Como hace tiempo que no reporto desde mi puesto de espionaje informes de Historia, y como también hace tiempo que le prometí a Barón Kaos algo sobre el Barón Rojo, pues aprovecho hoy y mando al Alto Mando un informe que redacté sobre tal personaje desde mi humilde puesto de espionaje en el bar.
EL INFORME BARÓN ROJO.
La Historia sufrió un cambio drástico a partir de la Primera Guerra Mundial a principios del siglo XX (se desarrolló durante 1914 a 1918). Sin duda algo que aún hoy, en el siglo XXI, sigue siendo llamativo de aquel periodo es la creación de grandes figuras casi románticas y héroes y villanos nacionales, como por ejemplo la espía Mata Hari. La aviación no es menos a la hora de crear aviadores cuyos nombres aún resuenan con ese aire de romanticismo. Máxime cuando la Historia de la aviación tuvo una evolución progresiva y desenfrenada en los aviones, sus equipos y las técnicas de vuelo, siendo casi todo algo experimental en ese campo en aquellos años. De entre todos los pilotos, el sobrenombre de Barón Rojo es el más conocido popularmente. A originado abundante literatura, cinematografía, música, cómics, estudios... Es un nombre que, por otra parte, de vez en cuando recogen determinados autores para bautizarse a sí mismos, a algunas de sus obras o incluso lugares.
Cuando la Primera Guerra Mundial sufrió un estancamiento en el frente occidental, en Verdún, El Somme y demás lugares de la Línea Maginot, y se contaban miles de bajas, escasos progresos y un desgaste continuo por apenas unos metros que se ganaban y perdían varias veces al día, comenzaron a experimentarse nuevos armamentos y máquinas de guerra que pudieran abrir el camino a un giro favorable al bando correspondiente durante la contienda. En este sentido comenzó a cobrar importancia la guerra aérea, la cual no sólo permitiría fotografiar los recursos y el terreno del enemigo, sino también realizar ametrallamientos y bombardeos por detrás de las líneas de frente sin necesidad de atravesarlas con la infantería o la caballería. Esta guerra aérea aún se entendía como una guerra de caballeros. No obstante, la Primera Guerra Mundial es la última guerra de la Humanidad donde se aplicaron normas caballerosas de guerra. Fue una guerra frontera entre el final de entenderlas con "deportividad noble" (si es que alguna vez una guerra tuvo algo de eso) y el principio de entenderlas en un todo vale para la derrota y exterminio del enemigo (sirva de ejemplo los combates aéreos tomados casi como una especie de competición entre fuerzas aéreas rivales estrictamente militares, a diferencia de las novedosas bombas químicas que no permitían defensa personal alguna al enemigo y cuyas nubes acababan llegando a las urbes empujadas por el viento, sin que ese fuese su objetivo inicial). Aún los combates aéreos, como cualquier otro combate, no tenía por objetivo la población civil, eso fue algo que se inició expresa y experimentalmente durante la guerra civil española (1936 - 1939) en lugares como Durango, Guernica, Madrid o Barcelona entre otras y de mano sobre todo de los cazas y bombarderos alemanes.
La guerra aérea de la Primera Guerra Mundial generaba sobre todo moral en la infantería atrincherada en tierra. Sus escasos éxitos y gran mortandad recibían dosis de adrenalina eufórica cuando se les hablaba de los triunfos de su aviación como si de un campeonato deportivo internacional se tratara. Por ello la publicidad y cobertura informativa que se les dio generó innumerables héroes. Aunque se empezaban a crear algunas tácticas aéreas de combate tanto individual como de escuadrón, en realidad reinaba en todos los pilotos de cualquiera de los países el individualismo, que les llevaba a temeridades y batallas espectaculares que vistas desde tierra eran como un ejercicio circense de funestas consecuencias para alguno de los pilotos en combate. Se le puede sumar más mérito si se tiene en cuenta que se trataba de unos primeros aviones muy básicos, más cazas que bombarderos, pues sus bombardeos eran aún tirando las bombas a mano. De doble o triple ala, de madera, aeroplanos prácticamente, normalmente de un motor a hélice, un solo piloto que a la vez era artillero, o bien de un piloto y un artillero que recibían el aire en la cara y el cuerpo...
Francia comenzó a potenciar a sus héroes aéreos condecorándoles con un nombramiento específico el cual era ser nombrado As. Pronto la imitaron otros países, aunque algunos, como Gran Bretaña, nunca reconoció oficialmente tener estos títulos. Se obtenía el nombramiento como As al derribar un total de cinco aviones enemigos. Se hacía público mediante comunicados y se creaban celebraciones donde la población realmente aclamaba a aquel piloto como a un ídolo. En el Imperio Alemán los Ases eran Oberkanones y se les condecoraba cada determinado número de victorias aéreas. Pero en ningún caso existía en los países en liza formulas de gratitud de la Patria a los pilotos, como mucho se mencionaba sus méritos si estos morían en acto de servicio. El Imperio Británico produjo 532 ases, el imperio Alemán 364, Francia 158, EEUU 88, Italia 43, el Imperio Austro-Húngaro 25, el Imperio Ruso 19 y Bélgica 5.
