José I Bonaparte, Rey de España. Sí, digo bien, no me confundo. El de la derecha es uno de los Reyes de España, José I Bonaparte, repito. Según el mote de la época, que en buena parte era propaganda política pero que ha atravesado doscientos años como si fuera una verdad irrefutable: "Pepe Botella", por muchas y profundas borracheras causadas por su afición al vino. Sin embargo, aunque bebía alcohol, parece ser que quienes le conocieron en persona no es esa imagen de alcohólico la que tuvieron de él, si no una continua necesidad y gusto de estar con mujeres en el sentido sensual y sexual de la expresión "necesidad y gusto". Los rumores acerca de borracheras continuas, parece ser, fueron desplegados por sus adversarios políticos basados en alguna fiesta en la que, efectivamente, se emborrachó en compañía de mujeres.
La cuestión es que visité hace poco el Palacio de Aranjuez y pude comprobar como en él aparece un cuadro con las caras de todos los gobernantes de España hasta Alfonso XIII de Borbón (gobernó de 1885 a 1931). Lo curioso del cuadro es que incluye a Amadeo I de Saboya e incluso a los cuatro presidentes de la I República, por lo que se realizó con un Rey Borbón en un momento que deseó incluir a todos los españoles a través de todos sus gobernantes... pero faltaba José I. Me recordó aquello que en mi antiguo instituto de Bachillerato había otro cuadro igual que llegaba hasta el gobierno del actual Rey Juan Carlos I de Borbón (comenzó a gobernar en 1975). En aquel se añadía los presidentes de la II República, al general dictador Franco, a Juan de Borbón (que nunca llegó a gobernar España) y al propio Juan Carlos I... pero igualmente no había rastro de José I Bonaparte, que sin embargo sí fue Rey de España... a pesar de que una mujer que vio el cuadro de Aranjuez a mi lado dijo que a ese no le quería nadie porque fue un engaño ante mi comentario de que faltaba. Qué equivocada que estaba.
A mediados de Marzo de 1808, en El Escorial, una discusión, pelea y conspiración del príncipe de Asturias, Fernando de Borbón, contra su padre Carlos IV y su político principal, Godoy, forzó un golpe de Estado encubierto que hizo que Carlos IV abdicase en su hijo Fernando, que pasó a ser Fernando VII. Pero en cuanto pudo tener las manos algo libres Carlos IV reivindicó la Corona, iniciando así unas semanas de peleas con su hijo en las que quiso mediar Napoleón Bonaparte, emperador francés, ya que España era aliada política de Francia. La inestabilidad política española hacia pensar a Napoleón Bonaparte que podría ser aprovechada por los ingleses en contra de él. Por ello llamó a los dos pretendientes al trono a la ciudad francesa de Bayona. Carlos IV, que conocía muy bien que Napoleón no había sido derrotado en ninguna guerra hasta la fecha, y habiéndo sido aliados en la batalla de Trafalgar en octubre de 1805, descubrió que el emperador de los franceses estaba realmente disgustado con el conflicto político por el trono español entre padre e hijo. Creyó que se le podía tranquilizar destituyendo de forma oficial a Godoy, que ya había sido víctima de una revuelta popular, así como seguir permitiendo la ida de tropas francesas hacia Portugal para invadirla. No obstante, viendo que el emperador no estaba satisfecho, aceptó reconocer que abdicó en Fernando VII, pero Fernando VII, que se sentía prisionero en Francia según cartas secretas suyas a Madrid, abdicó del trono presionado por Napoleón que consideraba que el gobierno de los Borbones era débil para hacer frente a las tropas inglesas, y por tanto cedió la corona a José I Bonaparte. José I era hermano mayor de Napoleón. Había sido girondino en la revolución francesa, ocupando varios cargos, y con su hermano como emperador había sido Rey de Nápoles de 1806 a 1808. Así que heredó la Corona Española de manos de Fernando VII teniendo ya experiencia de gobierno. ¿Qué eso era un golpe de Estado? Sí, claro, pero también con uno accedió al gobierno Fernando VII o, más de un siglo más tarde aquel otro que salía en el cuadro, Franco. Así que el argumento del golpe de Estado no es válido para quitarle del cuadro de gobernantes de España, más que nada porque hay otros (sobre todo numerosos reyes medievales) que figuran como tales tras uno. Cosa deleznable para mí, por otra parte, que prefiero lo democrático.
