Mi actual trabajo como aprendiz de archivero, llamémoslo así, aunque en el fondo hago bastantes actividades de archivero tal cual, me asentó en el Archivo General de la Administración hasta mediados del próximo junio. Clasificando expedientes del corregimiento de Alcalá de Henares del siglo XVIII que nadie sabía qué contenían. Así que, junto a tres compañeras y un compañero, a eso nos dedicamos. Abrimos legajos, identificamos el volumen de los expedientes, que afortunadamente nos estamos encontrando cosidos en su época, pese a que se han desgajado algunos folios o se han perdido algunas partes, los dividimos en carpetillas de papel neutro, los numeramos para poder identificarlos (afortundamente alguien del siglo XIX los folió, aunque desafortunadamente en algunos casos lo hicieron mal), los leemos o eso tratamos en algunos casos (las decoraciones de las letras, insectos muertos y aplastados, hongos, humedades, comeduras de ratas o defecaciones de insectos a veces lo ponen muy difícil), los describimos según normativas internacionales, nacionales y del propio archivo, o criterios propios, que están en constante cambio (en una semana, literalmente, hemos llegado a vivir hasta tres cambios de criterio, lo que hace de esa tarea algo arduo y lleno de paciencia), y finalmente lo metemos en PARES y los ponemos a disposición de la consulta de cualquier ciudadano dentro del archivo.
¿No conocéis PARES? Pues tampoco me extraña, porque no parece que se haya promocionado mucho al ciudadano de a pie, aunque está pensado para él. Para nosotros. España es el primer país del mundo que comenzó a digitalizar sus documentos históricos. Somos por ello pioneros, pero también modélicos y los más avanzados. Otros archivos del mundo se fijan en nosotros. Todo comenzó en 1992, quizá antes, pero se comenzó a digitalizar en aquella fecha. Era el 500 aniversario del descubrimiento de América y el gobierno español decidió ayudar a acabar con la Leyenda Negra española poniendo a disposición de todo el planeta la consulta de nuestros fondos digitalizándolos. La idea no era nueva, sí la técnología. Carlos III en el siglo XVIII creó el Archivo de Indias en Sevilla con la misma idea. Primero digitalizábamos en blanco y negro y con demasiado peso informático en los archivos. Luego se pasó a la escala de grises, y ahora en los últimos 5 años podríamos decir, digitalizamos en color con archivos de poco peso. Se trata de digitalizar todos los documentos históricos de todos los archivos públicos españoles y poner su información en PARES, una web del Ministerio de Cultura para su consulta. La veréis entrando por aquí. Pero no os ilusionéis demasiado, actualmente hay disponible sólo un 1% de todos los fondos documentales españoles. Pensad que hay millones y millones de documentos acumulados durante siglos. la tarea es lenta y tal vez no se acabe hasta dentro de 50 ó 100 años. Pero aún con todo, ese 1% supone varios millones de documentos disponibles a consulta internacional.
La digitalización supuso que España lograra que la industria de reprografía, microfilmación y digitalización se pusiera a inventar máquinas nuevas al servicio del documento, y no el documento al servicio de la máquina, esto es que la máquina se adapte a los documentos y no los documentos se fuercen a adaptarse al cristal de un escáner por ejemplo. Esto es importante porque se evita el deterioro material. Creo que muchos de vosotros no podéis ni imaginar qué clase de máquinas adaptadas se han llegado a idear. Son de lo más variopintas. Además, toda esta digitalización, que no sólo es guardar la imagen de los documentos, también es introducir los datos sobre el documento (eso es lo que he descrito que hago yo). Obviamente esto evita el deterioro, ya que las copias solicitadas se pueden sacar de la digitalización, por lo que el fotocopiado no daña tanto a las tintas o el soporte de un cosido no se fuerza. Eso sí, los documentos cada x tiempo deben ser aireados o la falta de oxígeno los destruiría. No me voy a poner a describir ahora cuestiones de conservación documental, sí quizá anotaré una desventaja de la alta tecnología. Los escaneados usan una medición de la luz y los puntos de color de la imagen a captar (las cámaras de fotos digitales también hacen esto), y no tienen tantos millones de matices como el ojo humano o el negativo fotográfico o de microfilm, por muy nítida que sea la imagen que saque, la cuestión es que hace un algoritmo matemático entre los niveles de luz y color que capta de varios puntos y saca la imagen de acuerdo a ello, por lo que la luz y el color siempre queda falseado, también en las fotos de nuestras cámaras, repito, a pesar de que nos parezca muy buena la imagen obtenida. Esto hace, también, que algunos escaneados fuercen a que no apreciemos información del documento que no se refleja en sus letras, si no en el soporte documental. Además, y esto lo garantizo, se lee mejor el original en papel, pergamino o lo que sea, que la imagen escaneada aunque se imprima en copia.
