jueves, diciembre 03, 2009

NOTICIA 713ª DESDE EL BAR: REFLEXIONES DEL INICIO DE OTRA ETAPA (y 2)

Una de las ponentes de origen latinoamericano nos declaraba darse cuenta de que en España los archivistas, documentalistas, historiadores, humanistas y demás de esta rama, son en gran parte menospreciados por instituciones y empresas, en cuanto a ofertas de empleo, posibilidades y sueldo. Sobre todo por empresas. En otros países por donde ha estado esto no es así y se reconoce que nuestra formación no es formación fortuíta de unos meses, sino algo constante durante toda una vida y eso se paga porque se valora, y se busca porque hay preocupación real por la documentación. Preocupación que en España falta en gran parte. Otra ponente, española, confirmaba sin haber oído esto que en España hay una gran falta de gente trabajando en archivos, y no porque no haya gente con estas carreras, sino porque ni se contratan ni se completan debidamente sus conocimientos con prácticas a diferencia de lo que ocurre con otras carreras dedicadas a otras ramas. Son cosas que llevo debatiendo desde que yo mismo fui alumno de Historia por primera vez en 1999, y que sin duda se trata de un debate antiguo. En España prima lo inmediatamente productivo en términos de dinero, lo crematístico, mientras que en otros lugares sí se da valor también a aquello que no genera rentabilidad económica necesariamente, pero sí de otro tipo, del mismo modo que profesores, médicos, periodistas, y demás.
El taller de empleo de archivística de la UAH está en su tercer año y dicen que ha alcanzado un prestigio nacional tan importante que cada vez más archivos y empresas quieren cerrar convenios con la UAH, para garantizar que los que pasamos por él seamos contratados por ellos al finalizar nuestro año de contrato. A ver si es verdad, jugosa me parece la propuesta comentada de radiotelevisión española al respecto, que no sé si se concretará. El prestigio alcanzado es gracias a los resultados del esfuerzo exigido por las personas que llevan el taller… Lo que nos pone una vez más, he de suponer, en la productividad y eficiencia demostrada en los archivos por quienes estamos contratados, lo que nos lleva a la dicotomía de las necesidades de un trabajo o las necesidades de un taller donde se va a aprender un empleo y que incluso cuenta con parte teórica y examen. ¿Trabajador o alumno? La teoría nos señala como alumnos con prácticas de trabajo, la práctica nos señala como trabajadores con dos meses formándonos en la teoría de un alumno.

La teoría es a lo que nos vamos a dedicar hasta final de Enero y a lo largo de algunas conferencias esporádicas en este año de trabajo. Aunque espero que la teoría tome distancias respecto a la introducción dada en esta presentación. La media de edad de los contratados es mayor que mi edad de 30 años, esa media estará entre los 35 a 40, obviamente yo no estoy en esa franja, soy de los jóvenes, quizá el más joven de esta promoción. Sólo somos, por otra parte, tres hombres, el resto son mujeres. Somos unas 25 personas. Ver como la mujer que realizaba la presentación nos hablaba sin tener en cuenta que todos eramos licenciados en Historia, Humanidades o Documentación, y quien no lo era, era diplomado en Magisterio, no aporta mucho. Del mismo modo que ver cómo no sabe contestar algunas preguntas que se le hicieron y sacó balones fuera sin entrar en el análisis que se le pedía, pues tampoco es alentador. Me dio la sensación que esta persona, como catedrática que será de la Universidad, está acostumbrada a hablar a un auditorio de alumnos que en primer curso de carrera no tienen conocimiento ni experiencia de muchas cosas y cuentan apenas con 18 a 19 años, mientras que acaban la carrera en torno a los 23 a 24 años, y si repiten o han entrado más tarde de los 18 a 19 años en la carrera, saldrán en torno a los 25 a 28 años, depende del repetidor. No sé da cuenta de que ya no sólo habla a gente con conocimiento amplio de lo que se le habla, y algunos con experiencias sobre lo que se habla, si no que además habla a un público con experiencias de la vida y un concepto del mundo ya establecido en esa franja de 35 a 40 años… incluso yo a mis 30, aunque es un concepto que se va formando precisamente en los años 20 de cada uno y para la franja 25 a 30 ya está bastante bien definida. Es excusable, quizá es deformación profesional, pero se agradecería que se apercibieran del hecho de que su auditorio ya no son jovencitos recién matriculados en la Universidad por primera vez.

El mundo laboral español está reconocido por varios economistas internacionales como el más duro y difícil de Europa, se puede leer en la prensa de economía de vez en cuando, en entrevistas. Lo que más sorprende es ver como gente cercana a la cuarentena o ya en ella, perfectamente formada, aún se vean en necesidad de empezar de la nada para hacerse valer en un empleo nuevo. Del mismo modo que cualquier universitario, joven o de una edad adulta avanzada, tienen el mismo problema mientras que en otros países europeos no es así y se les aprovecha y escucha más en sus trabajos desde el principio. Apuntan casi todos a que se debe a una cuestión cultural de los españoles donde se cree que nadie vale nada por sus conocimientos a la hora de trabajar, si no a sus años de trabajo y si ha empezado desde abajo del todo.

