Georges Orwell era un autor fantástico a la hora de crear mundos asfixiantes donde todos vigilan a todos, o donde un ente superior al individuo, superior en cuanto los totaliza y los controla totalizándoles, es capaz de dominar todos los movimientos y destinos de cada uno de estos individuos. Bueno, no era único, ya desde el mismo comienzo de este blog se han dedicado espacios de análisis para gente como Zamiatin (el origen de esta clase de literatura), Bradbury, Huxley u otros muchos. Quizá quepa nombrar a Frank Kafka, otro autor capaz de crear atmósferas realmente perjudiciales para el libre desarrollo de los individuos en sí. Tiene Kafka una obra llamada "El Proceso" donde un hombre es arrestado en su casa sin que le digan los cargos contra él. Se desarrolla así un proceso judicial contra él, sin que él sepa nada por lo que realmente se le acuse. Algo realmente asfixiante. Un enfermizo control sobre el otro que se ha llegado a dar en la Historia, o actualmente incluso, por ejemplo en Corea del Norte, donde llegan a adoctrinar a los niños para que delaten a sus padres si estos cometen algún tipo de crimen político, como es por ejemplo pensar al margen de lo que diga el partido comunista de allí. Claro que esta información nos llega a través de la prensa, y aunque yo la creo fiable se debería comprobar por más medios.
Alguien me ha contado cierto control que se ha ejercido sobre mí hace relativamente poco y del que yo era ajeno. Un cierto control que me había juzgado y sentenciado a culpabilidad con pruebas que no eran reales. Yo era y soy inocente. El asunto es anecdótico, y hoy por hoy no tiene la más mínima relevancia, quizá por ello me lo han contando hoy desde la voz de una tercera persona testigo. No conozco la intención que se tenía sobre mí destino o sobre mí haciendo eso que se hizo, aunque alguna idea me hago, pues las cosas no se hacen gratuítamente, menos este tipo de cosas. Pero no importa, es agua pasada. Sin embargo me ha hecho pensar en "1984" de Orwell, en "We" de Zamiatin, en Kafka. Y me ha hecho pensar en la vida de Orwell, o en la de la gente que vivió en la URSS con Stalin, la España de Franco, la Alemania de Hitler, la Camboya de Pol Pot, o los que viven en Corea del Norte, República Popular China, o Cuba. Mi anécdota personal no tiene connotaciones políticas ni origen político. Pero, como dijo Pérez-Reverte en "Territorio Comanche", ¿cuántas veces no habremos estado en la mira del fúsil de un francotirador sin nosotros saberlo? En el pasado me habían censurado alguno de mis escritos o me habían expulsado de un centro juvenil, pero hasta la fecha no sabía que me habían controlado, no sé si en otras épocas de mi vida alguien más lo habrá hecho. Tal vez sí, tal vez no. Pero, esto me hace reflexionar, estamos tan expuestos todos a los puntos de mira de los fusiles... y que haya gente que siendo igual que nosotros ponga el fusil...
Sea como sea, lo mío es anecdótico, inofensivo apenas, sobre todo ahora. De hecho no pretendo cambiar mi relación con las personas implicadas, aunque ahora conozca nombres y actos, ya en el pasado me ocurrió algo similar. Sin embargo, ¿y de aquellos que, por ejemplo estando en China, vayan a la cárcel porque un vecino o un familiar informe sobre lo que ha hecho o dicho en su casa, o en la tienda de pan? No quiero creer que el hombre es un lobo para el hombre, aunque a menudo lo sea, creo que puede dejar de serlo, pues en el País de los Enanos, nadie es el gigante, y cuando la gente sea consciente de esa frase, cogerán los fusiles que les dan para poner sus puntos de mira y los tiraran al río más profundo.
Gran Hermano te vigila!!!
ResponderEliminarBueno, piensa que la gran (y única) virtud de las distopías coincide con el gran defecto de las utopías. Y es simplemente que nunca son tan perfectas como las imaginamos y siempre dejan grietas desde las que desmoronarlas. Faltaría más, para algo son creaciones humanas.
ResponderEliminarPor cierto, aprovecho la ocasión para recomendarte, si no los has leído ya, "Balzac y la pequeña costurera china" de Dai Sijie (creo que se titula así en castellano) una excelente novela de tintes autobiográficos ambientada en plena Revolución Cultural china
Aún no me lo hje leído, así que me lo apunto.
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