Aquí va la segunda parte de tres de la conferencia que Julián Vadillo y yo dimos en 2014, en el encuentro bianual de historiadores del Valle del Henares, sobre lo que la prensa exiliada y clandestina dijo de la explosión del polvorín de Alcalá de Henares en 1947 y de las represiones en una caza de cabezas de turco que acabaron con una gran cantidad de encarcelados y ocho fusilados.
LA EXPLOSIÓN DEL
POLVORÍN DE ALCALÁ DE HENARES EN 1947 VISTA POR LA PRENSA CLANDESTINA Y
EXILIADA (2 de 3).
La prensa exiliada
La prensa exiliada estaba al alcance de los españoles exiliados, pero también de los no españoles. Esta prensa, como se ha dicho, llegaba mediante la clandestinidad a los españoles de dentro de España. Con frecuencia su objetivo no sólo era informar a los exiliados, sino también crear corrientes de opinión o presión internacional entre partidos, sindicatos o intelectuales internacionales para lograr de algún modo el derrocamiento de Franco o su mayor aislamiento.
Esta prensa goza de mayores medios técnicos y económicos, aunque no siempre. A casi todas las editoriales les nutrió de información la actividad de la agencia FEBUS, que en el exilio se había ubicado en París. En su nº 66, del 9 de septiembre de 1947, FEBUS informó desde Madrid de la explosión de Alcalá de Henares. El titular decía: “Explosión en la fábrica de pólvora de Alcalá de Henares”. Como se ve, el titular está confundido, pues no había ni hay fábrica de pólvora en la ciudad, sin embargo el resto del breve artículo es muy exacto sobre lo que realmente ocurrió. Aunque habla de una fábrica de pólvora y no de un polvorín, la ubicó a dos kilómetros de distancia del núcleo urbano, como así es, y decía que la explosión ocurrió en la noche del 6 al 7 de septiembre. Apuntaba que no hay causas conocidas, pero indicaron que los edificios de la fábrica ardieron, probablemente se referían por error a los de la fábrica Río Cerámica, aunque sí citaron aparte que se destruyó una fábrica de cerámica. Además informaron sobre que acudieron bomberos de Madrid para poder socorrer a la tragedia, dato que nos da cuenta no sólo de la magnitud, sino también de lo que la falta de medios pudo empeorarlo. En cuanto a las víctimas, citaba treinta y ocho cadáveres, de los que veinte serían militares. Saben que las instalaciones estaban bajo tierra, como así es en el polvorín de Alcalá, exactamente a veinte metros de profundidad, por lo que el rescate de los cuerpos fue difícil. Hablaban de veinte heridos trasladados al hospital de Alcalá. También conocían que se destruyó el sistema eléctrico y el puente Zulema sobre el río Henares. Como se ve, a pesar de cambiar polvorín por fábrica y haber inflado la cifra de víctimas, quizá mezcla del caos y de la desconfianza hacia lo que del gobierno o el ejército se pudiera decir, sus datos eran muy exactos a la realidad. Finalmente se informó de que ya se había iniciado la investigación de las causas del siniestro. En el siguiente número, el 67, del 16 de septiembre de 1947, le dieron dos titulares. En el primero se leía: “Cuarenta sospechosos detenidos”. Las autoridades habían dado por terminadas las investigaciones, anunciaban. Además, la prensa oficial de la dictadura sólo decía que hubo nueve muertos y nueve heridos, cuando hoy día sabemos que fueron veinticuatro muertos y decenas de heridos. Sin embargo, FEBUS insistía en que en realidad habían sido treinta y siete muertos o desaparecidos y cuarenta heridos. Los medios oficiales, decía FEBUS, habían hablado de negligencia en el mantenimiento del, ahora sí, polvorín, pero a la vez el gobierno había comenzado a investigar personas y a detener gente. Además, se había comenzado a investigar sobre la orografía y se estaba descartando la relación entre la explosión de La Carraca de Cádiz y el polvorín de Alcalá de Henares. Decía el corresponsal que ambas explosiones “son fortuitas”, según las propias autoridades franquistas, pero sin embargo se habían aumentado los controles en otros polvorines. El segundo titular de FEBUS en aquel número aparecía en las páginas 8 y 9, decía: “Especulaciones sobre la explosión de Cádiz”. Se informaba ya que la policía y los políticos de Franco sospechaban que lo de Cádiz fue un acto “sospechoso y misterioso”, y que afirmaban que en las explosiones de Cádiz y de Madrid “existe gran actividad en relación al asunto”.
