Son mi padre y mi madre en Septiembre de 2003. Esta fotografía fue tomada por Salito Porras Carrondo, que es una pseudohermana que tengo. Pertenece a la última serie de fotografías donde aparece mi padre vivo. Tal serie contiene 11 fotografías familiares dentro del salón de la parte antigua de la casa, donde actualmente viven mi madre, mi hermano y mi abuela Antonia. Yo vivo casi independiente, que no independiente del todo, en la parte nueva de la casa. El pájaro canario Dylan y la gata Reina van y vienen por ambas partes de las casas.
La serie fotográfica de la que tratamos corresponde al día de Septiembre en el que se supo que los dolores lumbares de mi padre no eran a causa de un lumbago, sino de un cáncer de pulmón metastático que se había extendido al esqueleto y a otros órganos. Era terminal. Iría y vendría al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares desde ese día diversas veces, hasta que fue hospitalizado a finales de Octubre de manera irreversible. Su muerte se produjo el 24 de Noviembre de 2003, por lo que mañana se cumplen tres años de la defunción. Sin embargo, algo ocurrió el 21 de Noviembre de 2003 que hizo que debiera ser yo quien desde las últimas horas de ese día hasta la madrugada del 24 estuviera muy íntimamente relacionado con las causas de la muerte, y aún encargarme de todo el entierro a lo largo del día 25.
Sin entrar en detalles ni hablar sobre esos días, esta fotografía del beso entre mi madre y mi padre retrata un beso muy tierno y apasionado de quienes saben ya está sentenciada su historia de amor. Nunca vi a mis padres besarse así, pues mi padre no era muy dado a dar muestras de sentimiento alguno de ninguna clase. Tal vez por ello hoy día me cuesta tanto los saludos con abrazos o besos, algo que me es involuntario, no me lo propongo y trato de corregirlo.
Se conocieron en 1967. Él tenía 17 años, ella 18. Se casaron en Enero de 1975. Mi padre murió con 52 años, a punto de cumplir los 53 el 15 de Diciembre. Ya seá por el tabaco negro, la taladrina de los tornos metalúrgicos o cuestiones genéticas, mañana se cumple el tercer aniversario de aquella muerte que tan protagonistamente hube de vivir.
En memoria de alguien que sólo se llevó bien conmigo cuando fui niño pequeño y cuando el día de su muerte le puso fecha, mi padre, Vicente López-Serrano González.
VICENTE Y LOLI
A la pequeña niña de cincuenta y cuatro años
se le va su compañero de juegos.
Ahora que se tienen que decir adiós
todos los años corren huyendo.
Daniel L.-Serrano, del libro "En un Jardín de Flores Muertas" (2003)
LA COSECHA
Llegó la cosecha
y se llevó todo el trigo;
ella se quedó sola en casa
pensando en el trigo.
En cincuenta y dos años
llegó la cosecha
llevándose el trigo,
y un año llega
en el que ella piensa:
"¿quién segó el trigo?"
Daniel L,-Serrano, del libro "Poemas y colaboraciones menores. Una recopilación cualquiera" (2005)
La serie fotográfica de la que tratamos corresponde al día de Septiembre en el que se supo que los dolores lumbares de mi padre no eran a causa de un lumbago, sino de un cáncer de pulmón metastático que se había extendido al esqueleto y a otros órganos. Era terminal. Iría y vendría al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares desde ese día diversas veces, hasta que fue hospitalizado a finales de Octubre de manera irreversible. Su muerte se produjo el 24 de Noviembre de 2003, por lo que mañana se cumplen tres años de la defunción. Sin embargo, algo ocurrió el 21 de Noviembre de 2003 que hizo que debiera ser yo quien desde las últimas horas de ese día hasta la madrugada del 24 estuviera muy íntimamente relacionado con las causas de la muerte, y aún encargarme de todo el entierro a lo largo del día 25.
Sin entrar en detalles ni hablar sobre esos días, esta fotografía del beso entre mi madre y mi padre retrata un beso muy tierno y apasionado de quienes saben ya está sentenciada su historia de amor. Nunca vi a mis padres besarse así, pues mi padre no era muy dado a dar muestras de sentimiento alguno de ninguna clase. Tal vez por ello hoy día me cuesta tanto los saludos con abrazos o besos, algo que me es involuntario, no me lo propongo y trato de corregirlo.
Se conocieron en 1967. Él tenía 17 años, ella 18. Se casaron en Enero de 1975. Mi padre murió con 52 años, a punto de cumplir los 53 el 15 de Diciembre. Ya seá por el tabaco negro, la taladrina de los tornos metalúrgicos o cuestiones genéticas, mañana se cumple el tercer aniversario de aquella muerte que tan protagonistamente hube de vivir.
En memoria de alguien que sólo se llevó bien conmigo cuando fui niño pequeño y cuando el día de su muerte le puso fecha, mi padre, Vicente López-Serrano González.
VICENTE Y LOLI
A la pequeña niña de cincuenta y cuatro años
se le va su compañero de juegos.
Ahora que se tienen que decir adiós
todos los años corren huyendo.
