Egoísmo es, lo dijo Sartre y yo le secundo, no cuando alguien hace algo para sí mismo, que eso lo hacemos todos, sino cuando alguien hace algo aún a sabiendas de que perjudicará en mucho a otro u otros, más aún cuando se es reiterativo en la actitud. Cuando se pasa no al lado de los demás por uno mismo, sino por encima de los demás por uno mismo. Esto mismo ya lo escribí desarrollado con otras palabras en este mismo blog o quizá en los comentarios del blog de alguna persona amiga hace bastante tiempo. Para más INRI, lo escribí hace unos minutos como contestación de una carta que me envió un amigo hace apenas un minuto más de esos minutos. Una carta dirigida electrónicamente a mí y a otras amistades. Su contenido no lo desvelaré, es íntimo, pero mencionaba un apunte reflexivo sobre si era o no era egoísta. Es por ello que, junto con otros párrafos que obviamente no vienen a cuento en este post, le contesté tal cosa.
En este sentido, cuando alguien hace algo para sentirse bien porque lleva un tiempo sintiéndose mal consigo mismo, no está siendo egoísta, porque pienso yo que si uno necesita hacer ese algo y eso es bueno para ese alguien, ¿sería su amigo quien no quisiera lo que es bueno para ese alguien? ¿Quién sería el egoísta?
Pongamos otro caso. Si un amigo sabe que algo no te gusta y te pide por favor que hagas ese algo, ¿se puede llamar amigo? Claro que entonces deberíamos especificar el algo para saber de qué se trata, diría alguno. Pero siempre se puede decir que, sea lo que sea ese algo, el amigo te lo puede proponer y tratar de convencer, en todo caso, pero si recurriera al chantaje emocional, al pedir "por favor" ese algo que no gusta, si recurriera al no comprender porqué no lo haces, o porqué haces algo que no le convence, y pasar al enfado o a la indiferencia, ignorando que precisamente ese algo es lo que te sienta bien sin que ni tú ni el otro individuo pase por encima de ninguno de ambos, ¿sería tan buen amigo? Si no aprobara lo que haces, aunque lo que haces es lo que te viene bien sin perjudicar a nadie, y sin aprobarlo se enfadara contigo, ¿sería tu amigo?
Reflexiones aparte, que han venido a cuenta de la carta recibida hace unos minutos, pienso ahora en mí en estos días. Acabo de venir de una nueva entrevista de trabajo, donde he vuelto a ser rechazado, y aunque la cosa es preocupante, no me preocupa tanto como lo vivido en los dos últimos días de fiestas en Alcalá, el viernes y el sábado. El viernes por ser el día, el sábado por tener la resaca de los sucesos, que no de alcohol, del viernes. Y digo bien, de los sucesos, que no de alcohol, pues ese día, aunque fue el cumpleaños de un amigo, bebí, pero ni tanto ni tan fuerte como el resto de los presentes. Siendo por caso que me retiré antes que ellos de las murallas medievales donde se celebraba para irme a pinchar música al Flamingo Rock Bar, a donde luego fue el resto de la gente, y de donde volví a retirarme a una esquina para irme antes que ellos a los recintos de peñas, a los cuales vendrían para finalizarlo todo. Tal comportamiento, algo tristón por depresivo, por otra parte (y en muy forzada contradiccíón a la fiesta que me acompañaba anteriormente el resto de la semana), suscitó el interés de al menos tres personas, a las que les agradezco tal interés, pese a que yo no dijera nada de lo que me va y me viene.
Y la cosa es que me sigue faltando una rosa en el jardín de amistades por el que paseo, y tras muchos capítulos donde he sido el único en ofrecer la reconciliación, y tras varios capítulos desconocidos para muchos también, y es que no es vox populi todo, como más de uno se cree, ni son las cosas como hasta los amigos más cercanos conjeturan, y que por eso mismo me veo impedido de soltarme a hablar con ellos, aquella rosa estaba allí. Sabiendo lo que había creí que podría estar presente sin más, pero me hacía daño a mí mismo, y por eso me aparté para no dañarme más atentando contra mí. Y podría escribir muchas cosas sobre todo lo que sentí, siento y pienso acerca de todo esto. Pero no lo haré. Que esto es mucho más que suficiente, gratuíto... e innecesario. Y sí, hubo al menos una persona que me instó a estar en medio de lo que me hacía daño, pero me hacía daño y por eso no estuve. Que la cerveza os acompañe. Otro día, otra cosa.
No hagas caso a agua de Mayo. Un besote, Cani.
ResponderEliminarA veces la mente se nubla y confunde rosas con cardos.
ResponderEliminarARGONAUTA: si del agua de mayo nace cantidad de vida en primavera, nunca me he sabido explicar el porqué de ese refrán. He de suponer que la razón está en el mundo agrícola, o vete a saber. Si alguien lo sabe, que lo diga. Por otra parte, un besote, argonauta.
ResponderEliminarCHICO GRIS: No se nubla. Una amistad es una rosa, pase lo que pase, no obstante vosotros mismos no os pinchábais con un cardo. La amistad siempre habría de imperar. Saludos.