Sobre el hecho de la explosión de 1947 en Alcalá de Henares se hicieron eco periódicos como Adelante, el boletín interior de información del PSOE y de la UGT de Pouvuche du Rhone, editado en Marsella. En su número 148, de 25 de septiembre de 1948, recogieron la información que FEBUS publicó en 1947 sobre que las autoridades insinuaron que detrás de las explosiones de Cádiz y Madrid hubo sabotajes, y completaron la noticia con la información acerca de que el gobierno estaba usando intensamente la legión contra los guerrilleros en esas regiones, más las de Levante y Aragón. Con un tanto de desinformación el mismo periódico en su número siguiente, el 149, del 2 de octubre de 1948, hizo un flaco favor a los presos por las explosiones, y en concreto a Nacarino y Lidó que esperaban su nuevo juicio (ya habían sido fusilados los otros ocho condenados a muerte), pues en “La Resistencia intensifica su lucha contra Franco” afirmaban que las explosiones de Cádiz y Alcalá de Henares fueron fruto de la guerrilla, pero que ahora mismo (por 1948) la actividad estaba en las montañas de Valencia y Zaragoza. En el número 150, de 9 de octubre, hablaban de tiroteos en Madrid y de trece sospechosos detenidos y llevados a Alcalá de Henares. Los siguientes números proseguían con este tipo de informaciones guerrilleras.
España Popular, editado en México por comunistas españoles exiliados, hablaba desde el número 361, del 29 de agosto de 1947, de la explosión de Cádiz, a la cual relacionó con otras explosiones de otros polvorines en España, sin citar cuáles. Su información es abundante y trataron el asunto siempre como un crimen del régimen franquista. Durante varios números y numerosos titulares informaron sobre Cádiz de manera abundante. Achacaron la culpa a alemanes nazis exiliados y refugiados en España, y a las ansias de Franco de hacerse con un arma muy potente que pondría en peligro de nuevo la paz mundial. Por ello abundaron en exhortar a la ONU y otros organismos internacionales para que intervinieran en España. Hablaban de centenares de muertos y heridos, de la censura y de las batidas militares contra los guerrilleros en Cádiz. Y con esta muy abundante actividad periodística, en el número 363, del 12 de septiembre, informaron de la explosión del polvorín de Alcalá de Henares en su portada y página 2. Básicamente recogieron la información de la agencia FEBUS, pero ellos citaron haberla sacado de los informes de las autoridades franquistas, por lo que decían desconfiar de la cifra real de muertos y heridos, que por otro lado ellos inflaron más allá de los números que dio FEBUS. Sí se hicieron eco de la deformación del cerro Zulema. Añadieron una novedad: siguiendo su teoría gaditana de militares y asesores nazis en España experimentando nuevos explosivos para Franco dijeron que fueron estos también los que estaban detrás de la explosión alcalaína, por lo que España estaría dentro de una política belicista que se debía atajar. De hecho pidieron a la ONU desde sus páginas que intervinieran en España para evitar otra guerra mundial. Estas noticias se combinaban con otras que hablaban de fusilados en Carabanchel que quizá son los que otras fuentes indicaban como origen de los recelos de Franco ante las explosiones de Cádiz y Alcalá de Henares. Hay más textos sobre guerrilleros en Cádiz y sobre la prohibición de escuchar Radio París en España, o sobre que la BBC informó de la explosión de Cádiz. En el número 366, de 3 de octubre, se informó de concentraciones de guerrilleros en Cádiz y Madrid, y del uso de la legión contra ellos. Este periódico volvió a publicar sobre el asunto cuando se produjeron los procesos de 1948 que llevarían a los fusilamientos de ocho de los presos alcalaínos. Lo veremos luego.