El Barón Rojo era un barón alemán cuyo avión caza Fokker Drl triplano era de ese color, rojo, de ahí su sobrenombre. Su nombre real era Rittmeister Manfred, Freiherr von Richthofen. Había nacido en 1892 en el seno de una familia noble. Formaba parte del ejército alemán como capitán de caballería, rango que se le conservó cuando ingresó en la Luftstreitkräfte, la aviación militar alemana. Al estallar la guerra mundial en 1914 él tenía 22 años y aún servía en caballería. No sabía por entonces que dos años después se iba a transformar en el más famoso nombre de los pilotos de guerra de la Historia. Desde Mayo de 1915 sirvió como piloto en el Feldfliegerabteilung 69 sin destacar. En Septiembre de 1916 fue trasladado a la Jasta 2, donde recibió la instrucción y entrenamiento de un piloto que ya había logrado ser un Oberkanone (As), Hauptmann Oswald Boelcke (el cual, más joven que el Barón Rojo, es en realidad el primer héroe aéreo de la Primera Guerra Mundial, así reconocido, y que moriría al chocar con uno de sus propios pilotos ese mismo año, al mes siguiente, en Octubre).
Su incorporación en la Jasta 2 y el entrenamiento recibido empezaron a darle victorias en el aire. En enero de 1917 sus méritos le otorgaban la Ordre Pour le Mérite. Richthofen volaba con frialdad, calculo e instinto, divirtiéndose como si estuviera en alguna de las cazarías propias de su condición de aristócrata, según algunos testimonios. Su condición noble de barón le daban ciertamente algunas excentricidades propias de su educación recibida, por ejemplo coleccionó copas de plata con el nombre y circunstancias de todos y cada uno de los pilotos que mató en combate... lo que en parte era una extraña forma de reconocimiento deportivo de sus adversarios y a la vez de prepotencia frívola y fría. Fue nombrado jefe de la Jasta 11 y como tal derribó a otro de los nombres míticos de la época, el major Lanoe Hawker (VC), lo que le dio mucha más fama dentro y fuera de Alemania. En esta época formo lo que llamó el Circo Volante Richthofen, formado por pilotos jóvenes muy temerarios que ocasionaron innumerables bajas en el frente occidental. Pero al barón se le acabó la suerte, quizá de tanto arriesgarse en el aire, el 21 de Abril de 1918. En un combate que acabó siendo muy confuso, su avión triplano fue derribado. Se le atribuye tal hecho al piloto británico A. Roy Brown, del 209º escuadrón de la RAF. Pero lo confuso de lo ocurrido también hace que se le atribuya, polémicamente, a los tiradores australianos W. Evans y R. Buie, de la 53ª Batería de Ametralladoras (del ejército de tierra).
El Barón Rojo tenía 26 años, había derribado la redonda cifra de 80 aviones enemigos confirmados.
Buena parte de estos Ases fueron muertos durante la guerra, muchas veces por exponerse demasiado dado su individualismo y su competitividad entre ellos, en otras ocasiones fue por accidentes (casos del capitán Albert Ball, en combate, o el citado Boelcke, en accidente). Algunos participaron de la Segunda Guerra Mundial, como Lieutenant-Colonel Raymond Collishaw. Los hubo que murieron de ancianos, como Lieutenant-Colonel William Avery Bishop, muerto en 1956 en Florida (EEUU). Otros llegaron a involucrarse en la postguerra en la creación de aerolíneas comerciales, como es el caso del capitán Edward Vernon Rickenbaker con la Eastern estadounidense. Y curiosamente los hay con finales ciertamente extraños, como los del capitán George Marie Ludovic Jules Guynemer, un as que llegó a ser derribado siete veces y cuya muerte final se debió probablemente a fallos de salud propios (no se encontró jamás ni su cuerpo ni su avión), o la muerte de Hauptmann Rudolf Berthold, estrangulado por los comunistas alemanes contra los que combatía tras el final de la Primera Guerra Mundial... estrangulado con la cinta de su propia condecoración de la Ordre Pour la Merité.
Las marcas más altas de aviones derribados por Ases:
IMPERIO ALEMAN (Triple Alianza)
Reitmeister Manfred, Freiherr von Richthofen: 80
Ernst Udet: 62
Erich Loewenhardt: 53
FRANCIA (Triple Entente)René Paul Fonck: 75
George Marie Ludovic Jules Guynemer: 54
Charles Eugène Jules Marie Nungesser: 45
IMPERIO BRITÁNICO (Triple Entente)Edward Manock (Gran Bretaña): 73
William Avery Bishop (Canadá, Commonwealth): 73
Raymond Collishaw (Canadá, Commonwealth): 60
ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA (EEUU) (Triple Entente)Edward Vernon Rickenbaker: 26
Frank Luke Jr.: 21
Gervais Raoul Lfbery: 17
ITALIA (Triple Entente)Francesco Baracca: 34
Silvio Scaroni: 26
Pier Ruggiero Piccio: 24
IMPERIO AUSTRO-HÚNGARO (Triple Alianza)
Hauptmann Godwin Brumowski: cerca de 40
Julius Arigi: cerca de 32
Frank Linke-Crawford: cerca de 30
IMPERIO RUSO (Triple Entente)
Aleksandr Aleksandrovich Kazakov: 17
P. V. d'Arguev: 15
A. P. Seversky: 13
BÉLGICA (Triple Entente)Willy Coopens: 37
André de Meulemeester: 11
Edmond Thieffry: 10
Eso si es una historia.
