Compré un filete de pez espada, era la primera vez que compraba este pez. Pero hace un mes hice lo mismo con la rosada y me gustó tanto a la plancha que lo repetí, por eso probé suerte con el pez espada... Total, comprar siempre los mismos pescados me empezaba a aburrir... atún, bacalao, sardinas, boquerones, anchoas, merluza, gallos... Y estoy abandonando los excesos de sal, la uso sólo lo imprescindible, pero por ejemplo para estas cosas ya no la uso, si ya tienen sal de por sí ellos solitos. Así que según el caso los aderezo con limón, otras veces, las más, recurro a las especias... experimenté varias veces, me di cuenta de que determinadas especias vienen bien para unos pescados, pero no para otros, y que no todos valen. Así, el perejil va con todo, aunque con las sardinas mejor, y con la rosada; la albahaca da buenos resultados también con algunos, y sorprendentemente, en casos excepcionales, hasta la nuez, claro que usándola en caldo o salsa. Por cierto que la hierbabuena en el gazpacho le da un toque genial. Picada. Y si hacéis salmorejo echadle trocitos de jamón, pequeños, en taquitos. Y si quisiera explayarme explicaría el uso del comino en una salsa para cocido que me enseñó un amigo cocinero profesional. O el de la pimienta, negra o blanca, en las croquetas. Realmente iniciar una rebaja de consumo de sal en mi dieta ha dado lugar a una experimentación (de ensayo-error) con resultados muy sabrosos. Bueno, el caso es que compré pez espada y como no sabía qué hacer con él, vi recetas un tanto elaboradas, antes de cometer un error que lo destrozase (no tenía ganas de caer en el error de un ensayo hoy), decidí hacerlo a la plancha. Aún con todo, y aunque le di varias vueltas (normalmente para que queden jugosas las cosas a la plancha hay que dar sólo una vuelta, el resto es controlar los tiempos para que se haga bien lo que sea) ese pesacado seguía jugoso, así que sospecho que tiene diversas posibilidaes... quizá una receta al horno con salsa... Una amiga dietista me dijo que hay que huir de las salsas... pero a mí me gustan las salsas, no huyo de ellas... mi amiga dietista tampoco lo hace. A veces son lo mejor del plato.
Ayer fui a que me hicieran la radiografía del pie en el centro de salud Francisco Díaz... casi en Espartales. Volvi dando un paseo al centro de la ciudad... un paseo muy largo, obviamente. Me paré en una libreria de la zona norte de la ciudad, Bertrand, y compré un libro de cocina para inexpertos, era un regalo para dos amigos que se van a ir a vivir juntos de alquiler... no están los tiempos para ir a pagar un alquiler a solas. En la librería vi a un conocido de un bar de brit-pop, La Luna. Cuando llegué al centro de la ciudad entré en la Cafetería Creperie Amsterdam de la parte de atrás del antiguo cuartel militar que están rehabilitando para hacer de él la mayor biblioteca de la ciudad con entrada por la Plaza San Diego. Es una cafetería agradable, atendida por chicas rumanas muy guapas y amables. Con cuadros de artistas locales que exponen y venden allí. Música relajada. Ambiente quizá un tanto... selecto, por así decirlo, pero muy amable. Caro... pero sus cafés capuccinos son los mejores, eso sí a casi 3 euros. Luego un paseo por el centro, varias plazas, el Chico Gris y Txingurri en El Mesón de Amós, la partida de trivial de cada lunes en el Whelans (última de la temporada 2008-2009), el Gotham Bar ya de noche... Me compré un libro, "La Conjura de los Necios", de John Kennedy Toole, pero a última hora quise regalárselo a otro amigo que no lo aceptó. Me lo leeré, hace tiempo la novia de un amigo mío me lo recomendó diciéndome que me gustaría porque, según ella, yo tenía algo del protagonista. Llegué tarde a casa. La gata dormía profundamente. Hoy, una parte de la mañana, estuve cuidando a dos niñas brasileñas, hijas de la vecina, porque ella y su marido tenían algo que hacer... Es por la tarde, estoy en el ordenador y, la verdad, pienso que ayer me di varios caprichos seguidos quizá por el tedio de estar en el paro y seguir sin recibir la aceptación de ninguna de las demandas de empleo que he realizado mandando curriculums. O quizá por otros aspectos de mi vida que tampoco me dejan gran satisfacción. A veces paso días de desencanto con todas las circunstancias vitales de mi persona. Son rachas... y no ayuda quien además añade leña al fuego. Así que hoy pienso en las especias, el pez espada y el aire que me viene a ráfagas de mi ventilador. A veces es mejor así.