Mundo Obrero, órgano del PCE, editado en París y Toulouse, en su número 80, del 21 de agosto de 1947, escribía en su portada un artículo llamado “La catástrofe de Cádiz, nuevo crimen del régimen. El régimen español debe exigir responsabilidades por tan tremendo desastre”, y en la misma portada otro artículo decía en su titular: “Las primeras noticias: millares de muertos y heridos en una terrible explosión producida al hacer experimentos bajo dirección de técnicos nazis”. Obviamente no sólo informaban de la explosión gaditana con todo lujo de detalles del desastre, sino que además avalaba y desarrollaban la teoría de la conspiración de Franco contra el mundo con ayuda de refugiados nazis, cosa que, además, fijaban su comienzo con el almacenamiento de torpedos alemanes en Cádiz en secreto desde la batalla del Atlántico en la Segunda Guerra Mundial. Pero es más interesante para esta investigación llegar al número 83, del 11 de septiembre, y leer el titular de portada “Nuevo crimen del franquismo. Trágica explosión en Alcalá de Henares. Decenas de muertos y heridos. También había en Alcalá técnicos nazis dedicados a experimentos secretos”. Alegando que la guarnición de Alcalá de Henares se componía de dos regimientos de caballería (el nº 1 de Cazadores de Santiago y el nº 2 de Cazadores de Calatrava), afirmaban que sus municiones son insuficientes para la explosión que hubo. Recordaron a los lectores que el aeródromo militar de Alcalá de Henares era uno de los más modernos de Europa y que se había terminado de construir al completo en 1946. Según el periódico, técnicos alemanes construían aviones con motores Hispano de nuevo tipo. El dato lo unían a todo lo que habían informado sobre explosivos en Cádiz para afirmar que hay en España una actividad nazi que amenazaba la paz mundial. Pedían de nuevo a la ONU desde sus páginas que interviniese. En un segundo artículo llamado “La catástrofe: explosión en sábado 6 al domingo 7 (noche)” se dedicaron a explicar los hechos más fielmente, sin establecer teorías ni interpretaciones. Este periódico volvería sobre el asunto en los procesos de 1948. Luego lo comentaremos también.
La Oficina de Prensa de Euzkadi (Service Basque de Presse), boletín de información (Euzko izpar banatzea), editado en París y que asemeja teletipos clandestinos, informó desde el 19 de agosto al 19 de septiembre de 1947 con corresponsales clandestinos en Cádiz, fundamentalmente uno que se hacía llamar OPE, aunque hay otros como UP y AFP. Este informativo es altamente interesante, pues recoge la información e incluso la pelea mediática que hubo entre la radio británica BBC y Radio Nacional de España a costa de la explosión de Cádiz, pero también desde Radio Moscú. En el nº 92, de 9 de septiembre, informaron de una información que les llegó el día 8, por lo que estaban altamente enterados de los sucesos casi a tiempo real, obviamente se trata de la explosión de Alcalá de Henares. Describieron la situación de forma muy cercana a la realidad, aunque insistían en la cifra de treinta y ocho muertos y sesenta heridos. Así mismo sabían que hubo bomberos de fuera de la ciudad en las labores de apagado del fuego y sabían que parte de las víctimas fueron llevadas al Teatro Salón Cervantes, como así fue en realidad. En el número 99, del 12 de septiembre, recogieron la detención en Madrid capital de más de una decena de conspiradores que querían estallar una gasolinera al estar en fechas de debate sobre España en la ONU. Al día siguiente informaron que se celebraba en la ciudad un consejo de guerra, por lo que aparentemente parecía haber una actividad “normal” pese a la catástrofe. Volverían sobre el tema en 1948.
El Socialista, editado en Toulouse, en su número 5.379, de 26 de septiembre de 1947, y en el 5.380, de 3 de octubre, también recogió la noticia tras haberse hecho eco en números anteriores de la de Cádiz. Ellos no hablan de nazis, pero sí citan la detención de una persona y el aumento de la actividad guerrillera.
Y por último, Lluita, del PSUC y editado en París, habló de la tragedia de Cádiz uniéndola a la teoría de los nazis tanto en su número 116 como en el 118. Precisamente en el número 118, del 10 de septiembre, contienen un artículo de contraportada titulado: “Tres setmanes després de Càdiz, explota un polvorín a Alcalá de Henares”. Describía una vez más los efectos de la explosión y citaba la cifra ya común de treinta y ocho muertos y cuarenta heridos. Se hablaba del silencio oficial y de lo belicoso de la dictadura de Franco al llenar España de polvorines y laboratorios militares. En 1948 este periódico no hablará de los condenados a muerte alcalaínos, pero sí tendrá numerosa información sobre condenados a muerte catalanes, especialmente comunistas.