ResponderEliminarThank you for visiting my blog. I used to write books for children. However, when I became the project coordinator of the children's book section of the company, I became too busy overseeing the production many books of different authors so I have no time to write my own stories. But I'm hoping I could find time for it soon.
ResponderEliminarHave a great day!
"Barón,
ResponderEliminarheroe de cuento,
amo de las nubes,
señor del viento"
(estrofa del grupo homónimo)
Cerveza freskita per tutti!!!!
TO BEATRIZ: I hope you have time to write your own books soon. A own book is like a own child.
ResponderEliminarA smile from me to you.
Qué bonita manera de contarlo tienes... No sabía lo de los términos caballerosos en la Primera Guerra, siempre pensé que todas las guerras eran "vale todo" y ahora entiendo por qué de la Segunda Guerra no hay ningún personaje emblemático, heroico...
ResponderEliminarMe gusta por desconocida la historia de la aviación y su importancia en esa gran guerra.
El individualismo de estos ases era una cosa seria... mira que morir a los 26 años, luego de derribar 80 aviones. Toda una proeza, pero ¿para qué?
Pues eso mismo qué te preguntas al final nos preguntaremos el resto. Las guerras han sido un motor de la Humanidad, pero no por eso absurdas. Las reglas de caballerosidad implicaban la muerte entre militares con oportunidad de defensa... pero no hay guerra donde no hayan existido desmanes de la tropa y no se hayan dado violaciones, saqueos y torturas. Los grabados de Goya llamados Los desastres de la Guerra (sobre la de la independencia española de 1808 - 1814) muestra auténticas bestialidades. Pero, pese a eso, sí parece ser que entre el ejército profesional existían unos códigos de honor que se intentaban mantener... hasta que todo se descabaló en la Primera Guerra Mundial. Un saludo, Liliana.
ResponderEliminarTodas las guerras son insensatas. Es cierto que gracias a ella, la humanidad ¿evoluciona? Yo siempre ruego que quede una isla desierta (en el sentido metafórico, claro) donde los pacifistas nos vayamos cuando la guerra toque la puerta. A mí no me importaría que la humanidad no evolucionara. El costo que paga por ello es demasiado alto.
ResponderEliminarSí el precio es muy alto... muy drástico, pero los beneficios también acaban siéndolo. Sería mejor que no hubiera guerras, es verdad, pero también es verdad que el ser humano no es únicamente paz y bondad, es también odio y violencia. Todo eso forma parte del ser humano. Es algo qué está ahí... y las tensiones que nos violentan si no se liberan (ya a nivel personal) terminan creando serios problemas psicológicos a las personas. EN cuestión de masas es lo mismo. Comporo que se deberían buscar medios para liberarlos sin guerras, es verdad... tal vez en competiciones de algún que liberen nuestras pasiones, y todos liberarnos mediante ellas (y los que no compitan que insulten para destensarse).
ResponderEliminarLAs guerras son algo monstruoso, y repito que habría que evitarlas y liberar el lado oscuro de la Humanidad de otro modo, pero sin ellas también es cierto que no hubieramos evolucionado por ejemplo en la medicina... muchas amputaciones se han evitado mediante nuevos medios de tratar heridas profundas de guerra, o el tratamiento de las quemaduras, o la creación de las aspirinas, o buena parte del conocimiento del cerebro ( aunque aún quede mucho por descubrir de él), la aviación, no podríamos viajar tanto si no hubiera evolucionado con las guerras mundiales, ni podríamos transportar tanta ayuda humanitaria, o mercancias de un lado a otro, las telecomunicaciones que nos están permitiendo conocernos a todos de todo el planeta, jamás se hubieran colocado satélites en el esapcio si alguien no hubiera inventado los misiles V2 para bombardear Londres, y hay mucho más, sin duda. La guerra es un monstruo, pero hasta de los monstruos a veces sale algo que puede ser beneficioso.
Yes, indeed, you are right. Having written a book is just like having given birth to a child. Again, thank you for dropping by my blog. The Internet is, indeed, a powerful and amazing thing. You can read the blogs of people from around the world and learn so many things about their life and culture.
ResponderEliminarSoy de las que trata de verle el lado bueno a todas las cosas... sólo que no logro entender cómo el hombre puede hacerle daño a un semejante... no entiendo cómo no se imagina lo que debe sufrir el otro, proyectando es sí mismo el dolor que le inflige.
ResponderEliminarNo lo entiendo... no puedo.
¡Olé!
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