Ayer fui a que me hicieran la radiografía del pie en el centro de salud Francisco Díaz... casi en Espartales. Volvi dando un paseo al centro de la ciudad... un paseo muy largo, obviamente. Me paré en una libreria de la zona norte de la ciudad, Bertrand, y compré un libro de cocina para inexpertos, era un regalo para dos amigos que se van a ir a vivir juntos de alquiler... no están los tiempos para ir a pagar un alquiler a solas. En la librería vi a un conocido de un bar de brit-pop, La Luna. Cuando llegué al centro de la ciudad entré en la Cafetería Creperie Amsterdam de la parte de atrás del antiguo cuartel militar que están rehabilitando para hacer de él la mayor biblioteca de la ciudad con entrada por la Plaza San Diego. Es una cafetería agradable, atendida por chicas rumanas muy guapas y amables. Con cuadros de artistas locales que exponen y venden allí. Música relajada. Ambiente quizá un tanto... selecto, por así decirlo, pero muy amable. Caro... pero sus cafés capuccinos son los mejores, eso sí a casi 3 euros. Luego un paseo por el centro, varias plazas, el Chico Gris y Txingurri en El Mesón de Amós, la partida de trivial de cada lunes en el Whelans (última de la temporada 2008-2009), el Gotham Bar ya de noche... Me compré un libro, "La Conjura de los Necios", de John Kennedy Toole, pero a última hora quise regalárselo a otro amigo que no lo aceptó. Me lo leeré, hace tiempo la novia de un amigo mío me lo recomendó diciéndome que me gustaría porque, según ella, yo tenía algo del protagonista. Llegué tarde a casa. La gata dormía profundamente. Hoy, una parte de la mañana, estuve cuidando a dos niñas brasileñas, hijas de la vecina, porque ella y su marido tenían algo que hacer... Es por la tarde, estoy en el ordenador y, la verdad, pienso que ayer me di varios caprichos seguidos quizá por el tedio de estar en el paro y seguir sin recibir la aceptación de ninguna de las demandas de empleo que he realizado mandando curriculums. O quizá por otros aspectos de mi vida que tampoco me dejan gran satisfacción. A veces paso días de desencanto con todas las circunstancias vitales de mi persona. Son rachas... y no ayuda quien además añade leña al fuego. Así que hoy pienso en las especias, el pez espada y el aire que me viene a ráfagas de mi ventilador. A veces es mejor así.
A mí me gustaba bastante el pez espada. Y digo me gustaba, porque en una ocasión tuve la oportunidad de ver cómo limpiaban uno recién pescado. He visto limpiar más peces y jamás vi ninguno con tantos tumores y otras protuberancias irreconocibles bajo sus escamas. Con esto no quiero estropearte tu viaje de descubrimiento culinario, que al fin y al cabo yo soy hombre de tierra y de pescados sé poco. Además, supongo que al final se trata siempre de eso mismo, y ya no hablo de peces espada, de quitar las impurezas que sobran y afean y hacer el mejor plato posible con lo que queda. Y muchas veces queda delicioso, aunque los que hayamos visto el proceso completo no sepamos apreciarlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Has mirado si convocaron ya tu examen de oposición? mucha suerte¡¡¡ que no te entre desencanto que ya verás que te acabará todo saliendo bien :)
ResponderEliminarMIGUEL: Yo vi por la televisión una matanza del cerdo hace tiempo, a tiempo real... en La 2, y la verdad es que daba bastante grima. Pero para comer... es lo que hay. Saluditos.
ResponderEliminarANÓNIMO: antes de pasar a fase de examen hay que pasar el concurso de méritos. Pasé el viernes pasado por el ayuntamiento y aún no han salido las listas. Saludos.