En general, sobre la explosión de Cádiz también informaron Nosotros, España Republicana (La Habana), Adelante (México), Democracia Española, órgano de la colectividad democrática española (La Paz), España Nueva, semanario republicano independiente (México), L’Spagne Republicaine (París), España Libre, sociedades hispanas confederadas de los USA (New York), España Republicana (Buenos Aires), France-Espagne, boletín mensual de información de la asociación franco-española (París), Lealtad, órgano del Centro Republicano Español (Montevideo), Libertad para España, por la República (París) y La Voz de España, antes Voz de Madrid (París). Todas esas informaciones tuvieron su peso de cara al caso de Alcalá de Henares. Hubo alrededor de ochenta detenidos en Alcalá de Henares, incluida alguna mujer y menores de edad. De ellos, sesenta y nueve fueron presos de uno a treinta años de cárcel, y diez fueron condenados a muerte, aunque por su juventud dos tuvieron penas conmutadas a prisión en marzo de 1949. La instrucción e interrogatorios empezaron en diciembre de 1947 y desembocó en el primer Consejo de Guerra de julio de 1948. En agosto de 1948 se produjeron los fusilamientos de ocho de ellos en el penal de Ocaña, en Toledo, eran: Eugenio Parra Rubio, Manuel Villalobos Villamuelas, Rogelio García, Pedro Martínez Magro, Benito Calero Vázquez, Daniel Elola Gómez, Luciano Arroyo Coblanque y Félix Gómez Casares.
La lista de nombres aparecerá en mucha de la prensa exiliada, sobre todo acompañadas de otras listas de sentenciados a muerte que llegaron a ocupar dos a tres páginas de periódico, por ejemplo en Nosotros, España Republicana, editado en La Habana como suplemento del 5 de septiembre de 1948, en el número 88. Ya en julio de ese año, habían salido publicados también los nombres por ejemplo también en el Boletín de Información de las Juventudes Socialistas Unificadas, que añadían que se había conmutado la pena de muerte por otra de treinta años de cárcel a Conrado Salamanca Barranco, Emilio Alonso Moreno, Ángel Villela Rubio y Marcial López. Se decía que eran veinticuatro los procesados y que entre los condenados había una mujer a veinticinco años de prisión, se refieren a Mercedes Romero Rodríguez. Y citan que el resto de los acusados habían tenido condenas de seis a catorce años de prisión. También presenta la lista de sentenciados Euzkadi Roja, órgano del Partido Comunista de Euzkadi, editado en París, en su número 105, de 26 de agosto de 1948.
Ya hemos mencionado el trato dado a los casos concretos de Fernando Nacarino y Ricardo Lidó en Adelante, boletín interior de información del PSOE y de la UGT de Pouvuche du Rhone, en 1948. Por eso retomaremos el asunto desde el periódico España Popular, editado en México, que tanto había hablado en 1947 de Cádiz, Alcalá de Henares y la teoría de técnicos nazis en España. En el número 409, de 30 de julio de 1948, publicaron dos artículos, ambos en la página 2. El primero se titulaba: “Ante la ola de procesos y condenas de muerte la lucha contra el terror franquista es un deber de primera importancia para cada español republicano y patriota y para la democracia mundial”. El artículo incluso se acompañaba de una viñeta con los dirigentes de la ONU diciendo que en España no pasaba nada anormal mientras se veía a Franco vestido de nazi cortando cabezas con un hacha. Recogieron ahí todas las condenas a muerte en los últimos meses cercanos a la publicación. De treinta de esas condenas cuentan quince ya cumplidas y le suman veinticinco más a la espera de ser confirmadas. Entre todas las condenas salían los nombres de los presos de Ocaña, que eran los de Alcalá de Henares, y destacaban la condena de cárcel a Mercedes Romero, de la que decían en otros medios que es una infamia mayor por ser ella mujer. El segundo titular decía: “Por la salvación de los condenados de Ocaña, gran mitin contra el terror franquista”. Allí se decía que la FOARE celebró en México, en el Salón del Sindicato de Trabajadores de los Periódicos, un gran acto “contra el terror franquista” y en apoyo de los condenados en el penal de Ocaña. Se celebró el 21 de julio y lo presidió el licenciado Alberto Bremaunz. Intervinieron Navarro Costabella, del patronato de ayuda a los patriotas catalanes y del Casal Catalá, Caboto, del grupo local de UGT, David Alfaro Siqueiros, el famoso pintor mexicano, y la lectura de numerosas cartas de organizaciones españolas y mexicanas. El mitin terminó escribiendo una carta para la ONU solicitando la intervención a favor de los presos de Ocaña y de Barcelona. Se pedía que no se abandonase por parte de la comunidad internacional, y en concreto la mexicana, a los presos políticos españoles. De esta manera, con esa carta y con la participación de Siqueiros, el proceso por el polvorín de Alcalá de Henares cobraba una importancia mundial.