Pero, ¿es ese el único argumento para reconocer a José I? No. Muchas veces se dice que los españoles se levantaron el 2 de Mayo contra los franceses al darse cuenta que las tropas francesas no estaban de paso a Portugal sino que eran de ocupación del Estado. Pero, ¿cómo se produjo? Pues se produjo cuando vieron que las tropas francesas se estaban asentando en los cuarteles por donde pasaban... pero no se asentaban en ellos tomándolos con las armas, lo cierto es que el ejército profesional español de la época les abría las puertas creyendo que un nuevo gobierno podría solucionar los muchos males en los que había caído una España que había perdido las comunicaciones con sus territorios americanos, se encontraba en medio de una hambruna tremenda, sin comercio internacional y que había observado a una familia Real más preocupada por sus palacios que por los males del país. Así que ya tenemos aquí a una parte de españoles que no estaban contra José I, si no que le apoyaron, vamos, que para ellos no era "un engaño", como dijo aquella mujer. El problema estuvo cuando las tropas francesas comenzaron a comportarse con la población civil como si fuera la población de los países de Centroeuropa que habían invadido como enemigos, cuando supuestamente España era aliada. Cuando los excesos y las noticias del nombramiento de José I llegaron a Madrid el 2 de Mayo de 1808 acompañados de las tropas francesas, se produjo una serie de levantamientos populares violentos que pusieron en evidencia a las tropas napoleónicas. Lo que provocó al día siguiente una cruenta represión contra la población civil española que derivó en la guerra de milicias y guerrillas española contra las tropas francesas, combinada con una guerra basada en el acantonamiento en ciudades y con otra de frentes (como en Bailén). No vamos a entrar en como se desarrolló la Guerra de la Independencia de 1808 a 1814, pero sí en las cuestiones que se dieron en la misma para poder decir que José I también fue gobernante legítimo de España.
Ya hemos visto como José I recibió la corona de Fernando VII, y como algunos cuarteles militares españoles le abrieron las puertas como nuevo gobierno. Hay que anotar que la mayor parte de los españoles con cargos políticos y títulos nobiliarios (no todos, pero sí la mayor parte) juró fidelidad y reconocimiento a José I, y no sólo ellos, si no también varios intelectuales y parte del pueblo que se habían visto favorecidos con la llamada Carta de Bayona hoy día en la historiografía española... pero que por entonces era la Constitución Española dada en Bayona. Y es que antes de que los españoles liberales, reunidos y asediados en Cádiz, escribieran la Constitución Española de 1812, José I había creado aquella otra que acababa con la Inquisición, eliminaba los beneficios hereditarios más importantes de la nobleza, quitaba tierras a la Iglesia para darlas a los labradores sin tierra, creaba los primeros Ministerios y Consejo de Estado modernos de España, este Consejo, junto a las Cortes, por primera vez eran bicamerales, se aceptaba una relativa consulta democrática limitada (pero que era la primera vez que existía en España), eliminaba la Mesta, la Orden de Santiago, introducido los principios de igualdad ante la ley de todos los españoles y de libertad... y para más regocijo de algunos españoles que le apoyaron por todo ello, llegó a enfrentarse a su propio hermano Napoleón y a sus generales por entorpecerle en gobernar España como él deseaba, defendiendo que España era una nación y no una propiedad de Francia.
Es obvio que José I fue apoyado por una parte de los españoles... los llamados despectivamente en la época: afrancesados. De igual manera existieron guerrillas españolas que no atacaban a los franceses, si no a otras guerrillas españolas, pues se trataba de campesinos beneficiados con las leyes agrarias de José I que deseaban mantener estos privilegios. Pero por contra hubo muchos españoles que vio en José I un rey impuesto, o que deseaba recuperar sus privilegios, o que por cultura consideraba que sólo los Borbones podían gobernar por ser nobles de España, o que al ver lo que se le hacía a la Iglesia estaban contra los principios franceses, o que, simplemente, al ver las enormes matanzas y desproporcionados destrozos de los franceses contra la población civil se puso en contra de José I. Sin embargo, también, los españoles que actuaron contra los franceses en nombre de Fernando VII estaban divididos entres monárquicos absolutistas y monárquicos liberales con una Constitución de 1812 basada en parte en aquella Carta de Bayona de José I.