Daniel L.-Serrano, del libro "En un Jardín de Flores Muertas" (2003)
LA COSECHA
Llegó la cosecha
y se llevó todo el trigo;
ella se quedó sola en casa
pensando en el trigo.
En cincuenta y dos años
llegó la cosecha
llevándose el trigo,
y un año llega
en el que ella piensa:
"¿quién segó el trigo?"
Daniel L,-Serrano, del libro "Poemas y colaboraciones menores. Una recopilación cualquiera" (2005)
"Siempre nos dejan las buenas personas"
ResponderEliminarPor cierto , La gata se lleva bien con el canario ¿No se lo quiere zampar?
Un abrazo fuerte
ResponderEliminarAunque seas reacio a los acercamientos físicos, te mando un abrazo. Es una fecha triste, pero tienes a esa niña de cincuenta-y-tantos a quien consentir.
ResponderEliminarL'ALMADRABA: Hola, bienvenida, la gat se lleva bien con el canario porque se hyan criado juntos. en verano a veces se tumba al lado de la jaula para echarse la siesta, aunque al pájaro a veces le pilla tranquilo y a veces nervioso. lo curioso es que cuando vienen pájaros de la calle a quitarle comida al pájaro la gata salta a por los de la calle, solidaridad animal, supongo.
ResponderEliminarHARRY REDDISH y LILIANA: gracias, la verdad es que no es necesario que me mandeis mensajes de apoyo, ya sabía que alguno lo haría, pero no es necesario. Se dan por asumidos. En cuanto a lo que dices de mi madre, Liliana, creo que hay que reeducarla, porque todavía es excesivamente dependiente de que ciertas decisiones las tomen por ella... es lo que tiene venir de un país cuya cultura de cuarenta años de dictadura (1939 - 1975) tuvo unos pilares sociales muy machistas de ver la vida. Y también necesita hacer amigos nuevos y buscaerse entretenimientos. Pero depende de ella, no tanto de nosotros. No se sabe muy bien como orientarla. Un saludo a ambos.
Y AL RESTO POSIBLE DE ESCRIBIR: no hace falta que me escribáis frases de ánimo o apoyo, se dan por asumidas. Un saludo a todos y cerveza.
Puesto que los mensajes de ánimo los das ya por asumidos, me ahorro esa parte. Pero sí quiero decirte que no se cómo, pero consigues sorprenderme cada día, por tu 'transparencia' y la entrega de tu vida en formato de posts.Y cómo me gusta que lo hagas.
ResponderEliminarPor otra parte, esos poemas, que salen de unos libros...¿están publicados? o...
Y por último, a veces abrazar a alguien puede llenar tanto al que recibe el abrazo como al que lo da. Supongo que hay que ensayarlo sin miedo. Yo en esto soy como tú, y se lo difícil que es...
MONOLOGUISTA: los libros están a la espera de que un editor me quiera editar, de momento sólo publico cosas en mi revista con chico gris, la botella vacia, y leo en recitales, y poco más. A ver si chico gris cuelga uno de los libros y os lo podeis descargar gratis, teneis uno a vuestra disposicion de alberto cordero en la web de la botella vacía. Lo de los abrazos no soy reacio, es que durante mi infancia no recibi demasiados ni vi recibirlos, no por falta de cariño, eran cosas de la foram de ser de mi padre. Quiero corregirlo, pero soy yo contra carios años de primera educación. UN beso saludo.
ResponderEliminarEs difícil asumir la muerte, más cuando esas muertes son producto de enfermedades que sentencian.
ResponderEliminarUn beso Canichu.
besos,y un abrazo
ResponderEliminarYo sé que los mensajes de apoyo se dan por asumidos, sin embargo, cuando nos cuentas cosas tan sensibles de tu vida, da cierta impotencia estar lejos. Quizá cerca con una mirada alcanzaría para decirte que te comprendemos o que, de alguna manera, estamos contigo. No los rechaces, es bonito brindarlos y recibirlos. Por dar por asumido el cariño, muchos dejan de expresarse, y pronto se olvidan de lo que es el afecto explícito.
ResponderEliminarEn cuanto a tu mamá tiene apenas unos años más que yo. Salir, hacer nuevas amistades, hacer vida social, luego de tooooda una vida diferente, no es tan fácil. Parece... pero no lo es. Hace falta el apoyo y, sobre todo, la paciencia de los hijos, para reaprender a vivir.
Otro abrazo (y no me canso de decirlo).
Llevo un rato para ponerte algo,pero despues de leer los demas comentarios no se me ocurre nada que decir,sin ser enviarte un abrazo.
ResponderEliminarAlgun dia tomaremos juntos unas birras....va a ser bueno.
ResponderEliminarUn bello homenaje al padre. Creo que esa foto extraordinaria ilustra un deseo paterno: " Voy a querer. Es lo que vale. Que sepan que les quiero,"
ResponderEliminarAlgo parecido. Siempre que se recuerda tiene que ser para recordar la felicidad. Hay que seguir.
Saludos, genial amigo Canichu.^.