Sin embargo, otras cabeceras no se hicieron cargo de los condenados de Ocaña, aunque sí estaban inmersos en la campaña por defender a José Satué. Sería el caso, por ejemplo, de Ider Presse, editado en París, el cual en su número 30, de septiembre de 1948, llegó a citar que Álvarez del Vayo, del gobierno republicano en el exilio, habló a favor de Satué en la ONU y en reuniones con Chile y Venezuela, y que incluso logró que Venezuela hablara por carta a favor de Satué, y otros siete condenados, con Franco, pero nada se dice que se tratara a favor de los alcalaínos en Ocaña. Satué era el preso más famoso en esos momentos de 1948, no obstante JSU, Juventud, órgano de la Federación de Juventudes Socialistas Unificadas de España, editado en París, publicó en su número 35, de 4 de julio de 1948, un artículo llamado “José Satué y otros antifranquistas en peligro de muerte”, marcando así en cierto modo una jerarquización de los condenados a muerte. Entre esos condenados sí estaban los de Alcalá de Henares y también los de Barcelona. En ese mismo número, en “La trágica situación de los patriotas en las cárceles franquistas” denunciaron las condiciones insalubres de los penales. Y en “Mensaje de la JSU a nuestros presos”, trataron de mandarles un mensaje de ánimo que, en el fondo, parecía querer consolarles transformándoles en mártires antes incluso de ser fusilados, pero precisamente por ser fusilados. No decían nada tampoco sobre los alcalaínos El Socialista, la sección en México del PSOE, órgano del Círculo Cultural Jaime Vera, aunque llegó a decir que Jaime Vera habló a favor de Satué en la ONU.
Libertad para España, por la República, editado en París de manera bimensual, en su número 33, de 16 de julio de 1948, confirmó que Venezuela había declarado en la sede de la ONU en New York su postura contra Franco y su apoyo junto a Chile a la causa de salvar a José Satué. Nada dijeron sobre que los venezolanos hablasen a favor de los alcalaínos. Pero encima de esa misma noticia, en la portada, en un artículo titulado “‘¡Viva la República!’”, la redacción del periódico dijo haberse enterado por la radio de las condenas de los presos alcalaínos, de las que dijeron que hubo once penas de presidio, entre ellas la de una mujer, y que hubo cuatro condenas a muerte, entre ellas la de Eugenio Parra, quien, según este periódico, gritó al tribunal: “¡Viva la República!” cuando leyeron su sentencia a muerte.
