NOTICIA 192ª DESDE EL BAR: FINAL ALTERNATIVO (y 2)

Iba a colgar el cartel del recital del día 21, pero el ordenador público que estoy usando, o blogger, o no sé el qué, me impide hoy colgar imágenes... en realidad en los últimos dos días no he podido colgar imagen alguna. A ver si en breve puedo hacerlo antes del jueves. Entretanto, mejor os dejo el final alternativo que elegí de aquel comienzo de relato que os propuse para La Botella Vacía hace una semana. Como ya dije se trata de la parte final alternativa que 3'14 creó a partir de lo que yo escribí dando el inicio del relato. Supongo que lo leeré en el recital, aparte de publicarlo en La Botella Vacía, siempre mencionando que es un relato conjunto entre 3'14 y de mí, claro.

Por lo demás hoy el espía no reporta muchas noticias más. Sólo os digo que todos nosotros somos la gente del año. La revista Time suele elegir al hombre o mujer más importante del año a finales de cada año, como supongo todos sabéis. Este año ha elegido que los más importantes han sido las personas de la blogosfera, por iniciar una revolución social y de la información y la comunicación. Bueno, ya no podéis decir que no fuistéis portada Time una vez en la vida, al menos. Que la cerveza os acompañe.

EL HOMBRE DE LA TIENDA DE NEUMÁTICOS.

(alternativa 3'14)

Vaya, parecía que iba a ser un día tranquilo, pero hubo tantos clientes que se pasó el día vendiendo neumáticos. Sin embargo no era normal lo que estaba ocurriendo justo ahora que se iba a casa. Sólo había apagado las luces cuando entró aquel tipo alto con gabardina y sombrero como si de un circo de empleados de oficina de funcionarios hubiera salido. Lo curioso es que tenía una pierna humana en su mano derecha. Nunca antes había entrado un cliente con una pierna humana en su mano derecha.

-Perdone -le dijo volviendo a encender las luces-, ¿quiere algo?, estaba cerrando.
-No, no quería nada sólo quería hablarle de esta pierna humana de mi mano derecha.
-Ah, ya me había fijado en ella, ¿le pasa algo?
-No, nada especial, es que no podía cargar con todo el cadáver.
-Entiendo... ¿Y cómo era el cadáver?
-Exquisito. Muy rico. No estaba nada mal su sabor. Pero yo quería hablarle de la pierna humana que tengo en mi mano derecha.

El vendedor de neumáticos cogió un trapo para limpiarse las manos un poco y se acercó al individuo con la pierna humana. La observó un rato y dijo:

-Pues parece una bonita pierna.
-Sí, lo parece, me consta, pero...

Aquel tipo parecía un tipo tímido, se había sonrojado cuando recibió ese piropo a la pierna humana que portaba en su mano derecha.

-¿Pero?
-Cuando iba a comérmela una nausea se apoderó de mí.
-Será un empacho.
-¿Se burla de mí?

El tipo empezó a ponerse nervioso. Su ojo derecho comenzó a emitir guiños compulsivos y un pronunciado tartamudeo ahogaba sus palabras.

-Quería hablarme de la pierna. Usted dirá. Es tarde y en casa me esperan para cenar.
-Llévesela. No me ha traído más que problemas.
-¿Y qué hago yo con una pierna? Tírela si no la quiere.
-Me arrepentiría toda la vida. Con usted al menos se que puede tener la oportunidad de ser feliz.
-Ya tengo dos piernas, no necesito otra. Si por lo menos fuera un brazo, sería más funcional para mi trabajo.
-Es una pierna joven puede entrenarla. Hay quienes pintan con los pies. ¿Por qué no iba a poder cambiar un neumático una pierna?
-Hombre… visto de ese modo…

Volvió a mirar la pierna. Era realmente hermosa. La piel tenía todo el aspecto de ser suave y tersa. Depilada y bien torneada, venían ganas de acariciarla.

-¿La quiere tocar?
-Es que si acepto temo encapricharme.
-Eso es lo que me ha sucedido a mí. No consigo desprenderme de ella. Contiene una fuerza superior.
-¿Y por eso quiere quitársela de encima y cargarme a mí con el muerto?
-Vayamos a tomar un café, quizás si conoce la historia decida quedársela.

El mecánico cerró el garaje. Anduvieron calle arriba, a la vuelta de la esquina una cafetería todavía estaba abierta a esas horas. Al girar, junto a la puerta, un tullido vagabundo mendigaba unas monedas. Estaba sentado en la acera, y tenía amputada una pierna. Los dos se miraron. Dejaron la pierna apoyada contra la pared, y pasaron de largo. Sin mentar palabra, se miraron y con un gesto de cabeza se despidieron tomando direcciones opuestas.

Llevaba recorridas dos manzanas cuando el vendedor de neumáticos empezó a sentir un vacío. No había tocado la pierna, pero sentía que formaba parte de él. Giró en seco y corrió hacia la puerta del establecimiento en donde la habían abandonado en manos de aquel desaprensivo que tal vez, inducido por el hambre se la estuviese comiendo.

Al llegar vio a lo lejos la figura del mendigo. Andaba con torpeza apoyado sobre la pierna sirviéndole de muleta. Le alcanzó propinándole un empujón por la espalda que le hizo caer al suelo. Luego, recogiendo la pierna le sacudió una patada con esta en toda la cara, la sangre manaba por su nariz.

-¡Imbécil de mierda! ¿Por qué me atacas?
-Esto es mío.
-¡Que te den por el culo cabrón!

Camino de casa pensaba qué le iba a explicar a su mujer. La única solución que encontraba es que tendría que matarla y comérsela. Ella no entendería nada.

Por Piria (3'14) y Daniel L.-Serrano (Canichu).