Es obvio por tanto que hubo españoles que sí reconocieron a José I y que para ellos era su rey. Son estos mismos los que tras regresar Fernando VII al trono en 1814 fueron represaliados con la cárcel, la ejecución o el exilio. El propio pintor Goya se autoexilió, por ejemplo, en Francia. O el literato y político Leandro Fernández de Moratín, exiliado en París. O Juan Martín "el Empecinado", que habiendo apoyado a Fernando VII en la guerra, apoyó luego la Constitución de 1812 y su entorno de política afrancesada, por lo que fue ejecutado.
Así pues, José I Bonaparte fue Rey de España en cuanto a que sí llegó a gobernar a España, de mala manera y en guerra entre de ocupación y civil. Fue sufridor de la primera derrota seria de Napoleón en tierra, pero no obstante, y pese a las barbaridades francesas en España, José I trajo una serie de cuestiones sociales y políticas que una parte de españoles aceptó. Que hubo más españoles en contra de su gobierno es innegable también, pero los hubo que lo aceptaron, por no volver a citar que la corona la recibió de Fernando VII y que de nacer un nuevo príncipe hoy si lo llamaran José reinaría como José II, lo que es un reconocimiento total y expreso a su gobierno. Los gobernantes tienen aciertos y desaciertos, unos tienen más de lo uno que de lo otro y no en ese orden. José I desacertó totalmente en el modo como accedió al gobierno de España y en las atrocidades de guerra cometidas, pero su programa político prometía una modernización en la que era aceptable incluso para sus enemigos en el campo de batalla y que trataron de imitar en 1812 bajo el nombre de Fernando VII (que no la aceptó de modo brutal).
Quizá España aún debería revisarse a sí misma en muchas de sus afirmaciones más rotundas, porque a raiz de la ola de banderas monárquicas españolas que se ven por todas las calles, a causa de la victoria del Mundial de Fútbol, uno piensa, ¿ser español implica un régimen político y una casa nobiliar reinante determinada, o simplemente implica ser de España? Y pienso que ser español es ser de España, con nuestra cultura, Historia y costumbres, no mucho más, sobre todo atendiendo a ese cuadro del palacio de Aranjuez y a aquel otro de mi antiguo instituto de Bachillerato donde incluso los propios Borbones así lo ven al incluir al resto de gobernantes de este Estado, fuesen o no Borbones, fuesen monárquicos o fuesen republicanos.
Que la cerveza os acompañe.
(P.D.: retrato anónimo de José I (1768-1844), de la colección particular de la Condesa de Niel, en París).
¿Qué fue de José I Bonaparte después de ser Rey de España? El Congreso de Viena de despúes de 1815 (comenzaría sobre 1818 ó 1820, cito de memoria) no le impuso una condena de cárcel, como a su hermano Napoleón Bonaparte. Pero no podía vivir ni en Francia ni en España. Por eso se exilió a Estados Unidos de América, donde vivió en varias ciudades, entre ellas New York, hasta que fijó su casa en Nueva Jersey, donde vivió unos 30 años y fundó un palacio llamado Bonaparte's Park. Allí guardó muchos de los objetos y documentos personales que usó cuando fue Rey de España. Intentó combinar un ambiente europeo de monarca exiliado con uno norteamericano. En una de sus cacerías por afición creyó ver un monstruo (el diablo de Jersey) al que describió muy detalladamente por escrito, se lo contaba a todo el mundo, que le escuchaban incrédulos y decidió buscar a ese animal monstruoso para cazarle y demostrar que decía la verdad de que lo vio. Nunca lo atrapó. A la vez siempre contaba su pasado como Rey de España a todo el que le escuchaba, lo que llamaba la atención y lo que gustaba mucho a los americanos. Pero su casa, muerto él hacía varias décadas atrás, fue incendiada por una noble rusa huida de los comunistas y exiliada en USA en los años de 1920 como venganza por la invasión de su hermano Napoleón cien años atrás. Uno de los descendientes de José I Bonaparte siguió la carrera militar en USA, y fue almirante en la Guerra Mundial (Paterson Bonaparte). El último descendiente directo de José I Bonaparte murió en 1943. Paseaba a su perro por una calle de Nueva Jersey cuando este le enrolló las piernas con su correa y el Bonaparte cayó con la mala suerte de partirse el cuello sin descendencia directa. La Historia de España más oculta siempre está bien conocerla. Por cierto, de aquellos objetos y documentos de José I Bonaparte con relación directa con su reinado español, tras el incendio de su casa en los años 1920, fueron repartidos por diversos museos norteamericanos. Una lástima que no estén en conjunto, y tampoco en España, aunque ya son parte de la Historia norteamericana también.
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