran en un primer momento los de Acción Directa, ni me gustó que la quitara un CCOO, ni me gustó que la policía volviera a quitarla con tan malos modos que parecía que no se decidían a cargar contra la gente porque estaban allí los líderes nacionales del sindicalismo mayoritario. La policía se fue al rato, alguien había sufrido un desmayo, o algo así. nadie volvió a poner la pancarta y, con mal sabor de boca, la cosa se calmó mientras allí, en aquel extremo de la plaza, oíamos a Toxo y a Méndez con grandes palabras de libertad, mientras en esa zona veíamos una libertad, la de expresión, arrancada, liada y tirada en el suelo por dentro del andamio.
No quedó así el asunto, no pasó mucho rato que la policía volvió, sin que estuviese ocurriendo nada, absolutamente nada en ese lugar ya, para volver a tomar posiciones en torno al lugar de los hechos. Recogieron la pancarta y la gente de CGT protestó, pues querían conservarla. No querían desplegarla, esta claro que tuvieron tiempo de volverlo a hacer y no lo hicieron. Querían tenerla, simplemente. Los gritos llamaron la atención de todo ese lugar de la plaza, aunque los Toxo y los Méndez, se empapaban de su día de gloria con gente aplaudiendo y vitoreando al otro lado, ignorantes de lo que estaba ocurriendo tan cerca de ellos, tan delante de ellos. En ese momento me indigné tanto que yo mismo comencé a gritar en apoyo de aquellos CGT: "¡Somos trabajadores, no gente sumisa! ¡Somos trabajadores, no seres domesticados! ¡Somos trabajadores, trabajadores!", esos eran mis gritos. Estaba alterado. Indignado. Asqueado. Alguien de CCOO mayor se volvió para mirarme, pues él también miraba a los policías, y me dejó espacio para que pasara a su lado. CGT forcejéó con la pancarta, pero la policía no replicó, la gente les iba envolviendo, no muy amigablemente, y decidieron irse rápido de allí, con la pancarta y con caras gachas algunos, asustadas mirando para todos los lados otros, y decididamente hacie delante quien les daba órdenes al frente. Esto no ha salido en ningún informativo, pero también es para conocerlo. Sucedió. Y ahí está esa foto que demuestra, cuando menos, la existencia de una pancarta que nunca debió colgarse, que nunca debió quitarse y que nunca debió, por último, arrancarse.
A las 20:45 seguían los discursos de UGT y CCOO cuando contactamos con nuestro compañero que fue a la manifestación de CNT, iniciamos el reencuentro hacia el coche, en una calle de Lavapiés. Sería entre las 21:40 y las 22:00 cuando llegué de vuelta a mi casa en Alcalá de Henares. Por lo demás, por el "¿ahora qué?", sólo cabe decir lo que tantas veces se ha dicho desde el inicio de este blog, porque ayer no era un día único, si no un día más, ahora hay que seguir defendiendo las propias ideas y principios, porque una huelga y una manifestación no es el único modo de hacerlo. El día a día cuenta. Ante esta reforma quedan varios años de sacrificio. El retroceso a 1977 en legislación laboral, ya explicado en las últimas semanas en este blog, implica eso, varios años de sacrificios y luchas intensas para recuperar lo perdido. Ayer sólo fue un día sonado, de muchos que ni sonarán pero serán tan importantes como este en la vida de cada uno de nosotros, con o sin sindicatos detrás. Saludos y que la cerveza os acompañe.
Es bueno saber que al menos, en algún lugar, las legítimas protestas de los huelguista fueron como debían ser: pacíficas y respetando al prójimo porque lo cierto es que, algunas imágenes televisivas eran escalofriantes. Y llevas razón al decir que el pequeño empresario se asimila a un trabajador por cuenta ajena. Deberían de enterarse más de uno y también la legislación y la judicatura de este país cuando se empeñan en aplicar convenios colectivos pensados para empresas con una plantilla numerosa, a empresas con pocos trabajadores en las que el jefe curra codo con codo con el resto de personal y en las que muchas veces, el empresario se ve en una situación de indefensión porque los jueces se dedican, sistemáticamente en la mayoría de los casos, a dar la razón al trabajador por el mero hecho de serlo, en vez de sentarse y tratar de dilucidar quién de las dos partes la tiene . Por no hablar de las prestaciones sociales.
ResponderEliminarY sí, quizás los pequeños empresarios deberían acudir a la huelga a protestar junto a los trabajadores. Pero la vida les enseña que ese no es su lugar porque a la hora de la verdad, sindicatos, legislación, Gobierno y Tribunales los clasifican bajo la etiqueta de empresarios, marcando, así, el antagonismo.
Lo triste, Canichu, es que te puedo contar muchos casos en los que el pequeño empresario cerró sus negocios por miedo a los daños materiales y personales que los piquetes informativos pudiesen ocasionarles. Desecharon su derecho a no hacer huelga por miedo y tampoco se sumaron a las razonables protestas porque en la praxis, a ellos les importa poco o nada lo que les pase a los trabajadores por cuenta ajena. Ellos no son trabajadores por cuenta ajena y esas no son sus reivindicaciones. Y al fin y a la postre, lo que tendrían que hacer, sería su propia huelga para protestar por las mierdas que les tocan. Así que si preguntas a los autónomos de este país porque cerraron sus negocios el día de la huelga, te dirán que les tocó un día de vacaciones, un bonito detalle por parte de los trabajadores. Porque acá entre nos, la inmensa mayoría ya se resigno a jubilarse a los 67 y piensan, que seguro, más allá en el tiempo, los trabajadores por cuenta ajena se las apañarán para jubilarse antes. Como ves, la desilusión y el excepticismo impera entre los trabajadores por cuenta propia.
Pero como siempre, mis mejores deseos para los que luchan por sus intereses de forma legal y pacífica.
Yo conozco también a pequeños empresarios, sobre todo dueños de bar, y te aseguro que entre ellos cerraron, los que cerraron, porque estaban en desacuerdo con la reforma laboral, no por miedo.
ResponderEliminarEn un foro antes de la huelga comenté que los pequeños empresarios son los que surten a los barrios y a las medianas y grandes empresas, si se colocaran en una tercera vía entre sindicato y pequeña empresa y se organizaran en su propia huelga, unidos a los trabajadores por cuenta agena, las cosas cambiarían mucho para bien de la mayoría: trabajadores y pequeños empresarios. Un saludo.
Pues no estaría nada mal porque los autónomos en este país llevan una vida muy jodida, perdidos en tierra de nadie y cada día un poco más conformistas y excépticos
ResponderEliminar