El ya citado Mundo Obrero, del órgano del PCE, en su número 126, del 15 de julio de 1948, tituló en portada: “Abominable provocación franquista, ¡ocho españoles más condenados a muerte!”, y subtituló: “Franco, máximo responsable de aquella catástrofe, tiene la osadía de inculparles por la voladura del polvorín de Alcalá”. Repasó de nuevo las explosiones de Cádiz y de Alcalá de Henares y la represión desatada posteriormente en ambos casos. El periódico abandonaba ahora la teoría de los técnicos nazis, o al menos no la mencionaba, para explayarse en la teoría que la historia actual ha comprobado como correcta de que se trató de un caso que usó la dictadura como excusa para eliminar a los clandestinos y simpatizantes del PCE y de las JSU en España. Además da la cifra exacta de los detenidos, ochenta, de que estos eran de esas organizaciones y de que el primer detenido fue un albañil que militó en el PCE y trabajaba casualmente en 1947 en el polvorín. Habla de torturas y se entretuvieron en dar todas las sentencias. También confirmaron que Eugenio Parra gritó “¡Viva la República!” cuando leyeron su sentencia, y se citó que miembros del PCE y de las JSU repartieron octavillas el día del juicio para denunciar las mentiras de Franco, un “monstruo hitleriano” que decía una “mentira hitleriana”. Debía confirmar las sentencias el Capitán General de la región de Madrid, el general Muñoz Grandes, quien había tomado la ciudad en finales de marzo de 1939 y quien dirigió a la División Azul a favor de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. En el número 127, de 22 de julio, publicaron detalladas todas las sentencias por el proceso de la explosión de Alcalá de Henares, y en el número 128, de 29 de julio, reiteraba las penas de muerte de los de Alcalá de Henares anunciando otras cinco condenas a personas de Albacete. Y todavía más, anunciaban que Franco pudo beneficiarse de las ayudas de Estados Unidos a Europa para su reconstrucción, con la idea de usar a España contra los soviéticos, por lo que por eso no se había auxiliado ni a los inculpados en Cádiz ni a los inculpados en Alcalá de Henares. La noticia más triste que dio el periódico está en su número 132, del 28 de agosto. Todo el periódico es una lista de ejecutados y pendientes de ejecución por la aplicación de la Ley de Fugas y Torturas, así como por Consejos de Guerra, entre 1947 y 1948. Se publicó en vísperas de una reunión de la ONU para hablar de España. En un año y medio había quinientas ochenta y ocho condenas políticas a muerte, de ellas setenta y una ejecuciones eran por aplicación de la Ley de Fugas y Torturas, veintidós condenas a muerte estaban por ser cumplidas y había veintiuna condenas a muerte a la espera de confirmación, y todavía se sumaban víctimas anímicas. Aunque aparece el caso de Satué este no fue remarcado, todo el periódico hablaba por sí sólo sin necesidad de ensalzar la causa de Satué.
Notas Informativas, del Ministerio de Propaganda de la República Española en el exilio, editado en París, publicó la información de las sentencias de Ocaña el 13 de julio. La ya citada Oficina de Prensa de Euzkadi, daba la noticia el 15 de julio, destacando la condena de los condenados a muerte y la de veinticinco años a una mujer. El 19 de julio volvieron a hablar sobre ello, y el 27 de julio daban una noticia sobre las obras de restauración en el Puerto de Cádiz que apuntaban a un futuro uso compartido o cedido a Estados Unidos.
Política, de Izquierda Republicana en Francia, editado en París y Toulouse, en su número 49, de 10 de julio de 1948, daba por noticia que los nazis se estaban reagrupando en España a través de un grupo huido en 1944 y organizado por Ernst Jünger. Su fuente era Ider Presse. Y en el número 50, de 24 de julio, denunciaron en número, pero no en nombres, la cantidad de penas de muerte cumplidas o por cumplir en España.
El Socialista, el editado en Toulouse, en su número 5.422, de 22 de julio de 1948, informó de las condenas y colocó al lado de la noticia otra donde se hablaba de la acogida de nazis huidos que hizo Franco al final de la guerra mundial e hizo referencia en otra noticia más de nombres de nazis que se sabía que estaban en España. Spanish Trade Unions News – UGT, editado en Londres, también publicó las sentencias, aunque en noviembre y pidiendo la amnistía para los que aún no habían sido ejecutados, pues junto a los de Ocaña, fusilados en agosto, había otras listas pendientes. En ese mismo sentido publicó también UGT, boletín de la UGT de España en Francia, editado en París. Ellos publicaron en julio, en el número 37. Pedían a la ONU, países independientes y todo interesado, que mandaran cartas de amnistía al arzobispado de Alcalá de Henares, al Ministro de Justicia, al Capitán General de la región de Madrid, a las embajadas, a los consulados, al Consejo Económico y Social de la ONU y a los periódicos pidiendo la amnistía. En números siguientes siguieron insistiendo, pero sólo en torno a Satué y sus compañeros, quien sí logró la amnistía. Nada se dijo de los de Alcalá de Henares, que acabaron ejecutados. Otro UGT, con sede en Orán, hizo lo mismo. La situación fue la misma en otros periódicos del exilio.