Pues más o menos esto es de lo que va mi trabajo. Me gusta, tiene que ver con mi carrera de Historia. Me gusta también porque veo y leo cosas que nadie ha visto en 300, 400 ó 500 años. Me gusta ponerlo a disposición de toda la sociedad. Me gusta tener ese contacto humano a través de siglos, con personas de hace siglos con problemas y con felicidades no muy diferentes a los de hoy. Ver cosas de mi ciudad y calles, plazas y casas que hoy día existen, de las cuales he estado dentro de varias de esas casas hoy día yo mismo, y camino por esas plazas y calles, y leo de quien era la casa hace 300 años y qué le ocurría, o qué pasó en esa plaza o esa calle. Es bonito. Es bonito además participar de ese proyecto pionero de España, que no veré acabado cuando llegue a anciano, creo, pero que es tan importante y tan buena idea democratizadora de la información y el conocimiento. Pienso que nuestros hijos y nuestros nietos podrán teclear nuestros nombres o el de nuestros padres en PARES, o como lo llamen entonces, y poder encontrarnos en cada documento que participamos o firmamos, o en la prensa si salimos, y lo bonito será decir: yo estuve en el comienzo de ese proyecto hecho realidad. Porque yo me metí en Historia por vocación y porque en esa vocación entraba el querer compartir el conocimiento, abrir mentes o satisfacer curiosidades, PARES representa un poco eso. Me gusta mi trabajo.
En cierto modo eso se refleja también en la paleografía, que es la ciencia que estudia la lectura de las letras. En un principio sólo se preocupaba de leer. Han existido muchos tipos de letras, y de idiomas, y no siempre se han parecido entre sí. Una s de hace 800 años no se parece demasiado a una actual del siglo XXI, aunque se trate del mismo idioma. Por ello la primera paleografía se preocupaba por entender los textos, por poder leerlos. A partir del siglo XVI-XVI la paleografía adquirió otra función, la de comprobar que los documentos eran auténticos y no falsos. Por ello ya no sólo servía para leer, sino que comprobaba si los soportes donde se escribían eran propios de la época y lugar donde se decía firmar, si el tipo de letra era propia de la época de esa firma, y del lugar, si los formulismos documentales eran también los propios. Se hacían clasificaciones completas. Y desde el siglo XIX, y sobre todo desde el XX, ya con las teorías marxistas metidas en las ciencias, la paleografía ha adquirido otra función más, el preocuparse por el qué dice en el texto, quién lo dice, quién lo escribe, porqué se escribe, qien tiene acceso a su lectura, quién puede escribir... Es un concepto más abierto a la sociedad, y a eso avanzan, mal y a trompicones por falta de medios y comprensión de la sociedad y de la política y el dinero, los archivos. Avanzan a ser abiertos y parte de la sociedad, cosa esta última que siempre han sido, habría que decir mejor en esa última cosa que avanzan a que la sociedad se de cuenta de que el archivo es parte de ella misma.
Lamentablemente mi contrato no es renovable, acabará en Noviembre. Además en Junio estaré en otro archivo, colaborando con todo esto, pero realizando otras tareas. España está falta de archiveros, y se pretende subcontratarnos por 600 euros... aunque piden que tengamos carrera universitaria relacionado (yo de Historia), que sepamos paleografía, nociones de informática, algo de derecho, conveniente el latín en algunos casos, y demás... Piden mucho, dan en exceso poco. Luces y sombras. Pero de momento estamos aquí, en este punto. y yo dentro de él.
Que la cerveza os acompañe.
pues enohrabuena ¡¡¡ lo malo es el dinero, pero es un trabajo bonito y que te gusta, y también vas haciendo curriculum, ya nos irás contando que tal, saludos :)
ResponderEliminarCuánto tiempo, sbb, saludos. Bueno, ya estaba en este trabajo desde diciembre pasado, como dije, sólo que el primer traslado de archivo se produjo en febrero y no dije gran cosa sobre. Ello. Me he reservado. Que la cerveza te acompañe. Saludico.
ResponderEliminarLo cierto es que suena emocionante.
ResponderEliminarpues sí, un tiempo jejeje, seguro que te va a gustar mucho el aga y tiene documentación interesante, le sacarás mucho provecho. Ya nos contarás en el próximo cambio a que archivo te destinan :)
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