Einstein coge su vaso y bebe a sorbos pequeños, "considerando que eres un monstruo relativamente, date la vuelta y encontrarás a Mata Hari". Mata Hari pone su mano en mi espalda, pero ya se va. Intento decirle que conozco planos secretos, aunque realmente lo que quiero es hacer tiempo, que no se quiera marchar. Pero no digo nada y Mata Hari sale por la puerta. Soy Allan Poe bebiendo, Luís XVI en el patíbulo, la puerta abierta que la dejó marchar... Einstein me mira y me saca la lengua. Soy un vínculo al fracaso permanente... Daniel L.-Serrano (el espia de este bar) |
Este es un blog de un escritor cervecero que pretende hablar de él, de Historia, de sus ídolos, de sus paranoias propias, mostrar sus escritos... pero en definitiva son informes de un espia en el bar.
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