Muy posiblemente empezar desde abajo sea muy útil, esto lo opino yo, pues enseña a las personas algo que no se enseña en las Universidades, pero una vez que uno ha pasado por toda clase de puestos de baja cualificación (yo por ejemplo he llegado incluso a trabajar limpiando un gimnasio y sus urinarios al comienzo de mi carrera laboral), y teniendo unos estudios, ¿no se debería ya dar por sentado que se debe valorar conocimientos a la hora de contratar? Sea como sea, y pese a que a menudo sea una persona que analiza hasta la saciedad algunas cuestiones, espero de este taller de trabajo poder completar mis conocimientos teóricos y prácticos hasta la fecha con unos conocimientos de archivística como los que me ofrecen… o sea con experiencia laboral mediante contrato, ya que en España esta es querida aunque nadie la dé en una primera oportunidad. Me gusta la idea de poder ser contratado dentro de un año en algo relacionado más o menos con mis conocimientos. Después de todo, cuando acabe este trabajo el 30 de Noviembre de 2010 tendré 31 años y volveré a estar, en principio, en el desempleo de nuevo tras haber cobrado durante un año el sueldo mínimo. Si me dieran un trabajo por convenio me cubriría al menos hasta los 32 años, y si trabajo bien podré mantenerlo como cualquier otra persona mantiene su trabajo. Lo que no es razonable es que me ofrezcan, como se sugirió también en la presentación, presentarme a oposiciones tras este año, eso nos pone a estudiar de nuevo a los 32, examinarse a los 33, con suerte caer en una lista de reserva y trabajar a los 34, o bien suspender y volver a estudiar y examinarse a los 35… y entre tanto la vida pasa y a los 40 nadie te quiere contratar. Ni que decir que si yo hago estas cabalas, ¿qué no estarán pensando ahora mismo las compañeras de la franja mayoritaria de 35 a 40 años? El mundo laboral español, como dicen los economistas internacionales, es uno de los más duros. Deseo poder desarrollarme aquí y poder entrar tras este trabajo realmente a trabajar en el mismo camino, contratado directamente. Si gente de Ciencias son contratados por empresas incluso antes de que acaben sus carreras, y mantienen sus contratos al acabar, ¿por qué los de Letras no podemos abrazar esta idea aunque sea tan tardíamente como ahora? Tengo grandes deseos y medianas esperanzas para este trabajo que cubrirá un año de mi vida. Pero espero que esas esperanzas se transformen en un pilar de estabilidad en mi vida, el de garantizarme un medio por el cual vivir.

3 comentarios:

  1. De acuerdo en que el mercado laboral español es una mierda por su alta temporalidad y su baja remuneración, también que la economia española no es el mejor para desarrolar la potencialidad de los titulados univeritarios.
    Pero dentro de ese marco hay cosas que se pueden hacer para mejorar nuestra vida laboral. Por ejemplo:
    - Trabajar durante la universidad; entrar al mercado laboral con 25 años es una burrada que sólo pasa en España.
    - Especializarse; las carreras de letras son demasiado teóricas y además hay más graduados que los que el mercado puede absorver. Hay que diferenciarse del resto con algún estudio complementario. Lo ideal es que esta especialización se diese en el segundo ciclo tal como pasa en otros países porque, hoy por hoy, ser sólo Licenciado en Humanidades no sirve para nada (excepto opositar).
    -Movilidad; ser capaz de cambiar de residencia para encontrar trabajo. Cosa que es normal en el Reino Unido o EEUU o Francia, pero que a los mediterraneos nos cuesta.
    Besos.

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  2. Tan bien sabes tú como yo que muchas carreras universitarias españoles te dan a elegir entre estudiar o trabajar, pues algunos profesores son capaces de suspenderte por no ir a sus clases. La excesiva teoría de las carreras es un lastre, pero el problema tan bien lo mantienen amplios sectores de alumnos que no desean una aproximación del mundo laboral por medio de empresas a la universidad, y las becas con prácticas las dan ellos. Las Letras en España, por otro lado, son mal tratadas por sistema, sólo se les atiende si son capaces de generar dinero en turismo. Y la mobilidad... pero si la gran mayoría depende de ayudas de sus padres o de la residencia paterna incluso con 30 años, ¿cómo irse a otro país? Una cosa es el Erasmus y otra irse con una mano delante y otra detrás, al menos que se tenga un dinero mínimo que sí permita vivir... y destaco que en Europa los precios son más altos que en España, por lo que hay que tener ese dinero. Por otra parte, y a pesar de que los hechos emigratorios son los que son, muchos prefieren estar cerca de familia y amigos que tener que empezar de cero, yo por ejemplo soy arraigado de mis amigos que es como familia. Saludos.

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